¿Cuál es la mejor edad para ser madre? «Una mujer es muy joven cronológicamente con 32 años, pero biológicamente no»
La Tribu
La edad es un factor clave a la hora de buscar un embarazo, tanto de forma natural como a través de técnicas de reproducción asistida. Analizamos las probabilidades y los problemas según avanzan los años
22 Jan 2023. Actualizado a las 17:13 h.
Todos somos conscientes del retraso de la maternidad y paternidad que se está dando en nuestro país. El principal motivo es la falta de una estabilidad económica y laboral de los jóvenes, que impide que puedan plantearse ser padres a edades más tempranas. El problema es que el reloj biológico de la mujer es bastante limitado. A diferencia de los hombres, que producen espermatozoides casi de forma ilimitada (aunque no hay que olvidar que la calidad se va deteriorando con el paso de los años), la reserva ovárica femenina es la misma durante la vida, y además de no producir nuevos óvulos, esta se reduce de forma natural con los años. Así, la cantidad de ovocitos de los que dispone una mujer, también la calidad de los mismos, disminuye. Y como consecuencia, las posibilidades de quedarse embarazada.
A pesar de que las mujeres a día de hoy se suelen autocuidar mucho más, una mejor salud no llega a hacer frente a la declinación natural que sufre la fertilidad a partir de una cierta edad. «El período más fértil de la vida de una mujer es la década de los veinte, cuando biológicamente es más receptiva a conseguir una gestación y cuando menos complicaciones tiene», explica Koldo Carbonero, ginecólogo y presidente de la sección de Esterilidad e Infertilidad de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). «El problema es que hoy en España el inicio de la descendencia es a los 32 años, y cada vez más, la mujer accede muy tarde biológicamente a ser madre por diversos motivos. El primero, que resulta muy difícil tener una situación laboral y económica estable. El segundo, que la edad cronológica es en función de la esperanza de vida, que es muy alta en las mujeres. Una mujer es muy joven cronológicamente con 32 años, pero biológicamente, no», matiza el doctor.
Existe la creencia de que la fertilidad femenina se termina con la menopausia, pero lo cierto es que esta tiene su punto final entre cinco y diez años antes de que la mujer llegue a esa etapa. Así lo asegura la guía para pacientes «Edad y Fertilidad» de la American Society for Reproductive Medicine. Con el tiempo, la mujer perderá ovulaciones y dará como resultado la consecuente falta de menstruaciones. Llegará un momento en el que las reglas serán cada vez más infrecuentes y desaparecerán por completo. Cuando la mujer no tenga ninguna durante un año, se considera que se encuentra en la menopausia.
¿Cuál es la mejor edad para ser madre?
Las mujeres tienen el ciclo menstrual durante los años reproductivos. Así, los óvulos maduran dentro de esferas llenas de líquido denominadas folículos. Al comienzo de cada ciclo, una hormona producida en la glándula pituitaria, que se encuentra en nuestro cerebro, estimula un grupo de folículos a crecer más rápido en los dos ovarios. Solo uno de ellos alcanza la madurez en cada ciclo menstrual, liberando un óvulo. Si este es fecundado, se implanta en el revestimiento del útero (endometrio) produciéndose un embarazo. En caso contrario, baja la menstruación y el ciclo empezaría de nuevo.
«La mejor edad para ser madre, en teoría, es menos de treinta años, pero si nos tenemos que apurar mucho, digamos que hasta los 35», asegura el Luis Martínez Navarro, ginecólogo y presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Hasta ahí se consideraría una «buena época porque se mantiene una buena cantidad y calidad de sus óvulos», mientras que a partir de los 35, y más a partir de los cuarenta, «existe un incremento de alteraciones cromosómicas y muchos más riesgos». Además, el doctor añade otro importante factor a tener en cuenta: «En edades jóvenes, por decirlo así, hay menos patologías dentro del útero. Por ejemplo, los miomas son más frecuentes con los años y la endometriosis se agrava conforme aumenta la edad de la mujer. Podemos decir que todo eso está controlado hasta los 30 o 35 años, pero a partir de ahí van a empeorar todos estos procesos».
Tal como apunta el doctor Martínez, uno de los riesgos a tener en cuenta es la pérdida de calidad del óvulo. Según señalan desde la Sociedad Española de Fertilidad, estos pueden contener más alteraciones cromosómicas (aneuploidía) cuanto más aumenta la edad de la mujer. Este hecho, además de dificultar el embarazo, incrementa la probabilidad de sufrir un aborto y que la descendencia padezca enfermedades genéticas.
En el proceso de fecundación, tanto el óvulo como el espermatozoide tienen 23 cromosomas cada uno, por lo que el embrión resultante tendrá un total normal de 46 cromosomas. Con los años, es más probable que cada vez más de óvulos de una mujer tengan una mayor o menor cantidad de cromosomas, y consecuentemente, el embrión puede verse afectado. Si bien no es un problema exclusivo de la mujer, ya que los hombres también pueden padecer más alteraciones cromosómicas en sus espermatozoides a partir de una cierta edad.
Por su parte, la pérdida de reserva ovárica se refiere a la menor cantidad de folículos que contienen óvulos en los ovarios. De forma natural, esta se reduce, aunque también pueden influir otros factores como si se han llevado a cabo cirugías en los ovarios, si se ha recibido quimioterapia o radioterapia, enfermedades como la endometriosis o autoinmunes, si existen antecedentes familiares de menopausia precoz, enfermedades genéticas que afecten al normal funcionamiento del ovario e incluso puede no existir causa conocida. No existen unos síntomas concretos que se relacionen con una baja reserva, si bien se suele asociar con alteraciones menstruales. Lo que sí es destacable es su importancia a nivel reproductivo, ya que el éxito de los tratamientos de reproducción depende de obtener un número suficiente de ovocitos, así como de la calidad de los mismos.
