El Ejército de Israel sufre la emboscada más sangrienta desde el 7 de octubre
Internacional
Nueve militares, entre ellos dos oficiales, mueren en Shejaiya, al este de Gaza
14 Dec 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Israel rodea los principales bastiones de Hamás en Gaza y sus soldados combaten casa por casa. 24 horas después de que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, anunciara que «los batallones de Hamás que parecían invencibles, que se prepararon durante años para combatir contra nosotros, están a punto de ser desmantelados», llegó la emboscada más sangrienta sufrida por sus hombres desde el 7 de octubre.
Al menos nueve militares, entre ellos el coronel que lideraba la unidad de combate de élite, fueron abatidos por los combatientes en Shejaiya, al este de la Ciudad de Gaza. Otro militar murió además en una operación diferente al norte de la Franja lo que elevó la cifra de bajas en el ejército a 115. Shejaiya es un lugar de triste recuerdo para el Ejército porque en la ofensiva del 2014 sufrieron otra emboscada en la que murieron siete hombres al ser alcanzado el blindado en el que viajaban. El brazo armado de Hamás logró retener uno de los cuerpos y sigue sin entregarlo.
Pérdida de capacidad operativa
Nueve años después los islamistas volvieron a sorprender al enemigo. La Radio del Ejército anunció que «un alto mando militar aseguró que bombardear el distrito antiguo de Shejaiya en lugar de ir edificio a edificio no funcionaría ya que los terroristas huyen de los bombardeos y luego regresan, no hay alternativa a la lucha sobre el terreno». Medios como The Times of Israel señalaron que un grupo inicial de cuatro soldados penetró en la zona vieja de este barrio de la parte oriental de la Ciudad de Gaza y sufrieron la emboscada al explotar un artefacto en un edificio que inspeccionaban.
Otro grupo acudió al rescate, pero los milicianos les esperaban. Pese a la gravedad del ataque, el ministerio de Defensa considera que el batallón de Hamás en Shejaiya, un lugar bombardeado de manera masiva desde el final de la tregua, «ha perdido la cadena de mando y opera de manera poco organizada a base de pequeños escuadrones de terroristas».
Israel busca ofrecer una imagen de victoria y esta se resiste, pese a los repetidos intentos con banderas con la estrella de David en lugares icónicos de Gaza, con cientos de detenidos palestinos semidesnudos con las manos atadas y transportados en camiones o con los vídeos bajo el hospital de Al Shifa.
Imagen de victoria
En opinión del periodista Anshel Pfeffer, del diario Haaretz, «el intento de producir una imagen de victoria mientras se libra una guerra sangrienta está condenado al fracaso. E incluso si hubiera una imagen que pudiera resumir una victoria israelí contra Hamás, es poco probable que provenga de las ruinas de Gaza». La diferencia en el poderío militar es infinita, la destrucción es absoluta y hay más de 18.000 gazatíes muertos, pero los servicios de Inteligencia no logran localizar a los cabecillas enemigos.
Lo que sí consiguieron fue encontrar los cuerpos de dos rehenes capturados por Hamás el 7 de octubre, la joven Eden Zacharia y el soldado Ziv Dado. Israel ha logrado cercar los principales bastiones de los islamistas en Gaza. Sin embargo, según el Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas, el apoyo al grupo ha crecido al 43 % frente al 18 % de quienes apoyan al Fatah de Mahmud Abás.
Ponen precio a la cabeza de Yahya Sinwar, líder político de Hamás
Israel persigue a Yahya Sinwar, líder político de Hamás a quien considera el cerebro de la matanza de 1.200 personas en los kibutz vecinos a Gaza el pasado 7 de octubre. Después de más de dos meses de intensos bombardeos y combates en algunos de los feudos más importantes de los islamistas, el ejército no ha logrado localizarlo.
Los israelíes han realizado detenciones masivas de palestinos con el objetivo de interrogarles para recabar información y han pegado carteles en las calles de la Franja para ofrecer 100.000 séqueles (unos 25.000 euros al cambio) por la cabeza del jefe del grupo terrorista. Los carteles llevan un gran título en letras rojas, «recompensa por la cabeza de la serpiente», y un texto que explica que «Sinwar abrió las puertas del infierno» a la Franja.
Además de los 25.000 euros, quien aporte información para cazarlo «será trasladado con su familia a un lugar seguro». Esa cantidad dista mucho de los precios que puso Estados Unidos a las cabezas de terroristas globales como Osama Bin Laden, líder de Al Qaida, por quien ofrecieron 23 millones de euros. Por Abu Bakr al Bagdadi, al frente del grupo yihadista Estado Islámico, se habló de 9,2 millones. Y para el actual ministro de Interior del emirato talibán en Afganistán, Sirajuddin Haqqani, se ofreció una recompensa de cinco millones.