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Qué es el dengue, la enfermedad que ha provocado la muerte de la mujer del golfista Emilio «Puma» Rodríguez

Enfermedades

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El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas, principalmente del mosquito Aedes aegypti.

María Victoria de la Mota Claverie tenía 33 años y ha fallecido en San Luis, Argentina

03 Apr 2024. Actualizado a las 11:29 h.

La mujer del jugador de golf Emilio Puma Domínguez, María Victoria de la Mota Claverie, ha fallecido a los 33 años después de infectarse de dengue. El trágico desenlace sucedió el pasado sábado y fue confirmado en las últimas horas por la página oficial del circuito latinoamericano del PGA. El argentino tuvo que retirarse de un torneo en Guadalajara (México), pero «la salud de Victoria se deterioró con tal rapidez, que falleció mientras Puma realizaba el viaje de más de 7.000 kilómetros de regreso a casa», indicó la web oficial. 

El dengue es una infección vírica transmitida a los humanos por la picadura de mosquitos infectados. Los principales vectores de la enfermedad son los Aedes aegypti. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que existen cuatro serotipos del DENV, lo que significa que es posible infectarse cuatro veces. En la mayoría de los casos, estas infecciones solo provocan un cuadro leve, ocasionando una enfermedad aguda similar a la gripe. Pero también puede evolucionar hacia complicaciones que pueden llegar a ser mortales. 

¿Cuáles son los síntomas de una infección por dengue?

La OMS indica que la mayoría de las personas que contraen el dengue no tienen síntomas. Pero si estos aparecen, lo suelen hacer de cuatro a diez días después de la infección y duran de dos a siete días. En el caso de que estos aparezcan, suelen ser fiebre alta, dolor de cabeza y en otras partes del cuerpo, náuseas y erupciones en la piel. En la mayor parte de los casos, la persona se cura en una a dos semanas, pero sí pueden existir complicaciones. 

La fiebre elevada (40 ºC) es uno de los signos más característicos. De hecho, la propia organización mundial señala que al dengue también se le suele denominar «fiebre quebrantahuesos». Esta puede ir acompañada de dolores musculares y articulares, en los ojos (por detrás de estos), de cabeza, náuseas, vómitos, sarpullido y un agrandamiento de los ganglios linfáticos. 

Aquellas personas que se infectan por segunda vez corren más riesgo de que la enfermedad se complique. Los síntomas del dengue grave suelen presentarse cuando desaparece la fiebre: vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz, cansancio, agitación, vómitos o heces con sangre, sed intensa, piel pálida y fría, y debilidad general. 

¿Cómo se produce la transmisión?

Los virus del dengue se transmiten a las personas de todas las edades por medio de las picaduras de mosquitos de la especie Aedes infectados. Estos son los mismos que transmiten los virus del Zika y del chikunguña. Se infectan cuando pican a una persona que ya está infectada por el virus. Después, los insectos infectados pueden transmitir el virus a otras personas al picarlas. Además, según la OMS, pueden transmitir el agente patógeno durante toda su vida. 

Aunque la principal vía de contagio del DENV entre los seres humanos implica la participación de estos mosquitos vectores, existen casos aislados de transmisión materna (de una embarazada a su bebé). Además, en raras ocasiones el dengue también puede transmitirse por medio de una transfusión de sangre, un trasplante de órganos o una lesión causada por el pinchazo de una aguja.

¿Existe tratamiento?

No hay tratamiento específico para el dengue. Lo habitual es aliviar el dolor mediante la prescripción de fármacos como el paracetamol. Deben evitarse los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno y la aspirina, porque aumentan el riesgo de hemorragia, según la OMS. También se dispone una vacuna para las personas que han tenido dengue al menos una vez y viven en lugares donde la enfermedad es frecuente; con todo, no protege a aquellas que todavía no han sido infectadas. 

Se puede reducir el riesgo de contraer el dengue protegiéndose de las picaduras de mosquito, que están activos durante el día. La OMS recomienda utilizar ropa que cubra el cuerpo lo máximo posible; utilizar mosquiteros, a ser posible impregnadas de repelente si se duerme durante el día; repelentes de mosquito; espirales de humo y aerosoles. 

¿Cuál es su incidencia?

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó hace pocos días sobre un aumento de casos de dengue en Latinoamérica. Hasta el 26 de marzo del 2024, se registraron más de 3,5 millones de infectados y más de 1.000 muertes en la región.

Si bien está en aumento en toda América Latina y el Caribe, los países más afectados son Brasil (83 %), Paraguay (5,3 %) y Argentina (3,7 %), que concentran el 92 % de los casos y el 87 % de las muertes. Este incremento se debe a la temporada de mayor transmisión en el hemisferio sur, donde la propagación del mosquito Aedes aegypti es más alta debido al clima cálido y lluvioso. 

En el caso concreto de Argentina, en menos de un año se han producido 180.529 infecciones, según el Ministerio de Salud de la Nación. De ellos, «398 casos fueron clasificados como dengue grave y se registraron 129 fallecimientos».

La OMS achaca la propagación a factores ambientales y sociales. Entre ellos, el aumento de las temperaturas y los eventos climáticos extremos, además del fenómeno de El Niño (evento de origen climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico). El crecimiento poblacional rápido y la urbanización no planificada también juegan un papel crucial: las condiciones de vivienda precarias y los servicios de agua y saneamiento insuficientes crean criaderos en objetos desechados y en otros utilizados para acumular agua.


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