China se prepara para contener la guerra comercial tras el regreso de Trump
Internacional
Confía en que disminuya la presión para que condene la invasión rusa de Ucrania
07 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.
China saluda con resignación la victoria de Trump que seguramente agravará la tensión comercial entre los dos países, pero también rebajará la presión sobre su alianza con Putin y debilitará el apoyo de Estados Unidos a Taiwán.
En rueda de prensa, la portavoz de Exteriores, Mao Ning, aseguraba el miércoles, ante la victoria de Donald Trump en las elecciones, que China espera una «coexistencia pacífica» con Estados Unidos y «cooperación mutuamente beneficiosa».
Al mismo tiempo que se desplegaban las habituales cortesías diplomáticas, el yuan se depreciaba y las bolsas chinas registraban pérdidas, en especial caía la bolsa de Hong Kong, donde cotizan las principales tecnológicas chinas. Un claro aviso de que los mercados esperan que Washington aumente las restricciones al acceso a los chips avanzados por parte de las empresas chinas.
Según los analistas, Pekín se prepara para contener los efectos del aumento de las tensiones comerciales con Washington. Durante la campaña, Trump amenazó con retirar a China el estatus comercial de nación más favorecida y elevar los aranceles a los productos de ese país por encima del sesenta por ciento.
En la capital china se aseguraba que si ganaba Trump, el Comité Permanente del Parlamento contemplaba aumentar hasta un veinte por ciento el tamaño del paquete de estímulos que tiene previsto aprobar a finales de semana. Pero, para China, la principal amenaza es que se impida el acceso a sus empresas a la tecnología más puntera con el objetivo de paralizar su desarrollo.
Trump, en su anterior mandato, inició la guerra comercial acusando a la república asiática de manipular su moneda y robar puestos de trabajo a los estadounidenses. El mandatario impuso aranceles por valor de cerca de 370.000 millones de dólares (345.000 millones de euros) anuales sin conseguir equilibrar la balanza comercial.
La Administración Biden ha sido continuista y sin voluntad de reconducir la situación. El actual presidente se despide con un histórico incremento de los aranceles a los coches eléctricos chinos para proteger a las empresas locales.
A pesar de las tensiones, a nivel personal Xi Jinping había mantenido una buena relación con Donald Trump, que lo reconocía como un dirigente fuerte. Posiblemente, la imagen más icónica fue la cena de Xi en la casa particular de Trump en Mar-a-Lago durante su viaje oficial a Estados Unidos en el 2017. Sin embargo, la posición aislacionista y antiglobalización de Trump beneficia a China en su papel de potencia mundial. El gigante asiático puede aprovechar el espacio que deja Estados Unidos y aumentar su influencia en el Sur Global. El apoyo sin fisuras de Trump a Israel favorece el papel mediador de Pekín y refuerza sus relaciones con Irán.
Seguramente con Trump, China también notará menos presión para que condene la invasión rusa de Ucrania y se replantee su «alianza sin límites» con Putin. Pekín también espera que el republicano norteamericano rebaje el apoyo militar que Biden ha dado a Taiwán. El mes pasado, Washington aprobó una venta de armas al pequeño Estado insular por valor de dos mil millones de dólares (1.900 millones de euros). Trump amenazó durante la campaña con exigir a Taiwán que pague por su defensa militar.