Sobre el hombre inútil
Internacional
03 Aug 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Hemos entrado en agosto, el último mes del verano más absurdo y trágico. Muchos (y yo entre ellos) no podemos aceptar la idea de que estamos en plena guerra, absolutamente bárbara e inhumana, en el siglo XXI. En YouTube salen entrevistas de algunos «buenos» rusos que pertenecen a la misma generación que yo. Les llamo los hombres y mujeres inútiles. Existe este tipo en la literatura rusa clásica. Se trata de los individuos inteligentes, con consciencia moral y dotados de talentos, pero incapaces de realizarse en la brutal realidad rusa. Por muchas razones (políticas, económicas o amorosas) no les salen sus vidas y ellos «se curan» con alcohol, con huidas a sus mundos pequeños o al extranjero. Lo que les hace escaparse es la imposibilidad de respirar, de crear, de ser libres.
La guerra ha actualizado este sentimiento de ser inútil en los intelectuales rusos porque ellos ven que su cultura, tan humana, tan rica y sofisticada, resultó ser inútil para parar los instintos bestiales en el pueblo ruso y para despertarlo de su sueño de la conformidad total que nutre la guerra. Algunos son celebridades con fama internacional que ahora existen en sus guetos intelectuales, intervienen en todas las televisiones del mundo y enseñan su literatura y cultura en las mejores universidades. Otros sobreviven en exilios o en la emigración. Los que están en Rusia guardan silencio. Cualquiera que sea su situación vital, no pueden cambiar nada en Rusia, son inútiles. Son impotentes con buenas intenciones. ¿Para ser útil es menester dejar de ser ruso?
Escribo sobre este tema como un experto porque también soy un hombre inútil ruso. Sin embargo, tuve la suerte de vivir en Ucrania. Ahora mirando atrás veo que algo providencial me sacó de mi zona del mar de Barents y me llevó a Kiev para que yo aprendiera español. Unos años más tarde, en 1991, cuando la URSS se había desintegrado, decidí quedarse en Ucrania para siempre y nunca me he arrepentido. Creo que me he convertido en un hombre útil porque Ucrania, mi verdadera patria, me ha dado lo que no pude tener ni en la URSS ni en Rusia: la libertad para vivir sin tener miedo de ser castigado por ser yo mismo. Antes del 24 de febrero del 2022 yo había realizado todos los sueños de mi juventud: había construido una facultad de filología, había viajado por el mundo entero y nunca había conocido la censura.
El 24 de febrero del 2022 los rusos atacaron mi país. En algunos de mis textos del diario definí la amenaza de la invasión como mi miedo más fuerte. Y no es solo porque me asustan las represalias. Como ruso he aprendido bien el arte de sobrevivir y de escaparse en un país enorme. La perspectiva de que Ucrania sea invadida por los rusos me espanta por otra razón: ellos están llegando para reconvertirme (y a muchos hombres y mujeres como yo) en un individuo inútil. Nunca les dejaremos hacerlo.
Anteriores entregas
31 de julio ¡Viva la universidad de Cádiz!
29 de julio Las historias de los muñecos
27 de julio El Renacimiento fusilado
26 de julio Ligero de equipaje
25 de julio El festival de cine en los sótanos
24 de julio Los efectos de la guerra en el medio ambiente
22 de julio Salvando al soldado gato
21 de julio La boa y el elefante
19 de julio ¿Será Ucrania una nueva Atlántida?
17 de julio Historia de Ucrania en cuatro mapas
16 de julio El terror aéreo
14 de julio Masyanya. Episodio 162
13 de julio Natalena Koroleva, la escritora ucraniana española
12 de julio «Ukraïner» en español
10 de julio David y Goliat
7 de julio ¿Por qué Mariúpol ha sufrido tanto?
6 de julio Conversación bajo la tormenta bíblica
5 de julio Iya kiva
4 de julio Saludos desde el sur de Ucrania
3 de julio Esqueletos en el armario
2 de julio ¿Adónde hemos llegado?
1 de julio Santa Teresa de Ávila y la cultura ucraniana
30 de junio El desfile de las orquestas bajo el sonido de las alertas aéreas
28 de junio El doctor Jekyll se quita la máscara
27 de junio Triste final de curso universitario en este 2022
26 de junio Ucrania renovará Europa
23 de junio La noche antes del examen
22 de junio El regreso a Europa
21 de junio El genocidio no es un pretexto informativo
20 de junio Cuando el helecho florece
18 de junio No es fácil hablar sobre la guerra
17 de junio Los dibujos animados contra la guerra
16 de junio Mirando vídeos de mis estudiantes
15 de junio El vals de la despedida
12 de junio Ucrania en la revista TTAK
10 de junio Los girasoles, el símbolo de Ucrania
9 de junio ¿Es Ucrania nacionalista?
