Rusia bombardea Kiev mientras despliega a los chechenos en Donetsk

Rusia bombardeó ayer por sexto día consecutivo Kiev, capital ucraniana, mediante una combinación de 30 misiles disparados desde el Caspio y drones iraníes Shahed, todos ellos derribados, además de 22 localidades de la región de Zaporiyia, donde murieron dos personas. «Los terroristas están desesperados y atacan la capital casi sin parar. En los últimos seis días, los ‘ruscistas’ [combinación de ‘rusos’ y ‘fascistas’] han lanzado el sexto ataque aéreo contra la ciudad», destacó la Administración Militar de Kiev.

Además, un explosivo acabó con la vida de una mujer de 37 años e hirió a tres menores en la región de Járkov. Según el gobernador del óblast, Oleg Sinegubov, el artefacto podría ser una de las numerosas minas que hay en toda la zona.

Rusia, por su parte, continuó sufriendo ataques en su territorio. En Bélgorod, blanco recurrente de la artillería ucraniana durante los últimos días, murieron dos mujeres, mientras que en la región de Kursk fueron derribados ocho drones que causaron daños menores a la puerta de un edificio residencial. En Smolensk, por otro lado, otros drones suicidas causaron «daños críticos o incendios» en una refinería de petróleo y una distribuidora de gas, según indicó su gobernador interino, Vasili Anojin.

Todos estos ataques se producen a la par del despliegue de las fuerzas especiales chechenas Ajmat en las inmediaciones de Donetsk para lanzar una ofensiva contra las ciudades de Avdiivka y Mariinka, que se convierten en los nuevos epicentros de los esfuerzos militares rusos. Además, el líder checheno, Ramzán Kadírov, anunció que sus tropas de élite iniciaron ofensivas en otros puntos de Zaporiyia y Jersón «para liberar una serie de localidades».

Los chechenos desaparecieron del mapa informativo después de que un comando especial para asesinar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fuera eliminado en marzo del 2022. Ahora, los Ajmat sirven de apoyo al Ejército de Rusia.

China cree que Ucrania y Rusia no están listas para iniciar conversaciones

Li Hui, el negociador para la paz entre Ucrania y Rusia, asegura que ambos países tienen dificultades para iniciar conversaciones de paz. Esencialmente, por los constantes ataques de Moscú sobre el país invadido y la reticencia de Kiev a permitir que sus invasores sigan ocupando su territorio. «Tal y como están las cosas ahora, puede ser bastante difícil para todas las partes sentarse a negociar de forma fructífera», aseguró Hui, que ha tenido una apretada agenda entre Kiev, Moscú, Bruselas, Berlín, Varsovia y París para recabar información acerca del estado de la guerra.

Concretamente, el delegado chino apuntó que «el riesgo de escalada» de la invasión «aún es alto» y pidió a ambos bandos garantizar la seguridad de instalaciones nucleares, así como tomar medidas concretas para «enfriar» las hostilidades. Además, señaló que China está considerando enviar otra delegación sobre el terreno porque «hay una gran brecha entre las posiciones de ambas partes». Rusia no quiere parar la invasión y Ucrania no quiere ceder territorio.

Pero Li Hui fue más allá y señaló directamente a Occidente y su política de «avivar» las llamas de la guerra con el envío de armamento moderno para que Kiev defienda su suelo por un lado y pueda atacar para retomar las regiones ocupadas por Rusia por otro. «China cree que si realmente queremos poner fin a esta guerra, salvar vidas y alcanzar la paz, es importante parar de enviar armas al campo de batalla. Si no, las tensiones aumentarán», expresó antes de lanzar un último dardo a los aliados de Ucrania: «Dejar de echar combustible al fuego es la mejor acción humanitaria.

Así, el rol de China como mediador entre los países enfrentados cumple un primer paso de tanteo de líderes políticos. Li Hui presentó en Kiev —bajo los bombardeos rusos— su plan de paz de 12 puntos, que causa disenso entre los occidentales. El documento no aboga explícitamente por una retirada de tropas rusas de Ucrania a pesar de que sí habla de respetar la soberanía de los países. Otro asunto espinoso, porque Kiev y Moscú reclaman la soberanía de Crimea y las partes ocupadas de Jersón, Lugansk, Donetsk y Zaporiyia, y China no se moja sobre a quién pertenecen esos territorios.