Los tres meses sin fumar del centenario Ramiro

1El club de centenarios de Sober tiene un nuevo integrante. Ramiro Rodríguez Expósito cumplió ayer 100 años, en su casa de Rosende y rodeado de sus familiares y amigos. Nacido en Fión (O Saviñao) en 1914, Ramiro se estableció en Sober con su esposa Victoria Pérez López. Ella ayudaba ayer a colocar en las tartas las velas con las que su marido estrenó el siglo de existencia. Tiene 96 años y conserva una salud envidiable para su edad, igual que Ramiro. Eso sí, los achaques normales a una edad tan avanzada ya no le dejan cumplir con el rito diario de la partida de cartas en el bar de Rosende, que hasta hace unos pocos años no perdonaba ni un solo día. Ramiro lleva además tres meses sin fumar, pero no por razones de salud. «Xa non me sabía o tabaco», cuenta. Ramiro. A lo que no ha renunciado es a su afición a la radio. Lo oye todo, pero le gustan especialmente los programas deportivos de los domingos, sobre todo si resulta que gana el Real Madrid, su equipo de siempre. Su receta de la longevidad no tiene grandes secretos. Si acaso, el del descanso. Ramiro se acuesta cada día puntualmente a las siete y media de la tarde y se levanta a las once de la mañana. Ayer celebró su cumpleaños por todo lo alto. La del alcalde, Luis Fernández Guitián, fue una de las visitas que recibió. A Guitián le gusta presumir de la abundancia de centenarios que hay en Sober, un municipio en el que en estos momentos y contando a Ramiro Rodríguez, son siete los vecinos con más de un siglo de existencia a sus espaldas. Los otros siete están en Gundivós, Doade, Refoxo, Vilaescura. El más veterano de todos ellos cumplirá 104 años en la parroquia de Gundivós el próximo mes de enero.

Castañas en Escairón...

2Mientras Ramiro festejaba su centenario, en muchos lugares se celebraron los típicos magostos. Uno de ellos fue Escairón, donde ayer tarde se asaron y se comieron castañas bajo la carpa de la plaza del Concello, en medio de un animado ambiente.

... y en Monforte

3Otro lugar fue el instituto A Pinguela de Monforte. Siguiendo la tradición, los alumnos y profesores del centros disfrutaron de una jornada en la que no faltaron las castañas asadas, la música tradicional y diversos juegos.