7 de junio Guerra, ¿cómo te llamas?
5 de junio Pushkin ha vuelto
4 de junio Escuchen las voces de Ucrania
3 de junio El verano de nuestra victoria
2 de junio El arte de pasar el sábado en Mykolaiv
31 de mayo ¿Es Rusia fascista?
30 de mayo Sobre los asuntos eclesiásticos
29 de mayo Lesya Ukrainka
27 de mayo La guerra y el tiempo
26 de mayo Releyendo mi diario
25 de mayo Moisés
24 de mayo ¿Adiós Pushkin?
22 de mayo La tragedia de la Mariúpol artística
21 de mayo Iván Frankó, el divulgador de la literatura española en Ucrania
20 de mayo El genocidio en Ucrania
18 de mayo Carta de un soldado: «Me siento feliz en Mykolaiv»
17 de mayo «Stefania», el homenaje a la madres de Kalush Orchestra
16 de mayo Nostalgia
14 de mayo Los desastres de la guerra (versión siglo XXI)
13 de mayo Mi Galicia
12 de mayo Un congreso cultural pospuesto
11 de mayo El desfile de Putin y el esturión podrido
9 de mayo Gregorio Skovorodá
8 de mayo Regalos para la fiesta
7 de mayo La guerra patriótica de Ucrania
4 de mayo Ucrania celebrará el 8 de mayo el Día de la Victoria
3 de mayo Historia del día de la victoria
1 de mayo Anabel
30 abril La resurrección de Ucrania
29 de abril Otra vez sobre el Instituto Cervantes en Moscú
28 de abril Escaparse de la zona ocupada
27 de abril El «Guernica» de Picasso
26 de abril La resistencia al invasor, en los memes de la Pascua ortodoxa
24 de abril El Día del Libro
23 de abril La tragedia del sur de Ucrania
22 de abril El Jueves Limpio
21 de abril Una parábola sobre las burbujas
20 de abril El Martes Grande en Ucrania
19 de abril La Pascua de Resurrección y el Domingo de Palma en Leópolis
18 de abril Las noticias de Mykolaiv
15 de abril Las diosas enfurecidas
13 de abril Hobbit y Gandalf
12 de abril La primavera
11 de abril La batalla por el «borsch»
10 abril Mi facultad en la guerra
9 de abril Folclore de la guerra
8 de abril El escándalo de una traducción
7 de abril ¿Qué es la rusofobia?
6 de abril Sigo recibiendo cartas
5 de abril El genocidio y la cultura rusa
4 de abril El destino de una familia hispano-ucraniana
3 de abril: Esperando la ofensiva rusa sobre el Dombás
2 de abril: Proyección interrumpida de películas
1 de abril: Oda al teléfono celular
31 de marzo: Llorad y rezad por Petro
30 de marzo: Cómo derrotar al enemigo muy rápido y con pocas bajas
29 de marzo: El 28 de marzo
28 de marzo: ¿Podemos repetir?
27 de marzo: Un primer balance de los 30 días de la invasión rusa
26 de marzo: Humor en la guerra
25 de marzo: Educación sentimental
24 de marzo: Una pregunta maldita
23 de marzo: Nuevos bombardeos en la ciudad de san Nicolás
22 de marzo: Las familias rotas que deja el conflicto
21 de marzo: Imbuidos del espíritu quijotesco
20 de marzo: La carta de mi estudiante
18 de marzo: Pensando en mi universidad
17 de marzo: Así intentaron silenciarme con porno ruso
15 de marzo: Golpea a los tuyos para que otros se asusten
14 de marzo: El domingo siempre es domingo
13 de marzo: Día 15. ¿Debe cerrar el Instituto Cervantes de Moscú?
12 de marzo: El papel de los hispanistas de Ucrania en la guerra con Rusia
11 de marzo: Mi encuentro en Leópolis con el periodista de La Voz de Galicia
10 de marzo: Nos hicimos refugiados
8 de marzo: Las últimas horas en la ciudad de san Nicolás
7 de marzo: Protegidos por san Nicolás
6 de marzo: La ciudad de san Nicolás
5 de marzo: Ucrania: dos referencias literarias
4 de marzo: Por qué ha fracasado la guerra relámpago
3 de marzo: Ucrania resiste y vive
2 de marzo: Mis peores temores
1 de marzo: El columpio de esperanzas y temores
28 de febrero: Tanques en Mykolaiv
27 de febrero: Rezad por Kiev
24 de febrero: «¡Feliz cumple, profesor!» (Sé que puede ser el último de mi vida)