Israel calcula que la guerra en Gaza durará por lo menos siete meses más

Siete meses más. La guerra de Gaza, que ya deja un rastro de 36.000 palestinos muertos, durará al menos hasta el 2025. Así lo calculó el miércoles el asesor de Seguridad Nacional israelí, Tzachi Hanegbi: «Tenemos otros siete meses de lucha por delante para lograr lo que definimos como “la destrucción de las capacidades gubernamentales y militares de Hamás”».

Según confirmó durante una entrevista a la emisora pública israelí Kan, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ya controlan un 75 % del corredor de Filadelfia, la frontera entre Gaza y Egipto. Tel Aviv busca, junto con las autoridades egipcias, reducir el «contrabando de armas» desde el país africano. Hanegbi insinuó, por tanto, que las tropas no abandonarán esta localización una vez dominen el enclave.

Sobre Rafah siguen cayendo más y más bombas, a medida que el Ejército avanza —el martes llegó al centro de la ciudad— y los gazatíes huyen. Más de un millón ya se han marchado. Van hacia el norte, donde Hamás está resurgiendo, o hacia campamentos improvisados en las afueras de la ciudad sureña. Pero ni siquiera ahí están a salvo. Israel bombardeó uno de ellos el domingo, en el noroeste —una zona que había declarado como «segura»—, y mató a 45 personas. «Los restos de munición filmados en el lugar del ataque, al día siguiente, eran de una GBU-39 —publicó el miércoles The New York Times—. Una bomba diseñada y fabricada en Estados Unidos». Expertos de la CNN opinan lo mismo, después de analizar varios vídeos publicados en redes sociales.

El detalle clave en el artefacto encontrado, subraya el diario neoyorquino, fue el sistema de actuación de la cola, con unas aletas que guían al GBU-39 hacia su objetivo. Además, los restos de munición filmados por el periodista palestino Alam Sadeq están marcados con una serie de números que empiezan por «81873». Ese el código de identificación asignado por el Gobierno de EE.UU. a Woodward, una empresa con sede en Colorado que fabrica piezas para bombas.

El impulso implícito de Biden

Washington ha reaccionado reprendiendo a Tel Aviv, pero ha seguido dilatando sus límites. Joe Biden había asegurado que restringiría el suministro de armas a Israel si las FDI lanzaban una «operación terrestre a gran escala» contra Rafah. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, rechazó el miércoles que esa operación haya comenzado.

Con ese impulso implícito de su aliado norteamericano, ni siquiera las órdenes directas de la Corte Internacional de Justicia, el máximo tribunal de la ONU, han frenado a Benjamin Netanyahu. El martes por la noche volvió a bombardear campamentos de desplazados en las afueras, esta vez en el sur. Es «un loco, un psicópata, un vampiro sediento de sangre», espetó el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan.

Y en Israel también se elevaban voces en contra del «vampiro». El nuevo líder del Partido Laborista del país, Yair Golan, afirmó que Tel Aviv debería haber puesto fin a la guerra hace cuatro meses, cuando «aplastó el brazo amado de Hamás». Su tocayo Yair Lapid, líder de la oposición (centrista y laicista), unió fuerzas con otros dos líderes de derechas para derrocar al actual Gobierno.

Irán facilita a los hutíes tecnología para fabricar misiles

Los hutíes de Yemen cuentan con misiles de origen iraní, informó el miércoles la agencia Tasnim, vinculada con la Guardia Revolucionaria, que cuenta con un potente armamento balístico. «El conocimiento de Irán para producir misiles preparados para ser lanzados en el mar está ahora a disposición de las fuerzas militares de Yemen», dijo Tasnim.

El medio explicó que el misil yemení Muhit (océano) está basado en el proyectil iraní Qadr, con un alcance de 2.000 kilómetros. «El misil que ha mantenido a los estadounidenses alejados de las costas de Irán se ha convertido en un arma que puede desafiar los intereses de EE.UU. y su principal aliado en la región, el régimen sionista [Israel]», añadió la agencia. Los hutíes han reivindicado decenas de ataques con misiles y drones, desde mediados de noviembre, contra cargueros en el mar Rojo y el mar Arábigo.

Un ministro israelí pide dejar Cisjordania con el mismo aspecto que la Franja

El ministro de Finanzas israelí, el ultraderechista y colono Bezalel Smotrich, quien también tiene competencias en Defensa, incitó el miércoles a una mayor presión militar en el noroeste del territorio palestino ocupado de Cisjordania «incluso si eso significa que Tulkarem tenga el aspecto que hoy tiene Gaza».

Sus palabras llegaron justo después de que Hamás publicase un vídeo en el que se ve a tres milicianos disparando al aire desde la ciudad palestina de Tulkarem, en el noroeste de Cisjordania, contra la urbe israelí de Bat Hefer, colindante y al otro lado de la línea verde. «No debemos permitir que hagan en Sharon (región central donde se localiza Bat Hefer) lo que hicieron el 7 de octubre», tuiteó Smotrich en X.

En un comunicado en hebreo, el Ejército israelí aseguró que no hubo víctimas en el incidente, y que están buscando a los perpetradores. Las Brigadas Al Qasam, el brazo armado de Hamás, reivindicaron la autoría del tiroteo, una respuesta a «la masacre que Israel está llevando a cabo en la Franja de Gaza».