Biden lidera las encuestas en seis estados donde Trump se jugará la reelección
Internacional
Las protestas antirracistas y la gestión del covid-19 erosionan la imagen del presidente
26 Jun 2020. Actualizado a las 05:00 h.
A finales de febrero, la economía estadounidense carburaba a pleno pulmón y Donald Trump se encaminaba a una plácida reelección en los comicios del 3 de noviembre. Cuatro meses después, el demócrata Joe Biden lidera las encuestas y empieza a tomarse en serio a sí mismo como aspirante a ocupar la Casa Blanca. El exvicepresidente de Barack Obama aún no ha ganado nada —formalmente, ni siquiera es todavía el candidato—, pero los sondeos reflejan la erosión de la imagen Donald Trump, a quien su controvertida gestión de la pandemia del coronavirus y las protestas contra la muerte del afroamericano George Floyd ya pasan factura. Estados Unidos batió este jueves su récord de contagios del covid-19 en un solo día: 37.000 diagnósticos positivos en 24 horas. Y en la última semana más de un millón y medio de trabajadores se sumaron a la cola del paro.
Aunque entre Nueva York y Los Ángeles hay un vasto y complejo país que rehúye el retrato que traza la demoscopia y que en noviembre inclinará la balanza sin prestar demasiada atención a los politólogos, por ahora Biden puede sacar pecho. La encuesta de The New York Times y el Siena College publicada este jueves apunta que el 50 % de los votantes se decantan por el demócrata, frente al 36 % que declaran su intención de votar a Trump. Pero el dato crucial está en el análisis que este sondeo hace en seis estados clave para la reelección: Míchigan, Wisconsin, Pensilvania, Florida, Arizona y Carolina del Norte. La encuesta le concede ventaja a Joe Biden en estos seis territorios, en los que Donald Trump cimentó su victoria hace ahora cuatro años con un discurso populista, dirigido a las entrañas de la vapuleada clase media e inflamado con el mensaje aislacionista de America First y la fantasiosa propuesta de recuperar los puestos de trabajo devorados por la globalización.
El diferente peso de los estados
Los comicios presidenciales se rigen por el sistema de votos electorales. Cada estado tiene asignada una cifra —por ejemplo, 55 para California y 29 para Florida— que se lleva en bloque el candidato que se impone en ese territorio, de forma que quien obtenga al menos 270 de los 538 votos electorales se convierte en presidente de Estados Unidos. Solo en cinco ocasiones se ha dado la paradoja de que el elegido ganase en votos electorales y perdiese en el recuento total de papeletas. Sucedió con George Bush frente a Al Gore en el 2000 —cuando Florida jugó un papel decisivo en la contienda— y se repitió en el 2016. Trump sumó 306 votos electorales, frente a los 232 de Hillary Clinton, aunque la demócrata había cosechado 2,5 millones de sufragios más. Pero en Estados Unidos no importa tanto la cantidad de votos emitidos como el lugar concreto donde se depositen esas papeletas. Por eso, la batalla en Míchigan (donde Biden aventaja a Trump por 11 puntos en los sondeos), Wisconsin (49 % frente a 38 % para Biden), Pensilvania (10 arriba para el demócrata), Florida (seis puntos de margen para Joe Biden), Arizona (48-41 para Biden) y Carolina del Norte (49-40 para el exvicepresidente de Obama) será sin cuartel. Los cálculos indican que si Biden logra conservar los 20 estados donde Hillary Clinton ganó en el 2016 y hacerse con al menos tres de estos seis, el demócrata podría desalojar a Trump del Despacho Oval.
Aunque de cara a la galería Donald Trump sigue explotando sus dotes de presentador televisivo para burlarse del «somnoliento» Joe Biden y trata de convertir a su rival en poco más que un chiste de sobremesa, las encuestas han hecho saltar las alarmas en la Casa Blanca. No es casual que el presidente haya dedicado sus dos primeras citas en público después de la cuarentena a cultivar el voto en los estados swing que decidirán si repite mandato.
Arizona fue el martes la primera escala de su gira de regreso a los escenarios, con visita al muro fronterizo con México incluida, y este jueves (madrugada del jueves al viernes en España) tenía previsto viajar a Wisconsin para anunciar una lluvia de empleos en un estado donde el paro arrecia con la pandemia.