Alergia a la proteína de la leche: ¿qué puede ocurrir cuando se da una reacción?
Enfermedades
Es una de las más frecuentes en edad pediátrica y, aunque puede desaparecer de manera espontánea, en un 20 % de los casos la alergia persiste
10 Mar 2023. Actualizado a las 13:14 h.
Una joven de 17 años alérgica a la proteína de la leche falleció tras sufrir un shock anafiláctico después de tomar un café «contaminado». Después de beberlo sufrió una parada cardiorrespiratoria, fue atendida por el 112 y trasladada a en una UVI móvil hasta el hospital, donde falleció tres días después. Pero ¿en qué consiste esta alergia?, ¿qué le sucede al cuerpo cuando se da una reacción de este tipo?, ¿cómo se debe actuar?
Ante todo, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) subraya el hecho de que «las enfermedades alérgicas, especialmente si se trata de alergia a los alimentos, los medicamentos, el látex o el veneno de insectos, pueden tener manifestaciones muy abruptas y generalizadas en la persona que las padece. En algunos casos con un desenlace mortal o casi mortal cuando el individuo alérgico entra en contacto con la sustancia que induce su alergia, por mínimas que puedan ser». En este sentido, el organismo aconseja extremar las precauciones ante un caso de alergia.
¿En qué consiste la alergia a la proteína de la leche?
La alergia a las proteínas de la leche es una enfermedad caracterizada por una respuesta exagerada del sistema inmunitario (defensas) a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína, la primera no se encuentra en la leche materna. Estas proteínas son reconocidas como extrañas en el organismo y se inicia la producción de anticuerpos, entre ellos la Inmunoglobulina E y se segregan sustancias químicas como la histamina causantes de los síntomas. Su causa es genética.
«En la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) el sistema inmune detecta las proteínas de la leche como una amenaza para el cuerpo y desencadena una reacción mediada por IgE (de tipo alérgico) generando síntomas de carácter inmediato, en menos de una hora desde el contacto con el alimento, y que pueden ir desde la urticaria, sensación de falta de aire, dolor abdominal intenso y agudo, hasta la anafilaxia que puede llegar a ser mortal», comenta Ángela Meijide, alergóloga de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). «La clínica va a depender del grado de sensibilización del paciente, pero por norma general se debe evitar tanto la ingesta como el contacto con la proteína de leche, ya que un contacto accidental, aunque sea cutáneo, puede producir síntomas», añade la doctora.
«Si tienes alergia a la leche es porque has desarrollado una IgE específica frente a alguna de sus proteínas. ¿Y qué proteínas hay? Caseína, beta-lactoglobulina, alfa-lactoalbúmina, etcétera», explicaba a La Voz de la Salud, Carmen Vidal Pan, jefa del servicio de alergología del Complexo Hospitalario de Santiago de Compostela (CHUS).
Síntomas de alergia a la leche:
- Picor en la boca
- Ronchas por la piel y urticaria
- Rinitis y/o conjuntivitis
- Dificultad respiratoria
- Crisis de asma
- Pueden aparecer de manera más tardía vómitos, dolor abdominal, náuseas y diarrea.
- En los casos más graves se puede desarrollar un shock anafiláctico
¿En qué se diferencia una alergia de una intolerancia?
La intolerancia a la lactosa y la alergia a las proteínas de leche son dos trastornos distintos, pero a menudo tienden a confundirse. La alergia a las proteínas de la leche es una enfermedad caracterizada por una respuesta exagerada del sistema inmunitario (defensas) a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína, la primera no se encuentra en la leche materna. Mientras que la intolerancia a la lactosa aparece cuando no se puede digerir adecuadamente la lactosa por déficit de lactasa.
«En la intolerancia no hay una IgE específica, lo que hay es un defecto enzimático, una enzima que metaboliza mal la leche, principalmente la lactasa, que es la enzima que metaboliza la lactosa. Cuando tienes intolerancia no te vas a morir por anafilaxia ni te van a salir ronchas. Tendrás dolor abdominal, distensión y heces explosivas. Es diferente. Es proteína frente a hidrato de carbono», precisa Vidal Pan.
Ana Martínez-Cañavate Burgos, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap), añade que «la intolerancia como tal, son manifestaciones digestivas. Generalmente puede cursar con vómitos, malestar abdominal y diarrea».