Riesgos de una maternidad avanzada
«Se considera una maternidad avanzada a partir de los 35, porque ahí ya sabemos que se van a incrementar los problemas, pero sobre todo en una edad superior a 38 años. A partir de ahí a la mujer le va a costar trabajo quedarse embarazada, porque la curva a partir de los 35 empieza a descender levemente pero a los 38 ya es picada hacia abajo», explica el presidente de la SEF. Además, añade que «cuanta más edad tenga la mujer más dificultades tendrá en la gestación y más probabilidades de sufrir un aborto, porque estos aumentan con los años de la paciente. También existe mayor riesgo de sufrir hipertensión en el embarazo, de diabetes, de tener que recurrir a una cesárea... sencillamente son embarazos de mayor riesgo obstétrico», apunta Martínez.
Por su parte el doctor Carbonero señala que «en un embarazo a los cuarenta la tasa de abortos es muy alta, entre un 40 % y un 50 %» y las complicaciones del embarazo o que el bebé nazca prematuramente son mucho más probables. «Luego que las tasas de éxito son muy limitadas, porque cuando una mujer tiene esa edad estamos hablando de una probabilidad de entre un 5 % y un 7 % por ciclo reproductivo de que este acabe en gestación», comenta.
¿Cuánto se podría hablar de infertilidad?
«Cuando pase un año de relaciones sexuales sin método anticonceptivo podría considerarse que una pareja tiene problemas para lograr un embarazo y da igual la edad que tengan, ese es el concepto de esterilidad hoy en día», asegura Carbonero. No obstante, si la pareja tiene un problema médico evidente que afecta a su capacidad para concebir, como disfunciones sexuales, ausencia de períodos menstruales (lo que se considera amenorrea), antecedentes de enfermedad pélvica o cirugías previas, se debe llevar a cabo una evaluación de esa posible infertilidad mucho antes.
Según apunta la American Society for Reproductive Medicine, cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de treinta años tiene una probabilidad del 20 % de quedarse embarazada. Eso quiere decir que por cada cien mujeres fértiles de esa edad que intenten quedarse embarazadas en un ciclo, solo veinte tendrán éxito y las ochenta restantes tendrán que intentarlo de nuevo. En el caso de que tenga cuarenta, la posibilidad de conseguir una gestación es inferior al 5 % por ciclo, por lo que de cada cien mujeres que lo intenten, menos de cinco lo lograrán. Además, estos porcentajes son válidos tanto para la concepción natural como a través de un tratamiento de fertilidad, ya que la edad de la mujer sí afecta a las tasas de éxito de los mismos.
¿Qué vías existirían para esas parejas? «Hay que hacer un estudio reproductivo a los dos miembros de la pareja, porque intervienen al 50 %, para llegar a un buen diagnóstico. Al llegar a este último, podemos dar un consejo reproductivo. Es decir, las expectativas que tienen por vía natural si optan por ese camino, o por el contrario, qué tratamiento de reproducción asistida le puedes ofertar para que funcione el embarazo mucho antes que la vía natural», explica Carbonero. Sin embargo, el doctor remarca que lo que condiciona el resultado final o éxito de un tratamiento de reproducción asistida es la edad de la mujer: «Una misma técnica, por ejemplo, una fertilización in vitro, no tiene el mismo resultado si una mujer tiene 30, 35, 40 o 43 años».
La edad es la principal causa de esterilidad en España
«Los que trabajamos en reproducción estamos viendo como en los últimos quince años la edad media de las pacientes que acuden con problemas de esterilidad ha aumentado un montón. Nosotros el año pasado en la Unidad de Reproducción del Hospital Quirón de San Sebastián, que es donde yo trabajo como jefe de servicio, la edad media de nuestras pacientes fue de 39,6 años. Esas edades, desde un punto de vista reproductivo, son muy malas», comenta Carbonero. «Hay que tener en cuenta que muchas veces se quiere más de un niño. Si la mujer viene a consulta con 34 porque no se queda embarazada, cuando quiere ir a por el segundo vuelve con 37... y eso, es un problema», añade el doctor Martínez.
«España es un país que hace muchas técnicas de reproducción y la cartera de servicios es muy grande porque se pueden hacer muchas más cosas que no son posibles en otros países. Pero podemos decir que la causa fundamental de todos ellos es el envejecimiento de la población provocando, por decirlo así, esa esterilidad social que sufrimos. Son mujeres que cuando haces el estudio, no tienen nada, lo único que padecen es una peor calidad y cantidad en sus óvulos», expresa Martínez.
De esta forma, el patrón de la esterilidad ha cambiado por completo tanto en nuestro país, como en Europa. «Hace 25 o 30 años, existía un factor femenino muy importante que era el factor tubárico. Es decir, la obstrucción de las trompas de Falopio por secuelas de infecciones ginecológicas anteriores. Eso ya se da mucho menos. Las causas más frecuentes hoy en día son la edad de la mujer y la calidad del semen de los varones. Porque si bien los hombres producimos millones de espermatozoides continuamente, la calidad del semen en la sociedad actual, en el primer mundo, es muy mala. Por eso, hablamos de alrededor de un 22 o 25 % de parejas en edad reproductiva con problemas de esterilidad en Europa. Hace treinta años, era un 10 %», recalca Carbonero.