Una coalición militar liderada por EE.UU. protegerá el mar Rojo de los ataques hutíes
Internacional
Washington anuncia una alianza de diez países, entre ellos España. Margarita Robles aclara que no intervendrá «unilateralmente» y solo lo hará por mandato de la OTAN o la UE
21 Dec 2023. Actualizado a las 11:36 h.
Guardián de la Prosperidad. Con este grandilocuente nombre ha bautizado Estados Unidos la operación naval internacional para frenar los ataques de los rebeldes hutíes a buques comerciales en el mar Rojo en represalia por la guerra en Gaza. Por ahora no hay voluntad de apuntar directamente contra posiciones en Yemen de los insurgentes chiíes, ante el riesgo de una expansión del conflicto en Oriente Medio.
El jefe del Pentágono, Lloyd J. Austin, anunció poco después de finalizar su viaje a Israel que la fuerza marítima internacional estará liderada por Estados Unidos y formada por el Reino Unido, Francia, España, Italia, Países Bajos, Canadá, Noruega, Baréin y Seychelles. Sin embargo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, aclaró que la participación de España está sujeta a las decisiones de la Unión Europea y la OTAN y, en consecuencia, el país «unilateralmente, no participará en este ámbito». Poco antes, el líder popular, Alberto Núñez Feijoo, consideraba «correcta» la decisión del Gobierno de unirse a la coalición, si bien reprochaba a Pedro Sánchez que no informara al Parlamento. Mientras, el portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, tachaba de «inaceptable» la participación en esa operación.
La presencia de los buques españoles dependen de lo que decidan la UE y la Alianza Atlántica. Bruselas aún analiza cómo debe ser su actuación. El portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, señaló este martes que los Veintisiete están discutiendo tanto entre ellos como con sus socios internacionales cuál debe ser la forma de actuar «porque este es obviamente un problema internacional y se necesita una solución internacional».
La OTAN, en cambio, ya manifestó que no tiene planes de jugar un papel militar en la crisis y deja por el momento la misión naval en manos de los aliados, tras una reunión virtual de ministros de Defensa aliados convocada por Washington.
Tras el estallido de la guerra en Gaza, los hutíes, apoyados por Irán, han lanzado andanadas de misiles y drones contra el sur de Israel y también contra buques con la bandera de la estrella de David o propiedad de empresas israelíes que pasa por el estrecho de Bab al Mandeb, paso obligado para los cargueros y petroleros que cruzan por el canal de Suez.
Desde Manama, capital de Baréin, Austin pidió unidad global para detener los ataques de los rebeldes chiíes hutíes, que «ya afectan la economía mundial», porque de los contrario los insurgentes «seguirán amenazando el transporte marítimo comercial».
La coalición actuará bajo el paraguas de la fuerza naval internacional Fuerzas Marítimas Combinadas (CFM, en inglés), una coalición formada por 39 países que tiene como objetivo proteger el flujo comercial y mejorar la seguridad marítima.
Los hutíes no detendrán los ataques
Los hutíes no parecen dispuestos a detener los ataques. «Incluso si EE.UU. tiene éxito a la hora de movilizar al mundo entero, nuestras operaciones militares no se detendrán a menos que terminen los crímenes de genocidio en Gaza y de que se permita la entrada de medicinas y alimentos a su cercada población, sin importar los sacrificios que tengamos que hacer», dijo Mohamed al Bukaiti, miembro del brazo político hutí, en la red social X.
Horas antes, Al Bukaiti había «aconsejado» a los países no sumarse a esta coalición por ser «deshonrosa» y «una vergüenza».
¿Quiénes son los rebeldes que ponen en peligro el comercio mundial?
Los hutíes ha optado por tener un papel protagonista en la guerra de Gaza con su campaña de atacar buques en el mar Rojo en represalia por los bombardeos israelíes y poner en peligro el comercio mundial.
Pero ¿quienes son los hutíes?
El movimiento hutí, también conocido como Ansar Allah (Partidarios de Alá), surgió en los años 90 en la provincia de Saada (norte de Yemen) bajo el mando del clan tribal Al Huti, de religión zaidí, una rama del chiismo. El grupo toma su nombre del jeque Huseín al Huti, asesinado en septiembre del 2004 por fuerzas yemeníes, en plena radicalización de la formación tras la invasión estadounidense de Irak en el 2003, tomando como ejemplo a la milicia libanesa Hezbolá.
En el 2011, comenzó su expansión territorial aprovechando la revuelta en el país durante de la Primavera Árabe, que en febrero del 2012 terminó por provocar la caída del presidente Alí Abdalá Saleh y permitió la aparición de Al Qaida en el este del país.
En septiembre del 2014 los hutíes lanzaron una ofensiva sobre capital, Saná, hasta tomar el palacio presidencial en enero del 2015, y proclamar su autoridad sobre el país, entonces en manos del nuevo presidente Abd Rabu Mansur Hadi, que huyó a Arabia Saudí.
Guerra civil
La caída del presidente Hadi desencadenó una guerra civil y una intervención militar liderada por el reino de los Saud. Riad esperaba que fuera una campaña bélica rápida, pero ha durado años, debido al apoyo armamentístico de Irán. El conflicto provocó una de las peores crisis humanitarias.
En el 2022, se firmó un alto el fuego que se consolidó con el restablecimiento de relaciones entre Teherán y Riad. Los hutíes, que controlan gran parte del país, forman parte junto a Hamás y Hezbolá del llamado Eje de Resistencia, la alianza de milicias antiisraelíes y antioccidentales liderada por Irán.