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Incertidumbre en el intento de Israel de asesinar al número dos de Hezbolá por el ataque a Majdal Shams

Internacional

Pablo Medina Madrid / La Voz
Edificio en los suburbios de Beirut dañado tras el ataque israelí.

Fuad Shukr es el principal comandante militar del grupo chií en el sur del Líbano y brazo derecho de su líder, Hasán Nasralá

30 Jul 2024. Actualizado a las 22:50 h.

La esperada respuesta de Israel al ataque de Hezbolá que dejó doce niños muertos en la localidad norteña de Majdal Shams llegó con incógnitas. Un dron derribó tres plantas de un edificio en los suburbios de Beirut en un intento de asesinar a Fuad Shukr, número dos de la milicia chií, y dejó una mujer muerta y 68 heridos, sin que se supiera el destino del comandante.

El ataque tuvo lugar sobre las 20.00 de la tarde, hora española, en el edificio Al Rabi, en Haret Hreik, zona sur de la capital libanesa. Una multitud acudió a la zona del ataque para contemplar los daños. Los mandos de Hezbolá confirmaban, junto a medios árabes, la supervivencia de Shukr, pero informaciones posteriores también hablaron de su muerte sin que el grupo lo confirmara al cierre de esta edición.

El ministro saliente de Asuntos Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, dijo que condenaba «el ataque israelí y planea presentar una queja ante las Naciones Unidas» mientras el primer ministro del país, Najib Mikati, aseguró que mantiene contactos diplomáticos «exhaustivos» para contener la posibilidad de una guerra mayor.

Rusia e Irán condenaron el ataque junto a Hamás y los hutíes, y el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, dijo que la guerra «todavía se puede evitar».

En la mañana de este martes, una decena de misiles lanzados desde el Líbano golpeó la localidad de Ha Goshrim, y mató a un hombre de 30 años mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidía cómo responder al asesinato de 12 niños en Majdal Shams.

Apoyo de EE.UU. en caso de guerra

Si bien Rusia e Irán condenaron el ataque, EE.UU. guardó silencio, aunque el de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, dijo por la mañana que apoyarían a Israel en caso de una escalada regional. En este contexto, Austin, afirmó que una posible escalada entre Beirut y su vecino no es «inevitable» pero que, en todo caso, la Casa Blanca jugará sus cartas en favor de Tel Aviv.

«Aunque hemos visto mucha actividad en la frontera norte de Israel y seguimos preocupados por la posibilidad de que esto se convierta en una lucha en toda regla, no creo que esta lucha sea inevitable», destacó Austin al tiempo que remarcó que Washington «ha sido claro desde el principio» respecto a su apoyo a Israel para que se «defienda».

Mientras, en Beirut, el primer ministro Libanés, Najib Mikati, aseguró que mantiene contactos diplomáticos «exhaustivos» para contener la posibilidad de una guerra mayor entre Israel y la milicia chií Hezbolá.

Jan Yunis, destruida

La frontera norte sigue siendo el segundo punto caliente de la guerra. El primero sigue estando en Gaza, donde los civiles palestinos muertos ya se elevan a 39.400 mientras las operaciones militares israelíes sobre el campo de Jan Yunis concluyen tras una semana de combates.

«La División 98 completó esta noche sus actividades en la zona de Jan Yunis. Operaron en el área tras aproximadamente una semana, eliminaron a más de 150 terroristas, destruyeron túneles terroristas, almacena, infraestructuras terroristas y localizaron armas», aseguraron las autoridades militares en un comunicado.

Las autoridades gazatíes, por otro lado, revelaron que unos 40.000 palestinos desplazados han vuelto a un Jan Yunis en el que el 90 % de su infraestructura está destruida según Defensa Civil y que coincide con la declaración de hace dos días de una epidemia de polio en toda la Franja que afectará a millones de civiles.


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