Mañana, con La Voz, el AnuarioUna persona
Lemos
La publicación resume gráficamente los hitos del 2011 y se venderá, junto con el periódico, por 1,95 euros
21 Jan 2012. Actualizado a las 06:00 h.
PMás de 300 fotografías a todo color y de grandes dimensiones, aglutinadas en 160 páginas, e impresas en papel de calidad, por solo 1,95 euros. Esto es lo que conseguirán los lectores de La Voz, mañana, al adquirir el Anuario del 2011 junto con el periódico del día.
Son decenas de instantáneas de acontecimientos acaecidos el pasado año, una etapa en la que la crisis provocó profundos cambios sociales, políticos y económicos. Occidente acabó atrapado en un remolino que afectó gravemente a las economías de países antaño tan pudientes como Grecia, Irlanda, Italia o España. La situación puso en peligro incluso la existencia misma de la UE. Muchos de estos estados perdieron su libertad económica y política.
Temblores
Fue un año de fuertes corrientes sociales. Nacieron movimientos como el 15-M y Occupy Wall Street y en el Magreb se registró una ola de rebeldía contra el poder que comenzó con la muerte de un humilde vendedor callejero.
El PP volvió al poder, primero en los ayuntamientos y después en la Moncloa. ETA se retiró de la lucha armada y El Hierro, primero tembló, y después escupió magma.
Las tensiones, las caídas de Gobiernos, las pérdidas económicas y el incremento del paro no acabaron al finalizar el año, se mantienen en el 2012, y su duración será larga y tortuosa. Sin embargo, esto y otros grandes hitos serán parte de un nuevo Anuario de La Voz.
or razones imaginables, siempre que coincidía en un acto con Manuel Fraga evitaba saludarle: no tenía ganas de hacerlo y él no lo echaría en falta, así que no le ofendía. Hasta que, ya en vísperas de las elecciones que ganó y perdió, me vi obligado a compartir un almuerzo de pocas personas con él. Tomó la palabra desde el primer momento y, cuando parecía que iba a cederla, un conselleiro de su séquito dijo: «Presidente, cuénteles lo de Lázaro». Le gustó la propuesta. Se irguió un poco y arrancó un nuevo monólogo: «Lázaro es el único hombre que murió dos veces?». Entonces se me escapó un «No, presidente», que sonó como un tiro y dejó la mesa en silencio.
Pasaron unos segundos y Fraga giró levemente la cabeza para enfocarme con aquellos ojos achicados por la edad. «Explíquese», dijo. Puse cara y voz de aburrido y aclaré que también el hijo de la viuda de Naím, la hija de Jairo y otros habían muerto dos veces. Nuevo silencio. Dejó de mirarme y se repuso aclarando que Lázaro era adulto y, por tanto, el caso resultaba diferente. Unos veinte minutos después, el anfitrión dijo: «Paco, no has hablado nada». Fraga comentó en tono irónico: «Déjelo, ya ha hecho una exhibición de erudición bíblica». Meses más tarde coincidimos en unos premios. Como siempre, fue el primero en marcharse. Pero esta vez salió solo, cojeando entre las mesas. Me levanté y le acompañé hasta el coche, porque era una persona mayor y porque había sido presidente de Galicia.
Me parecen inhumanas ciertas manifestaciones de contento o desprecio en la hora de su muerte.
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