Gregorio Skovorodá
Internacional
10 May 2022. Actualizado a las 22:03 h.
El día X (V=Z) ha llegado. Ahora son las 9.20 hora de Kiev. Es demasiado pronto para comparar mis expectativas, sobre la cuales escribí en mi último texto, con los resultados de la celebración de la fiesta principal de los orcos. Por esto quiero llamar su atención sobre los «logros» de los preparativos de los rusos. La lluvia de bombas y misiles ha caído en casas, hospitales, escuelas, en otros objetivos «militares legítimos». Algunos de los sitios destruidos están marcados por el simbolismo. En Mykolaiv la bomba cayó en la plaza de la Victoria, llamada así en honor a la misma victoria que se festeja hoy, y ha matado y herido a muchos civiles. Otro misil destrozó la ermita de san Jorge del monasterio ortodoxo del Monte Santo. Finalmente, en la noche del 7 de mayo fue destruida por el golpe directo de un proyectil la casa-museo de Gregorio Skovorodá en la aldea Skovordivka de la región de Járkov.
Skovorodá fue filósofo, escritor, poeta, músico, educador: es el genio ucraniano más grande. Su tricentésimo aniversario se celebra este año: ¡Feliz cumple, profesor Skovorodá! En esta casa el pensador vivió algunos años antes de su fallecimiento en 1794. En Skovordivka está su tumba con el lema que ha aprendido de memoria toda Ucrania: «El mundo trataba de enjaularme, pero no lo ha conseguido». Traten de imaginarse que la casa de Cervantes haya sido destruida por el golpe directo de una bomba y comprenderán el dolor extremadamente agudo que sentimos en nuestros corazones.
Skovoridá es el ucraniano arquetípico que en su vida y en su obra personificó los valores principales por los cuales estamos luchando: la libertad y la felicidad. Hombre de cultura muy amplia y rica, dominaba muchas lenguas, conocía la filosofía y la literatura clásicas y la Biblia. En sus escritos menciona España, a Alfonso X el Sabio, cita a los teólogos españoles. En el tratado El Coloquio, llamado Alfabeto o el Manual del Mundo 1775, Skovorodá escribe que «tristeza, congoja, aburrimiento pueden perseguir al hombre en cualquier sitio, incluso en las islas Canarias». En otro tratado, La puerta educativa al comportamiento verdaderamente cristiano 1776, las islas Canarias reaparecen como espacio donde no se debe buscar la felicidad. Las Canarias para Skovorodá son sinónimo del engaño, del deseo erróneo de escapar de donde estamos esperando que la vida lejana sea más feliz que la que nos rodea. Esta referencia profética al sitio que ahora en la conciencia global se identifica con la industria turística sirve bien para explicar la quintaesencia de la filosofía de Skovorodá: la felicidad, que es sinónimo de libertad, se debe buscar en el alma y no en las cosas materiales.
A mi Facebook me ha llegado un meme. El monumento a Tarás Shevchenko, otro ucraniano arquetípico, con el agujero de una bala en su frente se dirige al monumento de Skovorodá, que ha sobrevivido el bombardeo: «¿Qué tal?», le pregunta Tarás. «Bien», responde el filósofo. La resistencia sigue.
Anteriores entregas
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)