La Voz de Galicia

Israel amplía su ofensiva y ataca Yemén

Internacional

Foto de archivo. Aviones de combate F15 de la Fuerza Aérea de Israel se preparan para despegar para un ataque en Yemen.

El Ejército israelí asegura que los hutíes contra los que efectuó la operación aérea a gran escala en el país actúan bajo la dirección y financiación de Irán

29 Sep 2024. Actualizado a las 17:51 h.

Las Fuerzas Armadas de Israel han anunciado que han llevado a cabo «una operación aérea a gran escala» contra los hutíes de Yemen, a unos 1.800 kilómetros de las fronteras israelíes.

«Las Fuerzas Aéreas han atacado atacó objetivos del régimen terrorista hutí en Yemen, a unos 1.800 kilómetros de la frontera israelí», resalta un comunicado militar israelí, que recoge Europa Press.

Decenas de aviones de combate israelíes con el apoyo de aviones de reabastecimiento y de espionaje han atacado «objetivos militares del régimen terrorista hutí» en las regiones de Ras Issa y Hodeida.

En concreto, han atacado centrales eléctricas y un puerto marítimo que se utilizan para importar petróleo. «A través de las infraestructuras y puertos atacados, el régimen hutí introduce en la región armamento iraní y suministros para las necesidades militares y, por tanto, también petróleo», explica el comunicado israelí.

Este ataque israelí es «en respuesta a los últimos ataques llevados a cabo por el régimen hutí contra el Estado de Israel», después del lanzamiento de varios proyectiles de largo alcance desde territorio yemení hacia Israel.

Israel denuncia que los hutíes actúan «bajo la dirección y financiación de Irán» y en colaboración con milicias iraquíes «para dañar al Estado de Israel, socavar el orden regional y perturbar la libertad de navegación global».

«Las Fuerzas de Defensa de Israel están decididas a seguir actuando contra cualquiera que represente una amenaza para los ciudadanos del Estado de Israel, a cualquier distancia que sea necesaria», concluye el texto.

Un fin de semana de bombardeos por parte de Israel

Este ataque sucede después de que el Ejército Israelí acabase con Hasán Nasrala, líder de Hezbolá, tras bombardear este viernes un cuartel general de la milicia en Beirut desde el aire. Irán y el grupo chií desmintieron su muerte la misma jornada, aunque su fallecimiento en el atentado fue confirmado el sábado por la agrupación que lideraba en un comunicado en redes sociales: «Su eminencia Sayyed Hasán Nasrala, secretario general de Hizbulá, se unió a sus grandes e inmortales mártires».

Minutos antes del ataque, Netanyahu se dirigió a la Asamblea General de la ONU y subrayó que no tolerará que «un ejército terrorista se sitúe en nuestra frontera internacional, ni que dispare indiscriminadamente contra nuestros pueblos y ciudades». Señaló directamente al régimen iraní y a sus aliados como responsables de la situación de inseguridad regional: «No hay lugar en Irán que el largo brazo de Israel no pueda alcanzar, y eso vale para todo Oriente Medio», aseguró.

El Ejército hebreo continuó con sus bombardeos este sábado y anunció también la muerte de Hasán Jalil Yasín, un alto miembro de la inteligencia de Hezbolá, en los suburbios de Beirut. A su vez, Israel interceptó un misil lanzado desde Yemen.

Reacciones internacionales a los ataques

El líder supremo de Irán, Alí Jamenéi, habló de «la ferocidad del perro rabioso sionista» y dijo que «los criminales sionistas deberían saber que son demasiado pequeños como para causar un daño significativo a la estructura de Hezbolá». Recordó además que es una obligación del mundo musulmán apoyar a la milicia y dijo que el crimen «no quedará sin venganza». El presidente iraní, Masud Pezeshkian, por su parte, tachó de «crimen de guerra» y «terrorismo de Estado» lo sucedido, y acusó a Estados Unidos de cómplice y recriminó que la orden del bombardeo se diese desde Nueva York, donde estaba el primer ministro Netanyahu.

Colaborador o no, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, habló dos veces con su homólogo en Tel Aviv, Yoav Gallant, durante los ataques. El primero «expresó el apoyo completo al derecho de Israel a defender a su pueblo de grupos terroristas respaldados por Irán». E incluso subrayó que Estados Unidos está determinado a evitar que Irán «amplíe el conflicto».

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, valoró que la muerte de Nasralá «es una medida de justicia para sus víctimas» y ordenó la evacuación de parte de su personal destinado en la Embajada en el Líbano, donde el primer ministro, Najib Mikati, pidió «unidad» para hacer frente a la «guerra genocida».

