El régimen castrista asedia al líder de las protestas del 15N

Todos los ojos en Cuba estaban puestos el domingo en el domicilio del opositor Yunior García. Su vivienda, situada en el barrio habanero de La Coronela, amaneció con un dispositivo de agentes de seguridad, algunos vestidos de paisano. García es el portavoz del colectivo Archipiélago, fundado tras las protestas del pasado julio. El movimiento ha convocado para este lunes la ilegalizada Marcha Cívica por el Cambio por todo el país, pero el dramaturgo anunció  que su intención era marchar este domingo en solitario y en silencio portando una rosa blanca hasta el malecón de La Habana.

Al cierre de esta edición, no había conseguido hacerlo. Afines al Gobierno castrista rodeaban su vivienda cantando consignas revolucionarias. En una de las ventanas colgaba una bandera cubana, pero la situación dentro del edificio era desconocida.

«Eso no viola ningún derecho. Al contrario, es mi derecho humano y constitucional, caminar con una rosa blanca, pero, al parecer, ni siquiera eso están dispuestos a permitir», denunciaba García, en un vídeo en Facebook.

Antes había asegurado a la agencia France Press que agentes del Estado amenazaron con encarcelarlo si seguía insistiendo en realizar la protesta. El régimen de La Habana denuncia Estados Unidos está detrás de la convocatoria del 15N y que García está a sueldo de ese país, algo que él niega. En los últimos días se han multiplicado las citaciones e interrogatorios a ciudadanos críticos para disuadirlos de unirse a la marcha.

El régimen ha apostado por promover concentraciones de apoyo al oficialismo. El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, participó este domingo en una sentada «en desacuerdo con las prácticas de guerra no convencional ejecutadas contra la paz en Cuba», según escribió en Twitter.

Este fin de semana existía cierto desconcierto por el llamamiento de García, y también en páginas web de la oposición, a rebajar el tono de la protesta para evitar la represión castrista.  Algunos portales sugirieron que los opositores salieran a la calle de blanco, mezclándose con la gente, y otros, que se sacasen sábanas blancas a los balcones.

En cualquier caso, el cambio de estrategia pregonado desde algunas instancias no es visto como un llamamiento a la desmovilización. «Somos un pueblo cansado de migajas, un pueblo que este 15N saldrá a la calle para exigir libertad, respeto y Justicia», publicó en la red social Twitter el movimiento de artistas San Isidro, que espoleó algunas de las más recientes protestas.

Acoso a la prensa

A la tensión entre opositores y castristas se unió la decisión del Centro de Prensa Internacional (CPI) de Cuba de retirar el sábado las acreditaciones a los cinco periodistas españoles que forman la delegación de la agencia Efe. Ese día había publicado una entrevista con Yunior García. Después de la gestión diplomática del Gobierno y el embajador española se restituyó ayer los permisos de dos de ellos, pero Efe lo consideró insuficiente y reiteró su reclamación de que se devuelvan todas.

La decisión del CPI podría generar un conflicto diplomático. El Ministerio de Exteriores español convocó ayer al encargado de negocios de Cuba en Madrid para pedir explicaciones.