La alergia a la leche es distinta que la intolerancia a la lactosa:
- Alergia: existe una respuesta inmunitaria del organismo.
- Intolerancia: existe un déficit de enzimas capaces de digerir este componente, lo que causa los síntomas, predominantemente digestivos.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando se produce una reacción alérgica de este tipo?, ¿cómo actuar?
Cuando se da una reacción alérgica, esto es lo que sucede en el cuerpo en palabras de Martínez-Cañavate: «Se pone en marcha un mecanismo de alergia por introducción de las proteínas. Se produce una destrucción de mastocitos y basófilos, que originan una liberación de mediadores químicos. Se produce una vasodilatación importante y una reacción que puede llegar a anafilaxia». Esta última, es la manifestación alérgica más grave que existe. Se define como una reacción alérgica generalizada, rápida y que, en el peor de los casos, puede llegar a ser mortal.
Las personas que son alérgicas a alimentos, según explica la alergóloga pediátrica, suelen llevar encima adrenalina autoinyectable. Por eso, en caso de que presenciemos un ataque alérgico de este tipo «lo que debemos hacer es administrársela y llamar a los servicios de urgencias, porque son pacientes que necesitan observación y control médico». En este sentido, la Seaic insiste en «la necesidad de que los propios pacientes, así como todas las personas cercanas a ellos, se aseguren de llevar siempre consigo los medicamentos necesarios para tratar una reacción alérgica, especialmente los autoinyectores de adrenalina, y que conozcan su correcto manejo y cuándo deben ser administrados, pues la administración precoz de estos fármacos puede ser decisiva en la consecución de un desenlace favorable de una reacción anafiláctica grave».
¿Se nace siendo alérgico a la leche o esta puede aparecer a lo largo de la vida?
«Se estima que la alergia a la leche afecta entre el 1 y el 3 % de los niños. A pesar de esto la evolución suele ser favorable, y alrededor del 85% supera dicha alergia de manera espontánea antes de los 5 años; es decir, dicha alergia puede ser transitoria», asegura Meijide.
«Normalmente la alergia a la leche suele producirse o iniciarse en el comienzo de la vida, desde que son pequeños, con las primeras tomas de biberones», comenta Martínez-Cañavate. Así, el hecho de que aparezca a lo largo de la vida, no suele ser lo habitual: «La leche generalmente es raro que suela ponerse de manifiesto más tarde no habiendo tenido síntomas previos, sino que normalmente ya se suele tener desde pequeñito y lo que van haciendo es desapareciendo».
En niños pequeños, la alergia a la leche puede desaparecer de manera espontánea, pero en un 20% de los casos, persiste. «La alergia a la leche y a los huevos pueden desaparecer a lo largo de la vida, tienen un porcentaje alto, pero el resto de alimentos es más raro. La leche, una vez pasan los cinco años, y al huevo, los ocho y los nueve. Si a esas edades no se ha perdido y siguen siendo alérgicos, ya no la van a perder», indica Martínez-Cañavate. A lo que Meijide, añade: «En nuestro país son las dos alergias alimentarias más frecuentes en la infancia debido a nuestra dieta, basada sobre todo en dichos alimentos, lo que hace que sea más fácil sensibilizarse a los mismos».
Las alergias que son más frecuentes que aparezcan de adultos, según la alergóloga Martínez-Cañavate, son «a la fruta y a los frutos secos, mientras que la leche y el huevo que son las alergias más frecuentes en edad pediátrica».
¿Qué tratamientos existen para la alergia a la leche?
A día de hoy también existen tratamientos para este tipo de alergias alimentarias que se conoce como desensibilización alimentaria: «Son niños que se encuentran el hospital de día, a los que se les va administrando este tipo de inmunoterapia. Con la leche se utilizan dosis muy pequeñas y se va ascendiendo hasta que lleguen a una dosis que el paciente tolera bien y que no tiene problemas por tomas accidentales».
La doctora recalca que existen inconvenientes a este proceso. «Se trata de un tratamiento laborioso y de riesgo, porque pueden tener reacciones. Luego hay niños que no quieren hacer la desensibilización o padres que tampoco aceptan ese tratamiento, porque son pérdidas de muchos días escolares y posibilidades de efectos adversos». Si bien la principal ventaja es que «se consigue que estos niños tomen leche todos los días y no tengan reacciones graves por posibles tomas accidentales».