La Voz de Galicia

Silencio, se piensa

La Voz de la Escuela

Moncho Núñez Centella
«Agnus Dei» (1635-40), de Francisco de Zurbarán. Museo del Prado

En un grupo, un silencio largo puede ser señal de paz o de tensión contenida

24 Apr 2019. Actualizado a las 05:00 h.

Se ha calificado a Francisco de Zurbarán como el pintor del silencio El que fue maestro del misticismo barroco expresa la sugerente ausencia de sonido mediante realismo y sobriedad, con limpieza y quietud; lo hace en hábitos de cartujos, en bodegones y en animales. Hasta seis versiones pintó de ese cordero maniatado, dispuesto para el sacrificio. Para explicitar su carácter simbólico, uno de esos lienzos contiene una frase que se recoge en el libro de los Hechos de los Apóstoles (8:32) y que a su vez remite al profeta Isaías (53:7) «Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca.» Quede constancia de que ese texto bíblico se aplicaba a quien fue procesado sin causa. Mejor, callar. El silencio es elocuente y, a veces, atronador.

Hay otros motivos que nos pueden llevar a relacionar el silencio con los corderos. Quizás el primero que nos viene a la mente es el título de la historia de terror que ganó en 1991 el Óscar a la mejor película, al mejor director (Jonathan Demme), al mejor actor (Anthony Hopkins), a la mejor actriz (Jodie Foster) y al mejor guion adaptado (Ted Tally). Pero en esa misma clave cinematográfica aún fue más galardonada La ley del silencio, cinta que en 1954 obtuvo ocho estatuillas, incluidas la de mejor película, director (Elia Kazan), actor (Marlon Brando), actriz (Eva Marie Saint), guion (Budd Schulberg) y banda sonora (Leonard Bernstein). Como vemos, el cine y el silencio guardan buena relación. No en vano se exige en el rodaje y se reclama en las salas de proyección.

El lenguaje cinematográfico o el arte dramático nos sirven para diferenciar el silencio en singular y con mayúscula (que es el silencio del bosque, de la noche o de los pueblos despoblados) de los silencios (en plural), esas pausas que tanta importancia tienen en la comunicación. Los silencios son parte esencial del lenguaje, aportando énfasis a las palabras e invitando a la reflexión. Los largos son polivalentes, y según las circunstancias pueden resultar cómodos o incómodos, pues entre dos personas tanto pueden ser señal de paz como de incomunicación y tensión contenida. En general, agradan los silencios cómplices, cuando existe una buena relación entre los presentes, y perturban los silencios de desconocidos; por ejemplo, hay personas a quienes los silencios del ascensor incomodan tanto que recurren a hablar del tiempo.

Hace poco más de medio siglo, en su inolvidable canción The Sound of Silence (El sonido del silencio), los jóvenes Simon y Garfunkel invitaban a comunicarse e intercambiar ideas. Protestaban contra un mundo donde son muchas las personas que hablan por hablar, pero al mismo tiempo nadie se atreve a quebrar el silencio impuesto por el poder, resultando todo en ese mutismo colectivo que en definitiva revela un sentimiento de impotencia: «People talking without speaking / People hearing without listening… And no one dared / Disturb the sound of silence». Hablemos, y hablemos con sentido. El silencio es tan importante que antes de romperlo hemos de reflexionar. En eso estamos.

 

ipse dixit

De todas las reacciones posibles ante la injuria, la más hábil y económica es el silencio

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934)

¡Silencio!... ¡Silencio! Ante la muerte solo vale el silencio

León Felipe (1884-1968)

No he de callar, por más que con el dedo, / ya tocando la boca, o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo

Francisco de Quevedo (1580-1645)

Al cerrar una puerta cogemos los dedos al silencio

Ramón Gómez de la Serna (1888-1963)

Más profundo que la palabra es el silencio

Ernst Jünger (1895-1998)

No hay música más grande ni más sublime que el silencio

Miguel de Unamuno (1865-1937)

Se sofocan los clamores, pero ¿cómo vengarse del silencio?

Alfred de Vigny (1797-1863)

El silencio es el único amigo que jamás traiciona

Confucio (551-479 antes de Cristo)

actividades 

1 Hay lugares donde se nos pide silencio, como las bibliotecas, los hospitales, las aulas, los platós, el cine o el teatro. En general, en donde se realizan trabajos que exigen concentración. Pon ejemplos de actividades que se realizan mejor en silencio.

 

2 El guardar silencio se utiliza también como señal de respeto. El conocido ritual de un minuto de silencio, testimonio de solidaridad y compasión, parece que tiene su origen en Portugal. El 13 de febrero de 1912 el Senado luso guardó diez minutos de silencio para mostrar sus respetos por el fallecimiento del ministro de Relaciones Exteriores del Imperio del Brasil. Existen otros testimonios de que años después se guardaron, también como homenaje a fallecidos, dos o tres minutos de silencio, que pronto quedaron simbolizados en uno. ¿Cuántas formas conoces de expresar respeto si te encuentras en grupo?

 

3 Algunos expertos denuncian que estamos educando a la juventud en un horror al silencio, de modo que hay que llenar de ruidos o música todos los espacios y momentos. Todo son obstáculos para pensar o conversar. Haz una lista de los sonidos que percibes en un tiempo de cinco minutos en cinco ambientes diferentes.

«Automat» (1927), de Edward Hopper. Des Moines Art Center

 

4 Este «Automat» que refleja Hopper era, en los años 20 del pasado siglo, una cafetería con máquinas de autoservicio donde podía tomarse una consumición sin que mediara palabra. Redacta una historia sobre los pensamientos de esa mujer. Va arreglada y pintada. No se ha quitado el abrigo ni el sombrero. Tiene un guante puesto. ¿De dónde viene? ¿A quién espera? ¿Es ella también un autómata?

 


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