La Voz de Galicia

María Corina Machado, liberada tras ser detenida en las protestas de Caracas

Internacional

La Voz Redacción

En imágenes: máxima tensión en Venezuela ante la investidura de Maduro

«Se la llevaron retenida por la fuerza. Durante su secuestro fue forzada a grabar varios vídeos y luego fue liberada», confirmó el equipo de la líder opositora. Machado había reaparecido este jueves rodeada de cientos de seguidores después de permanecer en la clandestinidad desde el 28 de agosto

10 Jan 2025. Actualizado a las 08:12 h.

En una Caracas militarizada y casi en estado de sitio, se vivió un pulso en las calles entre la oposición y el chavismo, en la víspera de que tanto Nicolás Maduro como Edmundo González Urrutia pretendan asumir la presidencia de Venezuela. Después de 133 días de clandestinidad, María Corina Machado reapareció en las protestas opositoras, donde llegó a ser detenida en medio de informaciones muy confusas. Fue primero su equipo quien aseguró que había sido «secuestrada» y posteriormente liberada mientras el régimen chavista calificaba lo sucedido de «operación de falsa bandera».

«En el suceso detonaron armas de fuego. Se la llevaron retenida por la fuerza. Durante el período de su secuestro fue forzada a grabar varios vídeos y luego fue liberada», señaló su plataforma política, el Comando Con Venezuela, en redes sociales. Ella misma confirmó después en redes sociales que había sido detenida por las «fuerzas represivas del régimen» si bien ahora se encuentra en «un lugar seguro».

«Mi corazón está con el venezolano que fue herido de bala cuando las fuerzas represivas del régimen me detuvieron. Yo estoy ahora en un lugar seguro y con más determinación que nunca antes de seguir junto a ustedes hasta el final!», ha declarado en su cuenta de la red social X, sin entrar en detalles, si bien ha asegurado que este viernes informará sobre «lo ocurrido hoy y lo que viene».

En el mismo mensaje, Machado ha agradecido a los ciudadanos que asistieron a las manifestaciones convocadas en el país, a escasas horas de que se celebre la investidura presidencial en la que presumiblemente Nicolás Maduro tomará posesión del cargo por segunda vez tras las elecciones de julio de 2024.

«Venezolanos, hoy, el bravo pueblo demostró cómo se vence al miedo! Nunca me he sentido tan orgullosa de ser venezolana. Gracias, gracias, a todos los ciudadanos que salieron a las calles a reivindicar nuestra victoria del 28 de julio y a cobrarla!», ha celebrado la líder opositora.

Por otro lado y antes de que Machado publicase este tuit, el ministro de Información chavista, Freddy Ñáñez, divulgó un vídeo en el que la dirigente afirmaba estar bien y resguardada. «Todo era una maniobra de desinformación», aseguró. Secundaron esa versión los titulares de Exteriores, Yván Gill, y del Interior, Diosdado Cabello, quien señaló: «Ella está loca por que nosotros la capturemos, y ese era su plan, decir que fue capturada para ver qué puede levantar». Lo declaró ante algunos centenares de seguidores en las manifestaciones, muy escasas de público, que el chavismo organizó para sabotear las de la oposición. 

Discrepancias internas

Andrés Izarra, exministro de Hugo Chávez y de Maduro, señaló que a Machado «la salvó la división interna del chavismo», mientras otro exdirigente chavista, Sergio Sánchez, indicó que «al parecer, una contraorden obligó a que la soltaran». En el tiempo que duró su detención se manifestaron a favor de la dirigente desde el ministerio de Exteriores de España hasta el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, la oenegé Human Rights Watch y el senador estadounidense Rick Scott.

Corina Machado había reaparecido este jueves en las protestas, rodeada de cientos de seguidores, después de permanecer en la clandestinidad desde el pasado 28 de agosto. Habían pasado más de cuatro meses después de su última aparición pública, pero valía la pena correr el riesgo y desafiar la orden de arresto que pesa sobre ella: faltan apenas horas para la toma de posesión presidencial, que tanto Nicolás Maduro como Edmundo González Urrutia prometen asumir. La líder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se presentó en la calle para reclamar, una vez más, la victoria opositora en las elecciones del pasado 28 de julio. 

«Nunca en mi vida me había sentido tan orgullosa. En toda Venezuela la gente salió a la calle», dijo, al llegar al lugar en donde la esperaban, desde horas antes, miles de personas. «No tenemos miedo», gritó Machado, una afirmación ya convertida en consigna que hicieron suya los presentes, que corearon con la exdiputada. La líder opositora manifestó que los miembros del Gobierno «se han quedado solos internacionalmente», a lo que los manifestantes respondieron al unísono con el grito de «libertad».

María Corina Machado, en el centro con casco negro, abandona la manifestación en Caracas, momentos antes de ser detenidaRonald Pena R. | EFE

Machado había llamado a los simpatizantes opositores a mantenerse concentrados en «toda Venezuela», con «serenidad y firmeza», y manifestarse por la «lucha» y «conquista» de la «libertad», y con «la misma energía» del 28 de julio, cuando ella y la mayor coalición opositora afirman que ganó González Urrutia por un amplio margen, pese a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio una cuestionada reelección a Maduro. Machado aseguró, a través de X, que «la gente se está encontrando en la calle» en «toda Venezuela», incluso -señaló- en «sitios donde fuerzas de seguridad habían tomado los puntos de concentración» convocados por la mayor coalición opositora -la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)-, donde luego «se retiraron» los funcionarios.

