Irán vota este viernes para devolver el Gobierno al ala conservadora
Internacional
El clérigo ultraconservador Ebrahim Raisí es el favorito para suceder a Rohaní en unos comicios en los que se espera una abstención histórica
18 Jun 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Irán acude a las urnas para elegir nuevo presidente en unos comicios marcados por la nominación de candidatos del ala conservadora del régimen, el veto a los reformistas y el temor a una abstención sin precedentes. Ebrahim Raisí, actual cabeza del poder judicial y clérigo ultraconservador muy cercano al líder supremo, Alí Jamenéi, es el gran favorito para suceder a Hasán Rohaní. Los sondeos apuntan a que la participación no superará el 47 %, muy lejos del 73 % del 2017.
La uniformidad entre los candidatos, el descontento por las promesas incumplidas, la pérdida de confianza en el sistema y el repunte de la pandemia son algunos de los factores que explicarían la falta de motivación en una cita que la comunidad internacional sigue de cerca porque será el nuevo Gobierno de Teherán quien apruebe o no la vuelta al acuerdo nuclear.
Solo los aprobados
Los 59,3 millones de iraníes con derecho a voto solo pueden elegir entre los candidatos que reciben la aprobación previa del Consejo de Guardianes, que esta vez no ha dado opción a los reformistas, lo que deja a los electores solos ante la corriente conservadora. En esta ocasión 592 personas presentaron su candidatura, pero solo siete superaron el filtro. Entre los descartados están las dos figuras que se presentaban como los grandes rivales a batir por Raisí: el vicepresidente del país, Eshaq Jahangiri, baza principal de los reformistas; y Alí Lariyani, expresidente del Parlamento, considerado como uno de los dirigentes con más apoyo dentro del ala moderada. Ambos fueron vetados, como lo fue el expresidente Mahmud Ahmadineyad, dirigente ultraconservador que estuvo al frente del Gobierno entre el 2005 y el 2013.
La campaña arrancó con los siete seleccionados, pero ha terminado con cinco porque dos de ellos han decidido retirar sus candidaturas a falta de 48 horas. Ante la falta de los pesos pesados del reformismo, Abdolnaser Hematí se ha convertido en el único candidato que se puede acercar al ala moderada. La entrada en la política de este tecnócrata, exdirector del Banco Central, ha sido una sorpresa y se presenta como una solución para gestionar la complicada situación financiera del país.
La poca expectación ante las elecciones llevó ayer al líder supremo a urgir a la población a votar y, como es tradicional, acusó a los enemigos extranjeros de conspirar para que la participación sea muy baja. «Los medios estadounidenses y británicos, y los mercenarios que trabajan bajo sus banderas, se están matando para cuestionar las elecciones», denunció Jamenéi, para quien «romper con las urnas no resolverá los problemas».
Rohaní basó sus dos victorias en los beneficios económicos que traería a Irán la firma del acuerdo nuclear. El clérigo moderado, sin embargo, no contaba con que Donald Trump fuera a reventarlo y reimponer unas sanciones que han hundido la economía porque impiden la venta de petróleo. La llegada de Joe Biden, que considera eliminar algunos de los castigos de su predecesor, ha reabierto la puerta a reactivar el pacto del 2015 y las conversaciones están abiertas en Viena. El nuevo Gobierno iraní será quien deba concluirlas.
Con Rohaní se ha repetido la situación vivida durante los mandatos del reformista Mohamed Jatamí. Cada vez que los iraníes votan un Gobierno moderado, Estados Unidos les castiga. En la época de Jatamí el entonces presidente George W. Bush les incluyó en la lista de países del «eje del mal» y con Rohaní, Trump les sancionó pese a que ellos cumplían todo lo pactado en el acuerdo nuclear.