La Voz de la Salud

¿Cuántos tampones usas en un día? «Por encima de seis se considera que la regla es excesiva»

Enfermedades

Laura Miyara La Voz de la Salud
El nuevo estudio realizado en Estados Unidos ha comprobado la seguridad de los productos menstruales comerciales más usados.

Un nuevo estudio estadounidense analiza la capacidad de retención de sangre de tampones, compresas y copas. La investigadora principal explica por qué esa información es relevante a nivel médico

06 Nov 2023. Actualizado a las 10:19 h.

Si fueses un alien que acaba de llegar a la Tierra, las publicidades de productos sanitarios para la menstruación podrían convencerte de que el líquido que se desecha en esa fase del ciclo femenino es una especie de suero azul con poca consistencia. Por supuesto, la sangre menstrual no se parece en nada a aquella solución semejante a un limpiacristales que se ve en los anuncios. Pero con lo que no contábamos era con que las propias empresas fabricantes de tampones y compresas no estaban utilizando sangre real para probar la eficacia en términos de absorción y contención, sino que realizaban sus controles de calidad con solución salina.

Esto era algo en lo que casi nadie había reparado hasta este mes, cuando se publicó el primer estudio científico que se propuso examinar la capacidad de absorción de glóbulos rojos de distintos productos menstruales modernos. La investigación, que fue publicada en la revista BMJ Sexual & Reproductive Health, estuvo a cargo de cuatro expertas del Departamento de Medicina de la Oregon Health & Science University (OHSU), en Portland, Estados Unidos.

La reacción del público no se ha hecho esperar. En redes sociales, miles de mujeres comentaron y celebraron este estudio como un hito en la medicina, señalando al mismo tiempo lo llamativo que resulta que esto ocurra tantas décadas después del lanzamiento del primer tampón, que se patentó en el año 1931 bajo el nombre de «Aparato catamenial». Se trata de un antes y un después en los estudios sobre la menstruación, no solo porque permite por primera vez estimar de forma mucho más precisa la sangre que puede contener un tampón, sino porque se está hablando de que esto podría ayudar a afinar distintos diagnósticos ginecológicos relacionados con los sangrados menstruales abundantes. Un síntoma para el que hasta ahora no ha habido un método de medición eficaz y que afecta a un gran número de personas a lo largo de su vida fértil.

«Uno de los problemas más frecuentes que vemos los ginecólogos es el sangrado menstrual excesivo. Cuando se hacen estudios, se ve que esto puede afectar a un tercio de todas las mujeres en edad de menstruar. Lo que ocurre es que no existían hasta ahora métodos cualitativos para valorar objetivamente ese sangrado. Es decir, los ginecólogos nos podíamos encontrar con mujeres que decían: "Mi regla es normal" y sin embargo, tenían una anemia importante, que es señal de que su regla era muy abundante. O al revés, mujeres que creen que sus reglas son abundantes, cuando realmente es una regla normal que no les repercute en la salud», observa la doctora María José Rodríguez, portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

«La duración, que es otro de los criterios de una regla abundante, sí que es valorable: te dura cinco días, o te dura ocho días. Pero la cantidad, no. Y es que no hay forma de medir esa cantidad de sangre que se expulsa, porque, habitualmente, tú utilizas compresas o tampones que se tiran. Hasta ahora, usamos la regla de los seis. Seis compresas o tampones diarios es un número por encima del cual ya consideraríamos que el sangrado es abundante. Es decir: le preguntamos a la mujer cuántos productos necesita usar al día. Si se cambia siete veces al día de compresa o de tampón, para nosotros, es un sangrado excesivo. Pero no tenemos forma de valorar la cantidad», explica Rodríguez.

En términos cuantitativos, precisa el estudio de la OHSU, «el sangrado menstrual excesivo afecta a hasta un tercio de las personas mensturantes y tiene un impacto negativo en la calidad de vida». El problema, señalan las investigadoras, es que «el diagnóstico del sangrado excesivo se basa principalmente en el uso de productos menstruales desechables, tales como compresas y tampones». «A medida que aumenta el uso de productos menstruales alternativos, surge la necesidad de entender cómo se compara la capacidad de estos con los de los productos tradicionales», sostienen, haciendo alusión a la creciente popularidad de la copa menstrual en los últimos años, un producto que muchas mujeres eligen por considerarlo más cómodo y ecológico que los descartables.

«Nuestro estudio fue el primero en analizar la eficacia de los productos para el período con sangre. Nuestro plan original era investigar la capacidad de absorción de productos sostenibles, como la copa, el disco y la ropa interior menstrual, dado que estos son elementos que no han sido incorporados a nuestro arsenal diagnóstico para los sangrados menstruales abundantes. Hasta la fecha, los estudios que medían la absorción se realizaban con solución salina, no sangre. Esta nos pareció una distinción importante, puesto que la sangre se absorbe de manera distinta al agua y otros líquidos. Por eso decidimos usar sangre para poner a prueba los productos de una manera más precisa», explica a La Voz de la Salud la doctora Bethany Samuelson Bannow, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Oregon Health & Science University, una de las autoras del estudio.

¿Cuándo se considera que el sangrado menstrual es excesivo? Más allá de la regla de los seis productos desechables, existe un volumen específico a partir del cual esta pérdida superior a lo normal. «Con este estudio y, sobre todo, gracias a los nuevos productos de higiene menstrual, como las copas menstruales, sí que se puede medir la cantidad de sangre que expulsa una mujer y se considera patológico si se eliminan más de 80 mililitros de sangre por ciclo», indica Rodríguez.

