Los lapsus de Joe Biden ante la OTAN agravan las dudas sobre su candidatura

Bajo un intenso escrutinio mediático y político, Joe Biden, presidente de EE.UU., parece condenado a no dejar pasar ninguna oportunidad sin cometer errores. Una situación que llega cuando sus apoyos dentro del partido demócrata menguan y los votantes parecen pensar que su vicepresidenta, Kamala Harris, sería mejor presidenta que el mandatario. Ayer mismo, la junta editorial del influyente The Washington Post pidió al presidente que se retire de la candidatura.

Biden retomó ayer su campaña con una visita a Míchigan, uno de los estados clave en los que los demócratas han decidido centrar sus esfuerzos. «Me presento para acabar el trabajo. Quedan cosas por hacer. Sé que solo tengo 41 años», dijo bromeando, según informa la agencia EFE. «Durante mucho tiempo fui demasiado joven. Fui el segundo hombre más joven elegido para el Senado. Y ahora soy demasiado mayor, pero sé que, con suerte, con la edad llega la sabiduría», añadió el mandatario demócrata, que le lleva solo tres años y medio a su rival Donald Trump. 

El jueves tuvo lugar la rueda de prensa de cierre de la cumbre de la OTAN en Washington, y Joe Biden, en plena crisis política provocada por el cuestionamiento de sus posibilidades de victoria ante Donald Trump, tenía por delante una oportunidad de acallar las dudas con una aparición de relumbrón.

El presidente, en un entorno que, a priori, le venía como hecho a medida y en el que, hasta cierto punto, pudo exhibir su dominio de la política internacional, no pudo, sin embargo, intervenir sin cometer errores.

Antes de la rueda de prensa, Biden cometió el primer, y probablemente más sonado desliz de la noche. Encargado de presentar al presidente ucraniano, Volodimír Zelenski, Biden fue presa de uno de sus acostumbrados lapsus cognitivos. «…Y ahora quiero pasarle [el micrófono] al presidente de Ucrania, que tiene tanto valor como determinación. Con todos ustedes, señoras y caballeros, el presidente Putin», dijo Biden. Un error de bulto que se apresuró a rectificar: «Presidente Putin… Tú puedes vencer al presidente Putin, presidente Zelenski. Estoy tan enfocado en que tenemos que derrotar a Putin. Bueno, de cualquier forma, tú eres mucho mejor», quiso explicar con tono jocoso.

Un resbalón mental que tiznó su participación en una rueda de prensa que, por temática, debería haber dominado y en la que, además, tuvo tiempo de volverse a confundir. El segundo error llegó durante el turno de preguntas cuando se refirió a la vicepresidenta, Kamala Harris, como el vicepresidente Trump.

Fue una rueda de prensa cuestionable, que llegó en un momento para su campaña en el que cada metedura de pata reafirma el juicio de los críticos de su partido sobre la supuesta merma de sus capacidades cognitivas. Así, si antes de la rueda de prensa eran 14 los congresistas demócratas que habían pedido su renuncia, al final de su intervención ya eran 16.

Al mismo tiempo, desde su equipo de campaña empiezan a dar señales de que, a pesar de sus constantes declaraciones en contra, el presidente de Estados Unidos tiene cada vez más en cuenta la posibilidad de retirar su candidatura. La última señal ha sido la inclusión de Kamala Harris en las encuestas realizadas por el equipo del mandatario en las que proponen a los encuestados un posible enfrentamiento entre la vicepresidenta y Donald Trump.

De hecho, las encuestas externas a la campaña señalan que Harris podría tener mayores posibilidades frente a Trump que su jefe. Según el sondeo de Ipsos para The Washington Post y ABC News, Harris estaría en disposición de ganar al magnate por cerca de un 3 %. Biden, por su parte, perdería por un 1 %. Una realidad que el presidente estadounidense parece no querer ver. «¿Hay alguien que se fíe hoy de las encuestas?», preguntó el jueves ante los líderes de la OTAN.