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OLEKSANDR PRONKEVYCH CATEDRÁTICO DE LITERATURA ESPAÑOLA EN LA UNIVERSIDAD DE MYKOLAIV
Soldados ucranianos cargan el féretro de un colega asesinado en la frontera de Mykolayiv.

El catedrático de Literatura de la Universidad de Mykolaiv resume la grave situación que se vive en esta ciudad, ocupada por el Ejército ruso

18 Apr 2022. Actualizado a las 20:16 h.

Llevamos viviendo en Leópolis más de un mes. Con ansiedad seguimos las noticias sobre la ciudad de san Nicolás (Mykolayiv). Durante los últimos días la situación es cada vez más dramática y peligrosa. Estoy seguro que la prensa internacional ha centrado su atención en otros acontecimientos. Por esta razón he decidido escribir el texto de hoy en forma de reportaje informativo para añadir un toque más a la imagen cínica y grosera de la Rusia de Putin.

La ciudad de san Nicolás ha jugado un papel importante en esta guerra. Ha protegido a Odesa y a la costa del sur de la ocupación rusa. En estos momentos, casi toda la región ha sido liberada de las tropas del Kremlin, a excepción de dos pueblecitos -Snihurivka (a 63 km por la ruta más corta) y Bashtanka (a 60 km)- y los territorios alrededor de ellos. Allí continúan los combates permanentemente y los bombardeos de civiles que conducen a un desastre humanitario, que a su vez deriva en el enorme flujo de refugiados.

Las tropas ucranianas tratan de atacar a los orcos rusos para liberar Jersón, pero por falta de recursos humanos y armas no consiguen su objetivo. El enemigo está bastante lejos y no puede amenazar con tomar la ciudad, pero su artillería se encuentra lo bastante cerca como para lanzar misiles y bombas de racimo. Como resultado, la ciudad sigue sufriendo bombardeos. Cuatro, cinco, seis veces cada día se oyen explosiones y mueren civiles inocentes. Los hospitales están llenos de heridos. La aviación y la flota militar del Kremlin también están contribuyendo a la destrucción de la infraestructura crítica y de las casas. La ironía del destino es que nos bombardean los barcos construidos en nuestros astilleros. Así, el problema de la ofensiva rusa sigue figurando en la agenda. Por eso, para fortalecer la defensa, las autoridades de Mykolayiv están erigiendo sistemas de fortificaciones en los suburbios y las cercanías.

La noticia más triste que hemos recibido es la explosión del acueducto que brinda agua a Mykolayiv. Suena paradójico que una ciudad situada en el estuario más grande de Europa y entre dos rías se enfrente a un problema de desabastecimiento de agua, pero la realidad es esa. «Nuestra» agua contiene demasiada sal. El agua del río Dniéper mucho mejor por su calidad. El punto de donde sale al acueducto está en la zona ocupada y el miércoles pasado los orcos lo destruyeron. Antes de la guerra en la ciudad de Mykolayiv vivían casi 500 mil habitantes. Según la información del alcalde, un 40 % de los ciudadanos han huido. Esto significa que ahora aproximadamente 300.000 personas no tienen agua en sus casas y empresas. Las autoridades están proporcionando el líquido a cada barrio, perforando pozos y buscando soluciones para restaurar el acueducto. La gente está cogiendo agua con cubos en la ría.

Pero cuando hablo con mis colegas y amigos que se quedaron en la ciudad, no oigo desesperación en sus voces. Esto significa que Mykolayiv nunca se dará por vencida.

 

Anteriores entregas

15 de abril Las diosas enfurecidas

13 de abril Hobbit y Gandalf

12 de abril La primavera

11 de abril La batalla por el «borsch»

 10 abril Mi facultad en la guerra

9 de abril Folclore de la guerra

8 de abril El escándalo de una traducción

7 de abril ¿Qué es la rusofibia?

6 de abril Sigo recibiendo cartas

5 de abril El genocidio y la cultura rusa

4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana

3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás

2 de abril: Proyección interrumpida de películas

1 de abril: Oda al teléfono celular

31 de marzo: Llorad y rezad por Petro

30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas

29 de marzo: El 28 de marzo

28 de marzo: ¿Podemos repetir?

27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa

26 de marzo: Humor en la guerra

25 de marzo: Educación sentimental

24 de marzo: Una pregunta maldita

23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás

22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto

21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco

20 de marzo: La carta de mi estudiante

18 de marzo: Pensando en mi universidad

17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso

15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten

14 de marzo: El domingo siempre es domingo

13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?

12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia

11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia

10 de marzo: Nos hicimos refugiados

8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás

7 de marzo: Protegidos por san Nicolás

6 de marzo: La ciudad de san Nicolás

5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias

4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago

 3 de marzo: Ucrania resiste y vive

 2 de marzo: Mis peores temores

 1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores

 28 de febrero: Tanques en Mykolaiv

 27 de febrero: Rezad por Kiev

 24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)

 


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