Venezuela salió a la calle este jueves, con medio mundo pendiente de lo que pueda suceder tras la reacción del líder del régimen chavista, Nicolás Maduro, que ha vuelto a desafiar a sus rivales y ha amenazado con desplegar la fuerza policial para defender el poder que ostenta desde hace 11 años. Contundente y retador, advirtió de que lo haría hasta con su propia vida.

De hecho, el líder chavista ordenó el miércoles (madrugada del jueves en España) activar los Órganos de Dirección para la Defensa Integral (ODDI), un nuevo y poderoso sistema de seguridad nacional que aglutina a la Policía, la Fuerza Armada Bolivariana y las milicias ciudadanas bajo el mando directo del ministro de Defensa y del propio presidente. Maduro firmó el decreto e instó a la nueva fuerza a multiplicar las patrullas durante esta jornada de movilización de los opositores.

Las marchas tenían previsto comenzar a las diez de la mañana (las tres de la tarde en España). Las nuevas disposiciones de defensa y el blindaje de seguridad de los últimos días no parecen buen síntoma. Según la oposición, todo apunta a que podría producirse una nueva ola de represión, semejante a la registrada durante las movilizaciones de noviembre, posteriores a la designación de Maduro como presidente en las pasadas elecciones, que conllevaron la detención de más de 2.000 personas.

El presidente explicó que la nueva ODDI rompe con «el viejo concepto de seguridad de la nación de los manuales gringos de la misión militar norteamericana de West Point. Ahora es el concepto construido por los constituyentes del año 1999, del pensamiento bolivariano del comandante Hugo Chávez». Así, además de unificar a la Policía y los militares, este nuevo órgano incluye «al pueblo»; es decir, a civiles afines que dispondrán de sus propias armas encuadrados en lo que el régimen ha denominado Cuerpo Combatiente. Esta misma semana, Maduro ha entregado el armamento a un numeroso grupo de empleados públicos de 31 instituciones del Estado. Y no son equipos cualquiera, Se trata de fusiles de asalto de fabricación alemana MPi-KMS-72 y MPi-KM-72 y rifles Mosin Nagant 91/30.

Las ODDI, cuyo fin es «salvaguardar la soberanía nacional», tendrán una presencia muy notoria en la vida civil venezolana. El decreto aprobado esta pasada madrugada establece su distribución en diferentes escalas para cubrir todo el territorio. Hay 335 municipales, 1.141 organizaciones de carácter «parroquial» y más de 5.000 comunales. Inmediatamente después del anuncio, el Gobierno ha iniciado su movilización para que entren en vigor hoy mismo, 9 de enero, y encaren cualquier «posible riesgo a la seguridad nacional» durante la manifestación convocada por la oposición.

Por su parte, los delfines del líder chavista han vertido nuevas amenazas contra el candidato Edmundo González Urrutia, quien fue desposeído de su victoria en los comicios presidenciales mediante un fraude en el recuento de votos, según revelan las actas electorales que la oposición ha logrado recuperar. El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ha declarado que será tratado como un «invasor» en caso de que regrese a Venezuela para reclamar la presidencia, incluso si lo «escoltan» varios exmandatarios americanos, sobre los que «recaería igualmente el peso de la ley».

La vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, también advirtió esta madrugada que Edmundo González será «inmediatamente detenido» si pisa el país este viernes, fecha marcada para la investidura presidencial. Rodríguez le acusó de haber «manchado» la ruta electoral venezolana y arremetió contra su compañera en los comicios, María Corina Machado, que se mantiene en paradero desconocido para evitar las iras del régimen, por convocar la manifestación contra la proclamación del líder chavista. Curiosamente, Delcy omitió citar por su nombre a la jefa opositora, a la que llamó varias veces «la desquiciada esta».

«No se equivoquen conmigo»

«No se equivoquen otra vez conmigo, fascistas, imperialistas», dijo Maduro en un acto de conmemoración de la figura histórica del capitán Eliezer Otaiza, y en clara referencia a los expresidentes latinoamericanos y que han anunciado que acompañarán este viernes a Edmundo González Urrutia, líder de la oposición, a la toma de posesión. «Estamos resueltos y decididos a vencer. A preservar la paz, la independencia nacional. A defender los derechos del pueblo con nuestra propia vida si es necesario entregarla», advirtió Maduro, que anunció la detención de «siete mercenarios extranjeros», dos estadounidenses, dos colombianos y tres ucranianos, aunque no dio sus nombres. Según Maduro, planeaban acciones violentas en el país.

La postura de Colombia

La represión, persecución, detenciones y separaciones de dirigentes opositores y de familiares y defensores de los derechos humanos han aumentado en los últimos días por parte del Gobierno chavista. Tras el secuestro del yerno de Edmundo González ante los ojos de sus hijos de 9 y 7 años cuando los llevaba al colegio, este miércoles fueron denunciadas las desapariciones del hispanovenezolano Carlos Correa, de padres gallegos y director de la oenegé Espacio Público, y del excandidato a la presidencia Enrique Márquez.

Este incidente provocó la reacción inmediata de Gustavo Petro, presidente de Colombia, considerado uno de los aliados de Nicolás Maduro, que anunció que no asistirá a la investidura, aunque tampoco va a romper relaciones con Venezuela. Petro ha pedido que se repitan las elecciones, con lo que tampoco da por buenas las actas presentadas por González Urrutia.

La politóloga, consultora y profesora de Derechos Humanos Nastassja Rojas Silva cree que lo que puede pasar los próximos días «es un aumento aún mucho más acelerado de la represión». «Están dispuestos —apunta— a detener a cualquier persona que consideren una amenaza. Para mí, el régimen ya no tiene límites. Esto ya es autoritarismo abierto, público, donde ya no se preocupan por guardar las formas. Estamos ante un escenario muy complicado».

 


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