El líder ultra alemán para las europeas dimite después de haber elogiado a los nazis
Internacional
Sus continuas salidas de tono han provocado un cisma cada vez mayor en los grupos ultranacionalistas de la Eurocámara
10 Jun 2024. Actualizado a las 16:32 h.
Maximilian Krah, el candidato de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) de cara a las europeas del 9 de junio, lleva meses saltando de controversia en controversia. Pero ninguna resonó tanto como la del fin de semana pasado. «No todos en las SS eran criminales», dijo al periódico italiano La Repubblica sobre la fuerza paramilitar de los nazis. El miércoles, apenas cinco días después, Krah no pudo detener la bola de nieve y renunció al liderazgo de su formación.
«Mis comentarios están siendo mal utilizados como pretexto para dañar a nuestro partido», comunicó. Pero ni siquiera sus aliados lo apoyan. Agrupación Nacional (RN), la fuerza de extrema derecha francesa capitaneada por Marine Le Pen, anunció esta semana que va a abandonar el grupo de la AfD en la Eurocámara después de las elecciones de junio. Unas elecciones, por cierto, en las que los esperados avances del ultranacionalismo europeo podrían verse socavados por estas divisiones entre sus miembros.
Necesitaba una «ruptura limpia», aseguró el miércoles Le Pen, después de años intentando suavizar su postura para atraer a los votantes tradicionales. Las dos fuerzas —AfD y RN— dominan actualmente la derecha radical y el grupo euroescéptico Identidad y Democracia en el Parlamento Europeo, que también abarca a la Liga, del italiano Matteo Salvini, al Partido de la Libertad de Austria y a Vlaams Belang en Bélgica.
Una reestructuración
Hasta ahora, las encuestas predecían que los miembros del grupo —vistos como extremistas en sus contextos nacionales— se convertirían en los mayores ganadores de las elecciones. Su número total de escaños, sostenían, podría aumentar de 59 a 85. También se esperaba un gran avance del grupo Conservadores y Reformistas Europeos, que reúne a los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, Ley y Justicia (PiS) de Polonia y Vox de España, entre otros. Pero ahora parece inevitable una gran reestructuración de la extrema derecha europea, con la formación de nuevos grupos y pocas certezas acerca de si podrán trabajar juntos.
Corren tiempos bajos para la AfD. El partido se había disparado en las encuestas hasta convertirse en la segunda formación más popular de Alemania este año. Pero su apoyo ha caído en medio de un intenso escrutinio de sus políticas y sus líderes, incluido Krah.
El grupo ultraderechista se enfrentó a protestas callejeras masivas después de que algunos de sus miembros asistiesen a una reunión en la que se consideró deportar a alemanes con ascendencia extranjera. Todo ello entre acusaciones de que la formación acoge a agentes rusos y chinos.
Además, hace una semana, un tribunal alemán dictaminó que los servicios de seguridad nacionales seguirán vigilando a la AfD por sospechar que podría «atentar contra la democracia».
El miércoles, Krah, investigado personalmente por supuestos vínculos con Rusia y China —que él niega—, consideró esencial que la AfD mantenga su unidad en el período previo a las europeas: «Por esta razón, no haré más apariciones en campaña y dejaré mi cargo como miembro del comité federal».
Berlín presenta su estrategia de defensa contra el extremismo
El Gobierno alemán publicó el miércoles un documento destinado a orientar las actividades del Ejecutivo en materia de defensa de la democracia y la lucha contra el extremismo que promueven las «amenazas internas y externas». Bajo el título Juntos por la democracia y contra el extremismo, las 59 páginas de este texto constituyen la «estrategia del Gobierno para una democracia fuerte y resistente y una sociedad abierta diversa» en tiempos de amenazas contra las sociedades liberales democráticas.
«Nuestra democracia también está sometida a presión, tanto por las amenazas extremistas internas como por las externas, como la agresión rusa», señaló la ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, en el marco de la presentación del documento.
La estrategia contempla, entre otras cosas, la aprobación de una «ley contra la violencia digital» que facilite, entre otras cosas, «el esclarecimiento de la identidad del autor de contenidos ilícitos con mayor facilidad».
La titular de Interior del canciller Olaf Scholz defendió la necesidad de dicha estrategia en un contexto marcado por una «ira y odio» que se han vuelto «más ruidosos» en la sociedad, especialmente a través de internet y bajo la forma de «extremismo, racismo, antisemitismo, antigitanismo y hostilidad hacia los musulmanes».
Además, «el régimen de [Vladimir] Putin trata de exacerbarlo con mentiras, propaganda y tráfico de influencias», señaló Faeser. La «estrategia del Gobierno para una democracia fuerte y resistente» plantea la defensa del Ejecutivo alemán ante estas amenazas. Destaca como prioritarias las medidas de prevención a través de la formación política, el apoyo a las iniciativas democráticas y la prevención específica frente al extremismo.