La Voz de la Salud

Interior quiere rebajar el límite de alcohol al volante: ¿A cuánto equivale una cerveza?, ¿y una copa de vino?

Vida saludable

Cinthya Martínez La Voz de la Salud
Un conductor realizando la prueba de aire espirado en un control de tráfico.

Tres expertos concuerdan en que reducir la tasa de alcoholemia permitida actual sería una medida positiva, pero insuficiente. Tráfico estudia rebajar a 0,2 g/l en sangre (0,10 mg/l en las pruebas de aire espirado) el límite permitido

14 Sep 2024. Actualizado a las 11:46 h.

Desde que entran las primeras gotas de alcohol en el organismo, ya puede ser detectado en sangre a los cinco minutos. Los máximos se alcanzan entre los 30 y los 90 minutos siguientes. Es ahí cuando se suelen percibir más sus efectos, mientras que empieza la carrera de fondo de nuestro cuerpo para intentar eliminarlo. A día de hoy en España, está permitido conducir con una tasa de alcoholemia que no llegue a los 0,5 gramos en sangre. Equiparándolo a la prueba de aire espirado, la que se lleva a cabo en los controles de tráfico, equivale a 0,25 miligramos. La intención de Interior es rebajar esa cifra a 0,10 (0,20 gramos en sangre).

«No solo me parece bien la medida, sino que debería de ser 0,0», avanza Ignacio Novo, secretario y portavoz del Grupo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y médico internista en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). Recalca que «en muchos países del mundo la tolerancia con el alcohol al volante es cero y toda cifra superior está penalizada». Además, amplía: «Si la DGT hace tantas campañas alertando del riesgo que supone el alcohol al volante, se debería actuar en consecuencia y poner el límite en cero».

Hugo López, vicepresidente de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías (Socidrogalcohol), concuerda: «Al igual que no se puede conducir bajo el efecto de otras drogas, tampoco se debería permitir con el alcohol. Se ha tenido una permisividad en los últimos años, pero este descenso que se propone es casi como equipararlo al cero». Compara la medida con las que se llevaron a cabo con el tabaco: «Ahora nos parece imposible que alguien fume dentro de un restaurante. En unos años, también nos parecerá extraño que alguien beba y coja el coche, porque no hay consumo seguro de alcohol».

Cuando el etanol entra en nuestro cuerpo, la primera parada es el aparato digestivo. «Se absorbe en el estómago, donde se da el primer paso de metabolismo del alcohol gracias una enzima, la deshidrogenasa, que está ausente en el estómago de las mujeres. Por eso, en ellas, el cien por cien del alcohol pasa a metabolizarse en el hígado; mientras que en el caso de los hombres, como esta enzima sí está presente en el estómago, este se encarga del 20 % y el hígado, del 80 % restante», explica Marta Casado, hepatóloga y presidenta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

¿Cómo es posible entonces, que se detecte en una prueba de aire espirado? Se preguntarán. «Además del estómago y el hígado, otros órganos también pueden secretar un poco, como los pulmones o los riñones; de ahí que el alcohol se pueda detectar en aire espirado y orina», indica Novo.

Efectos del alcohol al volante

Con unos niveles muy bajos de etanol en sangre ya se altera nuestro organismo; sobre todo, a nivel neurológico. «Se da esa sensación de euforia, de mínima pérdida de control o de cierta relajación. No estás alerta al cien por cien», indica el médico internista. Puede afectar a los reflejos y, a la hora de realizar una maniobra de emergencia, que se actúe con más retraso. «Entiendo a mucha gente que dirá que con una cerveza o una copa de vino no se siente embriagado ni nota apenas algún efecto, claro», reflexiona el doctor. «Pero no deja de ser un tóxico que afecta al cerebro. Va a cambiar nuestra forma de actuar en el ejercicio de una actividad que requiere concentración». Aquellos que conducen a diario tienen el proceso interiorizado, «si bien esa mecanización de tareas solo es posible cuando el cerebro está dedicado al completo a eso. Si hay algún distractor como una mínima cantidad de alcohol, no va a estar al cien por cien en ningún caso», subraya Novo.

Beber agua, trotar un rato o incluso masticar chicle, prácticas de algunos conductores que cogen el coche después de beber, no van a provocar que lo eliminemos más rápido. «Nada tiene evidencia. El proceso de metabolización dura un tiempo y hay que pasar por eso sí o sí», dice Casado. «Lo más seguro es no beber. Tanto para el propio conductor, como para el resto, porque esta medida puede evitar muchos accidentes», añade.

Una caña sería un claro positivo en las mujeres, e incluso podría darse en hombres

La nueva medida que estudia el Gobierno implicaría positivos en alcoholemia solo con la ingesta de una cerveza. Esta conlleva a una tasa de alcohol en sangre que oscila entre el 0,21 al 0,28 g/l en el caso de los varones, y de 0,34 a 0,48 g/l en las mujeres. Teniendo en cuenta que el límite se establecería en 0,2 g/l, la sanción con este nuevo límite se puede dar «incluso con ingestas inferiores a una cerveza», asegura López. «Con una copa de vino o una caña, una mujer, daría positivo claro. Un varón, aunque depende del tamaño, de su metabolismo y otros factores individuales, se quedaría muy cerca».

Tasa de alcoholemia en sangre y tiempo que tarda el organismo en eliminar una sola consumición de las bebidas alcohólicas más frecuentes. Fuente: Ministerio de SanidadCinthya Martínez - La Voz de la Salud

Además, depende de en qué momento se realiza el control de alcoholemia, cuánto tiempo ha pasado. «Con la dificultad de que la absorción y la eliminación depende de cada persona, en cada momento. Para complicarlo un poco más, nuestro hígado al final se satura de eliminar el alcohol. Por lo que, si tomas tres cervezas, la eliminación va a ser mucho más lenta», explica López.

El experto proporciona un ejemplo: «Imaginemos que nos tomamos una cerveza. A los cinco minutos ya tienes alcohol positivo en sangre, aunque sea en cantidades muy pequeñas». El pico máximo llega entre los 30 y los 90 minutos, por lo que recurre a un punto intermedio para seguir con la explicación: «Si llegas al pico a la hora, necesitas otra hora y media para eliminarla totalmente. Nos da una franja de dos horas y media desde que has ingerido la primera cerveza o la copa de vino hasta que tu cuerpo la elimina». Si es en ese momento cuando se realiza el control, puede que no se llegue al 0,0, pero no sería sancionable. En caso contrario, la cerveza saldría bastante cara.


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