El Parlamento alemán niega su confianza a Olaf Scholz y abre la vía a elecciones anticipadas
Internacional
Los partidos aprovecharon el debate previo a la iniciativa registrada por el propio canciller federal para iniciar la campaña de cara a los comicios del 23 de febrero
16 Dec 2024. Actualizado a las 17:44 h.
El Bundestag, el Parlamento federal alemán, negó este lunes como estaba previsto su confianza al canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, decisión que llevará a la disolución de la Cámara y la celebración de comicios legislativos anticipados el próximo 23 de febrero. De los 717 diputados presentes en el plenario del histórico Reichstag, solo 207 respaldaron al mandatario, mientras que 394 votaron en su contra y 116 se abstuvieron.
Con esta decisión ha quedado sepultado el tripartito que gobernaba Alemania desde el 2021 formado por socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP) y que reventó el pasado 6 de noviembre cuando Scholz expulsó de su ejecutivo a los cuatro ministros del FDP. Su salida se vio acompañada de duras críticas contra el menor de los socios de la coalición tras conocerse que planeaba desde el verano abandonar el Ejecutivo y dinamitarlo a base de provocaciones.
La votación del lunes ha sido puro trámite. Scholz había pedido someterse al voto de confianza de la Cámara Baja sabedor de que no lo obtendría y con el fin de adelantar las elecciones generales, cuya fecha había pactado de antemano con la oposición conservadora. El canciller se dirigió seguidamente a la oficina del presidente federal, Frank Walter Steinmeier, para solicitar la disolución del Bundestag, que podrá seguir legislando, pese a todo, hasta que ocupen sus escaños los nuevos diputados.
En minoría
A favor de Scholz votaron los 207 diputados de su grupo parlamentario, mientras que Los Verdes -únicos socios que quedan en su gabinete tras la expulsión a principios de noviembre de los liberales- se abstuvieron. Cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU), la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), La Izquierda y la Alianza Sahra Wagenknecht, así como el propio FDP votaron en contra.
Scholz abrió la sesión con un discurso en el que defendió no solo la decisión de presentar la moción de confianza con el fin de adelantar las elecciones generales, sino también la expulsión de los liberales de su coalición tripartita. El canciller federal acusó al FDP de ser el causante de la división en el Ejecutivo y de torpedear desde hacía meses todo intento de consenso entre los tres partidos a la hora de gobernar.
El todavía canciller federal alemán criticó con suma dureza a sus antiguos socios por practicar sistemáticamente «sabotaje» gubernamental y a su hasta hace seis semanas ministro de Finanzas, el liberal Cristian Lindner, por carecer de «madurez moral» y responsabilidad de Estado, así como de tener solo en cuenta los intereses de su propio partido y no los del país y sus ciudadanos.
Scholz abrió la sesión con un discurso en el que defendió no solo la decisión de presentar la moción de confianza, sino también la expulsión de los liberales de su tripartito.
Comienza la precampaña
El canciller federal aprovechó la ocasión, al igual que los oradores que le siguieron, para hacer campaña electoral, defender las ayudas a Ucrania y destacar que Alemania es, tras Estados Unidos, el país que más respalda al Gobierno de Kiev, aunque insistió en no suministrar los misiles de medio alcance germanos Taurus para no involucrar directamente en el conflicto a la nación.
Scholz propuso de nuevo un salario mínimo de 15 euros por hora, la reducción de los trámites burocráticos, subidas de impuestos a los más ricos, inversiones multimillonarias en infraestructuras y el cambio de la ley que prohíbe endeudarse en sobremanera al Estado para financiar esos proyectos. Asimismo pidió un debate honrado sobre la migración y destacó el valor de la mano de obra extranjera. «Todos sabemos que sin ella no funcionaría el país», dijo.
Una actitud «vergonzosa»
El líder de la oposición conservadora y candidato a la cancillería federal, el cristianodemócrata Friedrich Merz, respondió a Scholz con una intervención en la que le negó capacidad de mando en el Gobierno federal y «vergonzosa» inactividad en la Unión Europea. «Da vergüenza ajena ver como se mueve en el seno de la UE», afirmó Merz, que criticó igualmente al titular de Economía, el verde Robert Habeck, por ser «el rostro de la crisis económica» que vive actualmente Alemania.
El que será previsiblemente y según todas las encuestas el próximo jefe del Ejecutivo federal rechazó subidas de impuestos para los más adinerados, porque muchos de ellos son «los empresarios familiares» que sostienen el país y crean puestos de trabajo, prometió 2.000 euros de salario libres de tributos a los trabajadores y se mostró contrario a elevar aún más la edad de jubilación, actualmente de 67 años.
También Lindner se cebó con Scholz, al que declaró incapaz de tomar decisiones valientes en materia económica y de apostar por una política de reparto social financiada con créditos. El tripartito no fracasó por falta de compromisos, sino por la insistencia del canciller federal de hacer política social a base de incrementar sin límite el endeudamiento del Estado sin compensar con ahorro el gasto público.
«Estábamos los tres hartos unos de los otros», argumentó Habeck a la hora de explicar el fin del tripartito y confirmar «su, con justicia, mala fama». El dirigente verde advirtió además contra los planes de Merz para el próximo Gobierno y afirmó que quien vote a los conservadores «tendrá una política que solo da a los que ya tienen», además de acusar a cristianodemócratas y socialcristianos bávaros de ser los culpables de la crisis estructural del país, heredada de los 16 años de mandato de Angela Merkel.
En cinco ocasiones anteriores en la historia de la república el jefe del Gobierno presentó una moción de confianza ante el Bundestag. La primera de ellas en 1972 por el entonces canciller socialdemócrata Willy Brandt tras conflictos internos en su partido y la pérdida de la mayoría parlamentaria de su coalición con los liberales, en gran parte por su novedosa Ostpolitik, la política de acercamiento al bloque del este europeo y la Unión Soviética.
Brandt perdió la moción y en los comicios adelantados obtuvo el mejor resultado en la historia del SPD y salió reelegido. La última fue iniciativa de Gerhard Schröder en el 2005 tras el desastre electoral para los socialdemócratas en comicios regionales. Fueron derrotados en esas elecciones anticipadas, en las que se impuso la conservadora Angela Merkel, que gobernó su primera legislatura al mando de una gran coalición.