Israel avisó a Irán antes de lanzar su ataque aéreo contra posiciones militares
Internacional
Alí Jamenéi asegura que la agresión «no se debe ni exagerar ni minimizar»
28 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.
El pulso a base de golpes directos entre Irán e Israel entra en una nueva fase tras la operación aérea de los israelíes contra posiciones militares de la república islámica, pero ambas potencias dan muestras de no querer un choque a gran escala. 24 horas después del ataque israelí, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, confirmó que «el viernes por la tarde recibimos indicios de que Israel podría estar a punto de atacar e intercambiamos mensajes con varias partes». Se trata de un patrón de actuación similar al que precedió a las dos acometidas con misiles de la república islámica contra Israel.
Autoridades y medios oficiales de Irán se esforzaron en minimizar las consecuencias de la agresión enemiga, hasta que llegaron las palabras del líder supremo, Alí Jamenéi, para quien el ataque «no se debe ni exagerar ni minimizar». El veterano religioso no pronunció las palabras «respuesta» o «venganza» y dijo que «las autoridades deben decidir la manera de demostrar la fuerza y la voluntad de la nación iraní al régimen sionista y se debe hacer lo mejor para esta nación y el país». Un mensaje mucho más contenido que los que envió tras el bombardeo israelí del consulado de Irán en Damasco y del asesinato de Ismail Haniya en Teherán.
El régimen iraní decoró la céntrica plaza Valiasr de Teherán con un enorme mural para decir al enemigo que ellos no buscan la guerra, pero tienen capacidad para hacerla. El presidente Masoud Pezeshkian señaló que «los enemigos de Irán deberían saber que una nación guerrera defiende valientemente su suelo y responde a cualquier acto de locura con prudencia e inteligencia».
La incógnita es saber si estas palabras se convertirán en una nueva operación contra el Estado israelí que estire la ruleta macabra de golpes y respuestas de los últimos meses. Analistas iraníes coincidieron en señalar la sensación de alivio tras comprobar la respuesta limitada de su enemigo, sin afectar a centrales nucleares, ni plantas de gas y petróleo.
Los frentes se multiplican desde los ataques de Hamás del 7 de octubre. Ayer, perecieron en combates en el Líbano cinco reservistas, y un atropello múltiple cerca de una base militar en Tel Aviv dejó un muerto y decenas de heridos. El conductor del camión fue abatido por civiles armados. Hamás aplaudió un atropello «heroico». La violencia apenas dejó espacio para la vuelta a la negociación en Catar con el objetivo de lograr un alto el fuego en Gaza. Los egipcios propusieron una pausa de 48 horas a cambio de la liberación de cuatro rehenes.
«Profunda alarma en Irán»
Hasta que las armas no callen en Gaza todas las opciones están sobre la mesa y el choque más delicado es el que enfrente a iraníes e israelíes. El balance de daños del ataque de Israel que hacen en la república islámica no tiene nada que ver con el que realizan en el Estado judío. Medios como Times of Israel, citando fuentes de inteligencia locales y de Estados Unidos afirman que el ataque «paralizó la capacidad de Irán de producir misiles balísticos de largo alcance en un golpe del que será difícil y llevará mucho tiempo recuperarse, y dejó instalaciones energéticas cruciales vulnerables a futuros ataques al destruir las baterías de defensa aérea que las protegían».
The New York Times habla de «profunda alarma» entre los iraníes ya que los israelíes habrían dejado sin defensa la refinería de Abadan, en Juzestán, el complejo petroquímico Bandar Imán Jomeini, así como la planta de gas Tange Bijar, en Ilam. El petróleo y el gas son claves para la maltrecha economía de un país asfixiado por las sanciones internacionales.