¿Existe realmente el «efecto detox»?
Vida saludable
Analizamos si los remedios «milagrosos» funcionan de verdad
19 Dec 2021. Actualizado a las 21:54 h.
Se acercan días de fiesta, tras los cuales, muchas personas empezarán una «dieta» con el objetivo de eliminar el peso cogido en estos días lo más rápido posible. Al igual que los villancicos, los planes «detox» se han convertido en tradición. Han aparecido gran cantidad de packs de zumos, suplementos y planes de alimentación que prometen supuestamente depurar y eliminar toxinas de nuestros organismos. ¿Pero qué hay de cierto en todo ello?
Antes de entrar a fondo en el tema, vamos a aclarar qué es una toxina. Se define como tóxico toda sustancia química que es capaz de ejercer una función patológica (dañina) a concentraciones relativamente pequeñas, según describe el Manual de Patología General. Entonces, se llama intoxicación a las manifestaciones que surgen en nuestro cuerpo a causa de ellas: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre... Afortunadamente, nuestro hígado es el encargado de transformar estos tóxicos en subproductos carentes de potencial para hacernos daño. Estos subproductos serán eliminados a través de las heces o de la orina.
Así pues, un zumo nos aporta agua, vitaminas y otros nutrientes. Pero no posee enzimas que sean capaces de transformar estas toxinas en compuestos inactivos. Si experimentamos una pérdida de peso o de líquidos va a ser porque estamos haciendo una restricción calórica brutal, por ejemplo, tomando 200 kcal al día. Da igual que tomemos esas kilocalorías a base de caros batidos verdes, o bien subsistiendo a base de medio donut al día. Además, mantener un «detox» a largo plazo (más de una semana) o hacerlo de forma habitual puede provocar desnutrición y graves consecuencias para nuestra salud.
¿Y en cuanto a los «detox» hepáticos? Otra moda peligrosa que sigue el método de Andreas Moritz, quien publicó el libro Limpieza hepática y vesicular, y que propone lo siguiente: empezar el día con una ingesta libre de zumo de manzana y zumos de vegetales hasta las 18 horas. Sin tomar nada de sólidos. A las 18 h tomar 600 ml de aceite de oliva y 300ml de zumo de limón. Unas 12-24h después la persona empezará a expulsar por las heces piedras de color amarillo-verdoso, que serían, supuestamente, toxinas y cálculos en la vesícula.
Pero si analizamos esos restos de las heces en el laboratorio… ¡resulta que se trata de jabón! Hemos producido dentro de nuestro cuerpo, al más puro estilo Quimicefa, una reacción de saponificación al someter a enzimas digestivas e hidróxido de potasio (parte de las sales biliares), la mezcla de aceite y zumo de limón. Obviamente, no debemos realizar esto en casa, ya que aparte de no detoxificar nada, existe riesgo de causar una obstrucción intestinal por la acumulación de estas «piedras».
Y entonces, ¿cómo podemos ayudar al hígado a desarrollar su función? Toma nota de los siguientes consejos:
- Reduce todo lo posible pescados con alto contenido en mercurio (atún rojo, cazón, lucio, tintorera, pez espada). Hay que evitarlos por completo en el embarazo, la lactancia y en niños menores de 10 años. Entre 10 y 14 años consumir, como máximo, 120 gramos al mes.
- Reduce la carne de caza, por la contaminación en plomo (presente en la munición utilizada para abatir los animales). Evita cocinarla en escabeche (el plomo se transfiere fácilmente al vinagre). Evitar en embarazo, lactancia y en menores de 7 años.
- Reduce o evita el consumo de algas hiziki, priorizando otros tipos, debido a la presencia de arsénico.
- Reduce el consumo de alimentos ricos en nitritos, como embutidos y otras carnes procesadas. Así como algunos aditivos alimentarios (conservantes) a base de sales de nitritos.
Como resumen, simplemente disfruta de estas Navidades. Después, vuelve a tu rutina habitual siguiendo una dieta basada en plantas y vegetales íntegros e integrales. Acompáñalo de ejercicio físico regular, un descanso suficiente y gestión del estrés (aquí tienes unos consejos para reducirlo). El cuerpo volverá a su equilibrio.