La Voz de Galicia

El ADN deshará el entuerto de la fosa del cementerio de Teilán

Lemos

carlos cortés monforte / la voz las víctimas del franquismo

El cuerpo recuperado en el 2012 en Bóveda puede no ser el del guerrillero Bernardo Álvarez. Habrá que hacer otra exhumación para comprobarlo

06 Apr 2015. Actualizado a las 21:00 h.

Voluntarios de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Historia abrieron hace tres años una fosa común en el cementerio de Teilán para exhumar el cuerpo de Bernardo Álvarez Trabajo y entregárselo a sus familiares. Querían esparcir sus cenizas en el Bierzo, su comarca natal, de donde huyó tras la guerra civil para pasar a la clandestinidad dentro de las guerrillas antifranquistas que operaron en Galicia en los años cuarenta. Conocido por el sobrenombre de Gasta, Bernardo Álvarez fue asesinado en 1949 en un monte de Bóveda por un guardia civil que se había infiltrado en el maquis.

Otros dos guerrilleros murieron a tiros en aquella misma operación. Eran Manuel Fernández Soto, «coronel Benito», y Elías López Armesto, «Pájaro». Este último pudo escapar malherido de la emboscada, pero murió en el monte poco después. Su cuerpo fue encontrado un mes más tarde por un pastor.

El coronel Benito murió al instante, igual que Gasta. Los dos fueron enterrados en una misma fosa común excavada en el cementerio de Teilán, la parroquia en la que se encontraban cuando cayeron en aquella encerrona mortal. La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica se puso a buscarlos cuando los descendientes de Manuel Fernández Trabajo se pusieron en contacto con ellos para pedirles ayuda para encontrarlo.

A seis metros del muro

Consultaron la documentación judicial disponible sobre aquel caso y localizaron el enterramiento con relativa facilidad. «La descripción del lugar en el que se encontraba la fosa -recuerda Marco González, vicepresidente de la asociación- era bastante precisa». Encontraron los dos cuerpos a seis metros del muro este y muy cerca de la puerta norte, tal como decía el acta de enterramiento de la época.

Una vez encontrados los cuerpos, fue preciso determinar cuál era el de cada uno. El acta de enterramiento también describía en qué lugar había sido colocado cada uno. Pero en la asociación se han dado cuenta de que había un error. El cuerpo que sacaron de Teilán en septiembre del 2012 puede no ser el de Gasta. Las heridas que presenta no son exactamente las que describe el informe forense de 1949. Así que hay un error, o en la autopsia o en el documento de enterramiento. La única manera de estar seguros es hacer análisis genéticos. Las muestras del cuerpo desenterrado hace tres años ya las tienen, pero necesitan también otras del cadáver del que hasta ahora pensaban que era el del coronel Benito. Este cuerpo no fue exhumado en el 2012 porque al contrario que Gasta Manuel Fernández Soto no tiene descendientes directos y los familiares que fueron localizados en Mugardos no mostraron interés por sacar el cuerpo de Teilán.

La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica dispone ya de permiso del Obispado de Lugo, el propietario del terreno, para volver a abrir la fosa. Pero todavía no saben cuándo lo harán. «Solo falta que formemos el equipo y que terminemos otros trabajos que tenemos pendientes», explica Marco González. Como el cuerpo está localizado, no les llevará mucho tiempo. Lo que sí puede tardar es el resultado de la investigación genética. Los restos de ambos cuerpos y las muestras genéticas cedidas por familiares de Gasta serán enviados a Argentina. El equipo de antropología forense de aquel país que colabora desde hace años con esta asociación será el que coteje los datos y busque las equivalencias de ADN.

En el camino por el que escapó

Solo entonces, Santiago, el único hijo que tenía Bernardo Álvarez, podrá esparcir las cenizas de su padre en el camino por el que escapó en 1948 cuando la Guardia Civil fue a buscarlo a su casa de Bembibre. La última vez que lo vieron con vida.

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Los familiares del tercer asesinado habían reclamado sus restos en el 2012

Elías López Armesto, «Pájaro», era el único de los integrantes del grupo del coronel Benito que fueron asesinados aquel 22 de junio de 1949 que era natural del municipio de Bóveda. Hermano del último alcalde republicano de Paradela, el cuerpo de Pájaro no fue enterrado en la misma fosa que sus dos compañeros, porque su cuerpo fue encontrado en el monte varias semanas después de la emboscada.

Su cuerpo estaba enterrado por detrás de la cabecera de la iglesia y también fue localizado en las excavaciones del 2012. Sus familiares reclamaron entonces el cuerpo para sacarlo de la fosa y enterrarlo en una sepultura.

El antecedente de las identidades erróneas de los tres enterrados en Triacastela

El de Teilán no es el primer caso de identificación errónea al que se ha tenido que enfrentar la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. Ocurrió en el 2010 con los cuerpos de tres maquis encontrados en el cementerio de Vilavella, en el municipio de Triacastela. Cuando abrieron la fosa, en la asociación esperaban encontrar a Pedro y Salvador Voces Cañóniga y a Ovidio Peláez Rodríguez. Esos eran los nombres que aparecían en los documentos judiciales que dejan constancia de su enterramiento en una fosa de ese camposanto en 1943, tras ser abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad franquistas.

Sin embargo, resultó que Salvador Voces y Ovidio Peláez había muerto realmente unos años después de aquello. Los investigadores de la asociación llegaron a la conclusión de que los dos cuerpos atribuidos en 1943 a ellos correspondían en realidad a Antonio Veiga Guerreiro y Félix Yáñez González, procedentes de las localidades bercianas de Villabuena, San Juan de la Mata y Campelo, respectivamente.

Teilán y Vilavella son dos de los cuatro enterramientos de víctimas del franquismo exhumados hasta ahora en la mitad sur de la provincia de Lugo por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. Las otras dos aperturas de tumbas se llevaron a cabo en Cereixido (Quiroga) en el 2008 y en Cortapezas (Portomarín) en el 2005.


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