El chavismo gana en las regionales, pero con menos votos y más abstención

A primera vista, el chavismo logró una victoria aplastante en las elecciones regionales y municipales celebradas el domingo en Venezuela con mínimas garantías democráticas. Pero una mirada más detallada de los datos ofrecidos este lunes por el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, muestra que en al menos ocho de los 20 estados (de los 23 del país) que gobernará a partir de ahora hubo menos del 50 % de participación y la pérdida de votos fue la más alta de sus 22 años de existencia. También, que en al menos cuatro estados la diferencia es tan pequeña que los candidatos opositores ya anunciaron que impugnarán los resultados.

Según se desprende de las cifras del CNE, el oficialista PSUV logró solo un 43 % de los votos totales (unos 3,2 millones de sufragios), mientras los partidos opositores se quedaron con un 57 % de los aproximadamente 8 millones de personas que, según el ente, acudieron a las urnas.

A pesar de todo, la organización del PSUV, sumada a la división opositora y a un sistema poco justo (como ha reconocido el propio Josep Borrell al enviar una misión de observación de la UE a los comicios), han hecho que la mayoría de los cargos en disputa sigan cayendo del lado del chavismo.

Pero la oposición, según cálculos preliminares, habría aumentado el número de alcaldías bajo su control de 27 a 80, cifra que, según algunas cuentas, sube hasta 130, casi un 40 % de los municipios en disputa. En tanto, al menos cuatro de las gobernaciones que adjudicó el CNE al chavismo muestran diferencias tan pequeñas que han llevado a anunciar la impugnación de resultados por parte de la oposición. Son los estados de Barinas (tierra natal de Hugo Chávez), y sus vecinos Apure y Táchira, donde el primer boletín del CNE dio ganadores a los candidatos del chavismo por diferencias de menos de un punto cuando aún faltaba por escrutar el 10 % de las actas.

El candidato opositor a la gobernación de Miranda, David Uzcátegui, también impugnará los resultados, según los cuales perdió por 60.000 votos, pero la CNE declaró nulos más de 40.000 sufragios al no dar como válido una papeleta unitaria de la oposición.

Está por verse, sin embargo, si las impugnaciones prosperarán en un sistema electoral que promueve el voto por partido, en vez de por cargos, y donde las irregularidades y ventajismos que suelen darse en los comicios del chavismo se mantuvieron, incluyendo un llamamiento del propio Nicolás Maduro a sus seguidores a la «operación remate» en las mesas electorales, 20 minutos después de que estas, por ley, debían haber cerrado.

Maduro calificó de «contundentes» los resultados y llamó a los tres gobernadores opositores (todos veteranos de la política, incluyendo al excandidato presidencial Manuel Rosales) a trabajar «con diálogo».

Este lunes, solo Cuba había felicitado a Maduro por su «victoria electoral», lo que da muestra de que las elecciones tienen poco, o nulo, reconocimiento internacional. Lo cual aprovechó el líder de la oposición, Juan Guaidó, para señalar que «hoy Maduro sigue siendo el derrotado en este proceso». Señaló además que hay que retomar el camino de la unidad opositora, porque «60 % del país no pudo o no quiso ir a votar y tenemos que respetarlo».