La Voz de Galicia

Las grandes familias políticas dejan a los ultras fuera de los altos cargos de la UE

Internacional

Olatz Hernández Bruselas / Colpisa
Ursula von der Leyen y António Costa, en una imagen de archivo.

El PPE desiste de su intento de dividir la presidencia del Consejo Europeo

08 Jul 2024. Actualizado a las 21:57 h.

Los populares europeos, socialdemócratas y liberales acordaron el martes el reparto de los altos cargos de la Unión Europea (UE). Las tres principales familias políticas pactaron, sin la ultraderecha, su apoyo a la alemana Ursula von der Leyen en sus aspiraciones para revalidar el cargo de presidenta de la Comisión Europea y respaldarán al portugués Antonio Costa y a la estonia Kaja Kallas para los cargos de presidente del Consejo Europeo y alta representante para la Política Exterior de la UE, respectivamente. El reparto final de los conocidos como top jobs se decidirá en la reunión de líderes del jueves y el viernes en Bruselas, donde los Veintisiete tendrán la última palabra.

Los negociadores han decidido apostar por la Gran Coalición, siguiendo la fórmula de que las grandes familias políticas sean las que se repartan los altos cargos de las instituciones comunitarias. Todo ello a pesar de la caída de los liberales en las elecciones europeas —con la pérdida de más de 20 escaños— y del auge de la ultraderecha en países como Alemania, Francia e Italia.

Los tres aspirantes propuestos por populares, socialistas y liberales ya partían como favoritos en la cena de líderes previa a la cumbre europea de esta semana. El acuerdo finalmente no fue posible debido a las aspiraciones del Partido Popular Europeo (PPE), que ha salido reforzado de las elecciones europeas y quería una mayor representación en las instituciones. Según fuentes de la negociación, los populares habrían pedido repartir la presidencia del Consejo Europeo en dos mandatos de dos años y medio, pero finalmente desistieron.

Decisión del Consejo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha participado como negociador de la familia de los socialdemócratas, junto al canciller alemán Olaf Scholz. Queda fuera de la ecuación —de momento— la familia de los Conservadores y Reformistas (ECR) a la que pertenecen el partido de Giorgia Meloni y Vox; y el grupo ultraderecha Identidad y Democracia (ID).

Los candidatos propuestos cuentan en principio con el beneplácito de la mayoría de Estados miembros, pero deberán pasar el filtro del Consejo Europeo, donde los nombramientos se pueden bloquear. Y todo apunta a que la negociación no será fácil, ya que debe respetar los equilibrios geográficos y políticos del bloque.

Los intereses de los diferentes líderes también entran en juego. Scholz y Macron apoyan abiertamente a Von der Leyen. La primera ministra italiana, el dirigente checo, Petr Fiala y el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en cambio, mostraron su enfado por quedarse fuera de las negociaciones en la cena que sirvió como toma de contacto. Y queda por ver si su enfado se traducirá en un bloqueo de los tres nombres propuestos. Meloni —que intenta lograr una comisaría fuerte en la Comisión Europea— será quién tenga una mayor capacidad negociadora, debido a sus buenos resultados electorales y a la necesidad del apoyo de Italia como uno de los grandes países del bloque, por lo que podría aspirar a un puesto más importante dentro de las instituciones comunitarias.

Existe entre los líderes europeos, eso sí, una sensación de «urgencia» para renovar lo más rápido posible la cúpula de la UE. Y el trabajo previo —con una clara lista de candidatos— da a entender que el proceso será más sencillo que en el 2019, cuando se tardó cuatro días en llegar a un acuerdo. «No será como la gran tómbola de entonces», dijo la semana pasada el primer ministro en funciones neerlandés, Mark Rutte.

Ratificación en la Eurocámara

El visto bueno del Consejo Europeo no es el único obstáculo a superar. Los nombres propuestos deberán ser ratificados también por un Parlamento Europeo que desde las pasadas elecciones ha dado un giro a la derecha, con una mayor representación de los grupos ultraconservadores. En principio, las tres principales familias políticas —con 399 escaños— sumarían una mayoría suficiente para sacar adelante este acuerdo (necesitan 361 apoyos). Sin embargo, la ultraderecha tendrá mucho que decir en esta nueva legislatura, en la que ECR se ha convertido en el tercer grupo en número de representantes con 83 eurodiputados, superando a los liberales (con 74 asientos). Además, aún queda por ver cómo se repartirán por grupos los partidos que se incorporan por primera vez al hemiciclo, que tendrán 43 eurodiputados.

Así las cosas, Von der Leyen hizo durante su campaña algunos guiños a las formaciones de ultraderecha que conforman el grupo ECR, como Hermanos de Italia, de Meloni, por lo que no se puede descartar algún posible pacto en este sentido. Sus condiciones para trabajar con estas formaciones son tres: que sean partidos europeístas, contrarios Putin y defensores del Estado de Derecho.

Este giro a la derecha no ha gustado, en cambio, a socialdemócratas y liberales, que podrían retirar su apoyo a la alemana en determinadas circunstancias y votaciones dentro del Parlamento Europeo. Con todo, se espera que Von der Leyen se mantenga fiel a su agenda para la UE, que incluye la lucha contra el cambio climático, la transición digital y la defensa de los valores europeos. En su mandato anterior, la alemana hizo concesiones a socialistas en materia de igualdad y salarios, por lo que podría hacer lo mismo para ganarse el apoyo de los Verdes.

Iratxe García mantiene su puesto al frente del grupo socialdemócrata

La eurodiputada socialista Iratxe García fue reelegida el martes presidenta del grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, en un proceso al que no se presentaron candidatos alternativos. García interpretó su renovación como «el respaldo al trabajo hecho en los últimos cinco años». Algo similar sucede con la francesa Valérie Hayer, que repetirá al frente de los Liberales.


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