La Voz de Galicia

Biden y Johnson firman una nueva Carta Atlántica para afrontar los retos del siglo

Internacional

Esperanza Balaguer Nueva York / E. La Voz
Joe Biden, su esposa, Jill Biden, Boris Johnson y su mujer, Carrie Symonds, dieron un paseo por la localidad de Carbis

Ambos líderes aparcan sus diferencias y hacen un alarde de buena sintonía

12 Jun 2021. Actualizado a las 20:43 h.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico, Boris Johnson, acordaron este jueves revitalizar la Carta Atlántica, firmada hace 80 años, para adaptarla a los compromisos de ambas naciones con la alianza militar de la OTAN y los nuevos desafíos, como el cambio climático, los ciberataques o la salida de la pandemia. El primer encuentro cara a cara entre los dos líderes, celebrado en Cornualles, al suroeste del Reino Unido, finalizó con la renovación del documento suscrito en 1941 por Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill, que estableció sus objetivos de cooperación después de la Segunda Guerra Mundial.

«Hablaremos directamente a los retos del nuevo siglo», aseguró Biden en una comparecencia tras la reunión, que calificó como «muy productiva». El documento, de 80 páginas, marca la nueva era de las relaciones entre los dos líderes, que mostraron sus diferencias en el pasado, sobre todo por la sintonía del británico con el expresidente Donald Trump por su apoyo al brexit.

Antes de la reunión bilateral, Biden y Johnson dieron un paseo por la bahía de Carbis junto a sus respectivas esposas, Jill Biden y Carry Symonds, con la que el primer ministro británico acaba de contraer matrimonio. Fue la primera imagen de la puesta en escena de un encuentro, previo a la reunión del G7, al que ambos acudieron con la determinación de limar sus diferencias. «Tenemos algo en común. Ambos nos casamos muy por encima de nuestras posibilidades», bromeó Biden ante la prensa. «No voy a estar en desacuerdo con usted en eso —contestó Johnson— o en cualquier otra cosa».

Ocho áreas de acuerdo

La nueva Carta Atlántica incluye ocho áreas de acuerdo, expresadas sin mucho detalle, para fortalecer la cooperación, invertir en innovación científica, abordar las amenazas a la salud, promover el uso responsable del ciberespacio, condenar las injerencias electorales, luchar contra la corrupción, crear puestos de trabajo y afrontar la crisis climática.

Con este gesto, ambos trataron de recrear la histórica dinámica personal entre los líderes de las dos potencias trasatlánticas. Roosevelt y Churchill eran famosos por su cercanía. Al igual que el primer ministro Tony Blair y el demócrata Bill Clinton. Y, para sorpresa de muchos, Blair también se entendía a la perfección con el republicano George W. Bush, al que brindó su apoyo incondicional a la guerra de Irak.

El primer ministro británico recibió el enfoque del nuevo presidente de EE.UU. como «un soplo de aire fresco» para la estrategia conjunta, tras una charla de 90 minutos que calificó de «genial».

Johnson negó presión alguna por parte de Biden sobre las tensiones con la UE por la aplicación del acuerdo del brexit en Irlanda del Norte, después que el diario The Times revelara horas antes del encuentro las acusaciones de la Embajada norteamericana a Downing Street por inflamar la tensión con Dublín y Bruselas. El inquilino de la Casa Blanca también pasó por alto la polémica, más centrado en promocionar la compra de 500 millones de vacunas de Pfizer para donar al mundo. A dicho anuncio dedicó la última parte de su intervención en Cornualles, acompañado del director ejecutivo de la farmacéutica, Albert Bourla.

Los dos líderes acordaron crear un grupo de trabajo conjunto para estudiar la reanudación de los vuelos entre ambos países, sin determinar posibles las fechas. Biden puso así punto final a la visita, antes del encuentro con los líderes de las otras seis potencias económicas mundiales.

La reunión con Putin será en una villa suiza del siglo XVIII

La villa suiza de La Grange, una mansión construida en el siglo XVIII con espléndidas vistas al lago Lemán, será la sede de la cumbre entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y estadounidense, Joe Biden, el próximo día 16, según confirmaron ayer las autoridades locales y recoge Efe.

El Ministerio de Asuntos Exteriores helvético y el Gobierno cantonal de Ginebra confirmaron el escenario en sus cuentas oficiales de Twitter, aunque el lugar elegido era ya un secreto a voces, dado el gran operativo de seguridad desplegado en esa zona desde principios de esta semana.

Los parques públicos de La Grange y Eaux-Vives, donde se encuentra la villa, están cerrados desde principios de esta semana por «motivos excepcionales», cercados con vallas metálicas, y vigilados por un amplio operativo de policías, responsables de protección civil y agentes de seguridad privada.

La mansión de La Grange fue construida por una familia de banqueros, los Lullin, aunque su último propietario particular fue el empresario naviero William Favre, quien la donó a la ciudad en 1917.

El parque es uno de los lugares favoritos de asueto de los habitantes de Ginebra, especialmente durante el fin de semana, aunque a la villa solo se puede entrar con cita previa, en las visitas guiadas que ofrece la oficina de turismo local.

Dispositivo de seguridad

Para garantizar la seguridad, durante la cumbre se cortará el tráfico de todas las calles situadas a orillas del lago Lemán, así como las que rodean los parques de La Grange y Eaux-Vives, según informó la televisión local RTS.

Se trata de una de las zonas de mayor tráfico de Ginebra, por lo que las autoridades locales han pedido a los vecinos que el día de la cumbre opten por el teletrabajo en la medida de lo posible. Se prevé que Ginebra dicte un decreto prohibiendo manifestaciones en contra de las políticas de EE. UU. y Rusia coincidiendo con la cumbre.

Ginebra también acogió, en 1985, la primera cumbre entre el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, y el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, aunque en aquella ocasión el escenario elegido fue otra casa señorial, la mansión Saussure.


Comentar