¿Qué gafas usas para ver?
La Voz de la Escuela
Los valores que interiorizamos condicionan nuestra forma de actuar y marcan la de nuestros hijos
21 Dec 2016. Actualizado a las 05:00 h.
«El mercado tiene una relación muy estrecha con el deterioro del medio ambiente. La contaminación no solo infesta el aire, los ríos y los bosques, sino también a las almas. Una sociedad poseída del frenesí de producir más para consumir más tiende a convertir las ideas, los sentimientos, el arte, el amor, la amistad y las personas mismas en objetos de consumo. Todo se vuelve cosa que se compra, se usa y se tira al basurero. Ninguna sociedad había producido tantos desechos como la nuestra. Desechos materiales y morales». Esta reflexión del nobel de literatura Octavio Paz es muy oportuna para introducir el tema de la educación en valores desde la familia.
Hoy en día la palabra valores la asociamos, sobre todo, al mercado de capitales, a las rentas fijas y variables y a los estados financieros. Es muy probable que nuestros hijos a estas alturas de su vida hayan escuchado más veces las palabras Ibex 35, Dow Jones o cotización que solidaridad, empatía o sostenibilidad. Y esta realidad condiciona, claramente, su forma de comprender y ver el mundo. Con gafas de cortos de vista (mis necesidades, mis derechos y mi felicidad) solo verán su minimundo. Con las gafas de ver de lejos (otras realidades, otras necesidades, el futuro a medio y largo plazo) tendrán una visión más amplia, solidaria y sostenible del planeta en el que les ha tocado vivir.
En este último artículo del año repasamos seis valores debilitantes que imperan en la sociedad actual y otros tantos que, por el contrario, ayudan a fortalecer la personalidad de los niños. De ellos habla la catedrática de Ética Adela Cortina.
6 valores imperantes
1. El cortoplacismo
Es la ausencia de un proyecto de futuro. Su paradigma es la tarjeta de crédito. Disfrute ahora y pague más tarde es uno de los mensajes que escuchan con más frecuencia niños y jóvenes. Vive al día, o «carpe diem».
2. El individualismo
Es una actitud que daña gravemente la convivencia. Nuestra cultura, llena de recursos comunicativos (teléfono móvil, pantallas, medios de comunicación…), en triste paradoja nos aísla y nos hace romper vínculos con los más cercanos a nosotros.
3. Mis derechos
Hoy en día nuestros hijos tienen muy claro cuáles son sus derechos, pero no siempre reconocen sus obligaciones.
4. Lo superfluo
Nos quedamos en la superficie de las cosas, en lo que se ve, en la imagen, en la foto bonita de Instagram. El auge de las religiones orientales, con sus técnicas de meditación, atestigua cuánto echamos de menos, sin saberlo siquiera, la dimensión interior. Para ser dueño de la propia vida hay que conocerse: ¿Quién soy yo? ¿Por qué hago lo que hago?
5. Consumismo desenfrenado
La diversión y la felicidad nos la venden (medios de comunicación, publicidad…) asociadas al consumo. Nos hacen creer que la adquisición de la última moda en «smartphones», ropa o conquistas personales son experiencias obligatorias para alcanzar la felicidad.
6. Borreguismo (o gregarismo)
Es la inercia de seguir lo que todo el mundo haga o diga. Y el que se sale de lo mediocre es el diferente, el raro, el friki. Cada vez resulta más difícil distinguirse de la masa, dar opiniones personales, discrepar de lo políticamente correcto.
6 valores empoderantes
1. El proyecto personal
La apuesta por la propia vida, que exige compromiso y esfuerzo. Las claves están en la disciplina y la fuerza de voluntad. ¿Cómo se educa en estos valores? Aumentando el nivel de exigencia, poniendo cada día frente a nuestros hijos pequeños retos personales, escalones adecuados a su estatura, cuyo premio sea la satisfacción de haberlos subido.
2. La participación social
Hay que abrirse a otras necesidades, a la comunicación persona a persona. El ejemplo de unos padres que se implican en su comunidad, en oenegés conservacionistas, de protección del planeta, solidarias… ayudan a educar en este valor.
3. Mis responsabilidades
Padres y profesores tenemos que establecer normas claras que enmarquen la convivencia desde el principio, para que niños y adolescentes aprendan a asumir las consecuencias de la propia conducta y practiquen la empatía, o capacidad de ponerse en la piel de los demás.
4. La reflexión personal
Lectura y reflexión, pero también algún momento de silencio, de pantalla apagada, de diálogo tranquilo. El contacto con la naturaleza, el estilo de vida «slow» (tranquilo) enseña a los niños el valor de escucharse para encontrar la propia identidad.
5. Austeridad
Ser austero en estos tiempos es todo un reto que aporta múltiples beneficios, como redescubrir el valor de lo verdaderamente importante. No somos más libres ni más felices por acumular más cosas. La vida diaria de cada familia puede educar en este valor con el ejemplo.
6. Pensamiento crítico
Ser capaz de dar la propia opinión, aunque discrepe de la de los demás; mantener una actitud crítica hacia situaciones de injusticia, estereotipos, consumismo que transmiten la publicidad o los medios de comunicación es un excelente ejercicio que debemos ayudar a practicar a nuestros hijos.
escuela de padres
? TEMA DEL MES: Educar en valores.
? ETAPA: Infantil, primaria y secundaria.
? LA FRASE: «Estamos bajo mínimos de humanidad y justicia» (Adela Cortina).
? COMPORTAMENTOS QUE EVITAR: Dejar que el egoísmo, la insolidaridad y el consumismo desenfrenado sean los valores de los más jóvenes.
? ALGUNAS CLAVES: El sistema de valores que transmitimos a nuestros hijos es el que los ayudará a convertirse en (buenas) personas.
? PARA SABER MÁS: Artículo «Educar en valores es educar», de Carmen Guaita, en la revista «Ined21»: http://ined21.com/educar-en-valores-es-educar/