El primer ministro libanés, sobre los ataques de Israel: «No tenemos otra opción que la diplomacia»

El primer ministro libanés, Najib Mikati, consideró este domingo que la diplomacia es la única vía de salida en medio de los ataques israelíes sin precedentes contra el Líbano y abogó por buscar soluciones al conflicto a través de los foros internacionales.

«No tenemos otra opción que la diplomacia, desde el inicio hemos pedido la aplicación completa de la resolución 1701 (del Consejo de Seguridad de la ONU) y el Gobierno se compromete a ello (...) Si se prolonga la guerra al final volveremos a la resolución 1701», afirmó en una rueda de prensa, que recoge Efe. 

«El Líbano tiene fe en la comunidad internacional, en la legitimidad internacional y en la ONU, y no cree en la ley del más fuerte», agregó el dirigente.

En las últimas dos semanas, Israel ha lanzado una serie de ataques sin precedente contra los principales bastiones del grupo chií libanés Hezbolá, que dejan ya más de un millar de muertos, 6.000 heridos y alrededor de un millón de desplazados internos, según datos oficiales.

Uno de ellos mató el viernes al máximo líder de la formación, Hasán Nasrala, a las afueras de Beirut.

Mikati recordó que su Gobierno lleva pidiendo un alto el fuego en Gaza y en el Líbano «siete u ocho meses», desde mucho antes de que los enfrentamientos iniciados hace casi un año entre Hezbolá e Israel derivaran recientemente en una oleada de violencia sin precedentes en décadas.

«El cese el fuego en Gaza llevaría a un alto el fuego en el Líbano y los habitantes volverían a sus casas en el norte de Israel, y todo volvería a la normalidad mientras nos tomamos tiempo para aplicar la resolución 1701», reiteró el primer ministro.

Hezbolá insistió en los últimos meses en que solo pararía su lucha contra el Estado judío cuando terminara la guerra de Gaza, mientras la comunidad internacional abogaba por la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra del 2006 entre las partes.

La respuesta de Irán

Por otra parte, el ministro Exteriores de Irán, Abás Araqchí, afirmó este domingo que la muerte del general de brigada de la Guardia Revolucionaria iraní en un ataque israelí en Beirut «nunca quedará sin respuesta».

«Sin duda, este horrible crimen del régimen agresor sionista nunca quedará sin respuesta», dijo en un comunicado Araqchí, quien se encuentra en Nueva York asistiendo a la Asamblea General de la ONU. 

Ha advertido de que «todas las posibilidades están abiertas» en el conflicto con Israel, incluso la de la guerra. «Todo el mundo reconoce el peligro de una guerra en la región. Esta situación es muy peligrosa y todas las posibilidades están abiertas en este momento», ha afirmado, según recoge la agencia de noticias iraní Fars, e informa Europa Press. Ha acusado además a Estados Unidos de colaborar en el «crimen» contra Nasralá. «Es evidente que la sangre de estos mártires no quedarán sin venganza. Seguiremos apoyando firmemente a Líbano», ha subrayado.

«El aparato diplomático también utilizará todos los medios posibles, sus capacidades políticas, diplomáticas, jurídicas e internacionales para perseguir a los criminales y a quienes los apoyan», añadió Araqchí, según informa Efe. 

La propia Guardia Revolucionaria condenó la muerte de su militar, pero no hizo menciones a posibles venganzas.

Otras autoridades han apuntado a respuestas a la muerte del libanés Nasrala a través del «Eje de la resistencia», la alianza informal liderara por Irán y formada además de por Hezbolá, por los palestinos de Hamás, los hutíes del Yemen y milicias islámicas de Irak.

Todo un contraste con la muerte de siete miembros de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní en Damasco en abril, en una ataque atribuido a Israel, y tras el cual se multiplicaron las llamadas a la venganza.

Como represalia, Irán lanzó cientos de misiles y drones contra Israel a mediados de abril, en la primera ocasión en la que Teherán atacó directamente territorio israelí, en un bombardeo que pese a su espectacularidad apenas causó daños. 

El jefe de la diplomacia iraní, Abás Araqchí, calificó la muerte del subcomandante de operaciones de la fuerza militar, el general de brigada Abbas Nilforushan, como «un acto cruel y cobarde» y muestra de la «naturaleza terrorista y criminal del régimen sionista».

Nilforushan murió el viernes en los ataques israelíes contra Beirut en los que también falleció el líder de la milicia libanesa Hezbolá Hasán Nasrala, uno de sus principales aliados del país persa.

El grupo chií libanés también anunció este domingo que su destacado comandante Ali Karaki murió el viernes en el mismo bombardeo israelí que mató al máximo líder del movimiento, Hasán Nasrala.


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