Síntoma o enfermedad

Para las mujeres en edad fértil, el ciclo menstrual es un indicador que habitualmente se usa, junto con otros, para evaluar el estado de la salud. A no ser que haya un método anticonceptivo o una condición específica, como el síndrome de ovarios poliquísticos, que altere la regularidad del ciclo, los cambios en este se consideran motivo de consulta médica y es frecuente que los profesionales sanitarios indaguen acerca de la fecha de la última menstruación para tener en cuenta este dato. Para las mujeres que tienen la regla, el sangrado abundante puede ser, entonces, considerado como un síntoma de que algo no va bien. Sin embargo, este no siempre es el caso.

«Un sangrado menstrual excesivo es muy frecuente, sobre todo, en las primeras etapas de la vida y en las últimas. En la adolescencia, todavía no funciona bien el ciclo ovárico y es muy común que las jóvenes tengan sangrados abundantes, reglas de muchos días o dos reglas al mes. Cuando se aproxima la menopausia, también se empiezan a producir sangrados excesivos por la misma razón: el ovario ya se está agotando y empieza otra vez a funcionar mal», explica Rodríguez.

En otros casos, una menstruación muy abundante sí que puede indicar algún problema subyacente que debe ser examinado. «En la etapa fértil de la mujer, en la edad intermedia, las principales causas de sangrado excesivo que encontramos son miomas, pólipos y, por supuesto, tumores. Una mujer que tenga sangrado excesivo tiene que consultar para ver si es debido a una patología o simplemente son alteraciones de la regla», aconseja en este sentido la portavoz de la SEGO.

A su vez, hay que tener en cuenta que esta pérdida de sangre puede convertirse en la causa de otros problemas. «El sangrado excesivo puede tener repercusiones en la salud, porque puede provocar, por ejemplo, una anemia», señala Rodríguez.

El estudio

Si usas bragas menstruales, un invento de popularidad relativamente reciente que absorbe el flujo menstrual como lo haría un pañal, la investigación de la OHSU tiene malas noticias para ti. Este producto fue el que obtuvo los peores resultados cuando se lo puso a prueba con sangre real, con respecto a otros. «De los 21 productos de higiene menstrual analizados individualmente, el disco menstrual fue el que consiguió una mayor contención de sangre (80 mililitrios)», revelan las investigadoras, mientras que «la ropa interior menstrual contuvo la menor cantidad de sangre (menos de 3 mililitros)». Los tampones tamaño súper, las compresas ultra absorbentes y la copa menstrual arrojaron resultados similares, con una capacidad de absorción de entre 20 y 50 mililitros.

El disco y la copa, nuevos aliados

La copa y el disco menstrual son, esencialmente, dos productos flexibles de silicona o plástico reutilizables y bastante similares. Ambos funcionan como recipientes que se insertan dentro de la vagina y contienen la sangre de la regla. El disco se coloca en el fórnix (la parte más ancha de la vagina y la base del cuello uterino), mientras que una copa menstrual se inserta en el canal vaginal.

Ni la copa ni el disco alteran la flora vaginal ni el pH, lo que es beneficioso para las mujeres que suelen sufrir infecciones. La ventaja del disco respecto de la copa es que este no ejerce succión sobre el cuello del útero, ya que se mantiene colocado en posición apoyándose en el hueso púbico, gracias a la gravedad. Su ubicación también facilita la posibilidad de tener relaciones sexuales con el disco puesto, sin que ninguna de las personas pueda sentirlo. Por su parte, la copa es más fácil de retirar que el disco, pero puede no ser cómoda para aquellas personas que tienen el suelo pélvico debilitado.

«Las conclusiones más importantes fueron que las copas menstruales y los discos tienen la capacidad de retener una enorme cantidad de sangre y esto puede dificultar el diagnóstico de sangrado excesivo en las personas que los usan. En definitiva, queremos que cada persona que menstrúa sepa si sus reglas son verdaderamente normales y que tenga acceso a evaluaciones médicas y tratamientos si su sangrado es demasiado abundante. Yo veo pacientes en mi consulta todas las semanas que llevan años con sangrados muy excesivos y no son conscientes de ello», observa la doctora Samuelson.

De todos modos, la elección del producto sigue siendo algo totalmente personal. «Cada vez más mujeres buscan productos alternativos. Ya no se utilizan solo tampones y compresas, sino que estamos viendo un uso cada vez mayor de las bragas menstruales, las copas menstruales y las compresas reutilizables. El saber que esos productos tienen una capacidad adecuada tranquiliza a las mujeres con respecto a que su uso es seguro y no se van a arriesgar a manchar la ropa o no controlar el sangrado», señala Rodríguez, y subraya que este aspecto es el más importante de la investigación.

«Creo que el mensaje más importante que puede dar nuestro estudio es que las personas tienen que hablar de su menstruación con el médico y buscar tratamiento cuando hay síntomas de sangrado excesivo, tales como llenar rápidamente tampones de tamaño súper, compresas ultra absorbentes, copas o discos menstruales, que son los que más sangre contienen. De manera general, creo que la gente tiene que llegar a sentirse más cómoda con la idea de hablar de su regla y me alegra que esta publiación haya contribuido a generar esas conversaciones», dice Samuelson.

«Este estudio viene bien, pero no nos va a cambiar en la práctica, en el diagnóstico clínico», señala Rodríguez, ya que faltan más investigaciones científicas para poder desarrollar métodos totalmente precisos para el diagnóstico del sangrado menstrual excesivo. Pero este es un primer paso en esa dirección. «Cada mujer tiene que utilizar el producto menstrual con el que se sienta más cómoda. Todos son seguros y cada mujer puede elegir», concluye Rodríguez.

 


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