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Pedro Muñoz Leiva: «Hay problemas que no podemos resolver los países solos, tenemos que volver a convivir»

Internacional

héctor estepa santiago de chile / e. la voz vicepresidente de la constituyente chilena
Pedro Muñoz Leiva, vicepresidente de la Comisión Constitucional de Chile

El vicepresidente de la Convención Constituyente de Chile se muestra preocupado por la polarización en un país que el domingo debe elegir entre el ultraderechista Kast y el izquierdista Boric

17 Dec 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Muñoz Leiva (Loncoche, 1987) es activista LGTBI y vicepresidente de la Convención Constituyente chilena, que redacta estos días una nueva Carta Magna para sustituir a la aprobada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Chile es hoy un país polarizado que se ha alejado del centro político. El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric se baten este domingo en un duelo en las urnas con el objetivo de alcanzar la presidencia. En la primera vuelta de los comicios en noviembre resultaron derrotados el oficialismo de derecha moderada y la centroizquierda, liderada durante años por el Partido Socialista que representa el constituyente Muñoz. Atiende a La Voz en la sede de la Convención Constituyente en Santiago de Chile y se muestra preocupado por la polarización del país.

—El centro se ha convertido en minoritario en la política chilena y también en la mayoría de América Latina ¿A qué se debe?

—El mundo hoy vive en conflicto. Estamos en un proceso de inestabilidad global, con muchas amenazas, como las crisis climática o migratoria. Hacen que las personas se sientan inseguras.

—¿Qué tiene que hacer el centro?

—Hay que construir partidos que se abran a la pluralidad y que incorporen las nuevas luchas y conflictos dentro del sistema político. Tenemos que construir instituciones estables a nivel latinoamericano que permitan una gobernanza regional, porque hay problemas que no podemos resolver los países en soledad, como el migratorio o los desafíos a la democracia. Tenemos que volver a convivir.

—La izquierda barrió en las elecciones a la Convención Constituyente en mayo, pero la derecha reaccionó en las legislativas de noviembre, y logró igualar las fuerzas en el Congreso ¿A qué se debe ese cambio?

—Un país no se construye en un día y hay que tener en cuenta que la política es un proceso. El mismo país que votó por una mujer presidenta, Michelle Bachelet, eligió después a un empresario, Sebastián Piñera. Chile es más plural de lo que creemos y la foto de la elección a la constituyente es simplemente la imagen de un momento.

—Algunos analistas consideran a la Constituyente, que planea acabar con el sistema económico de la dictadura, como responsable parcial de los resultados de noviembre. Creen que los cambios propuestos son demasiado profundos y van demasiado rápido.

—No estoy de acuerdo. Las élites y quienes rechazaron el proceso constituyente, cercanos a Kast, son responsables del desprestigio porque están intentando boicotear el proceso desde dentro. Los resultados dispares deben hacernos entender, eso sí, que el país es muy amplio. A la convención han entrado grupos que nunca estuvieron en el poder ni en un espacio de deliberación tan importante y quieren instalar sus demandas con fuerza. Eso hace que nos entusiasmemos y podamos perder la perspectiva, pero no creo que haya supuesto el cambio en el voto.

—La participación decidirá probablemente el ganador del domingo ¿Por qué en Chile se abstiene más de la mitad del padrón?

—La Constitución del 80 generó amarres a la democracia que hacían imposible que el voto que uno le entrega a una autoridad por un proyecto transformador se consolidara en políticas públicas, debido a que los cuórum que exige son elevadísimos. El sistema ha excluido a grandes grupos de las decisiones. Uno de nuestros desafíos es configurar un modelo que abra la puerta a la diversidad y sectores que siempre estuvieron marginados de la vida política.


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