Pablo Pérez, un central con futuro

El futbolista soberino del Pabellón, Pablo Pérez Freire, cumplió uno de sus sueños: competir con la selección gallega. Y lo hizo con el combinado sub-14. Tres partidos de preparación y un entrenamiento fueron suficientes para que los seleccionadores gallegos lo convocaran para disputar la primera fase del campeonato de España.

Estuvo en Asturias con el combinado autonómico, y tuvo su protagonismo. «Fue lo máximo que me pudo pasar. Una experiencia inolvidable, que espero repetir en la fase final», señala Pablo Pérez.

Galicia dio la talla en tierras asturianas. Es verdad que perdió con los anfitriones, pero superó a Melilla, lo que hizo que se clasificara para la siguiente fase como uno de los segundos mejores equipos. Al futbolista, natural de Vilaescura, no le pesó la presión. «Cuánto más sea el nivel de exigencia más me motivo y me divierto», añade Pérez.

A los seis años comenzo su andadura en el fútbol este prometedor central. Tras pelotear con sus amigos y en ocasiones solos por Vilaescura y jugar pachangas en Monforte, la joven promesa le pidió a su madre que lo inscribiera en el Calasancio. Lo hizo y se incorporó al club estudiantil, en el que se forjó como futbolista. «Fueron seis temporadas bonitas e inolvidables», dice.

Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para los clubes ourensanos, que le echaron en el ojo. Y fue hace dos años cuando el Pabellón llamó a su puerta. Pablo no se lo pensó, y más después de que se confirmara que el Calasancio estaba abocado a competir en la liga provincial. «Tomé la decisión correcta, porque jugar en el Pabellón era hacerlo en categoría superior, con lo que ello suponía para mi progresión», asegura.

Y sí, estas dos temporadas han supuesto su auténtico bautismo de fuego. «He crecido mucho como futbolista y madurado como persona. Estoy en una categoría competitiva y de alto nivel de exigencia. De verdad, estoy aprendiendo mucho», apunta.

Futbolista con talento

Pablo Pérez es un central con talento y con una gran proyección. Destaca por su salida de balón, por ser expeditivo y por su liderazgo. Además también se puede prodigar como mediocentro, pero reconoce que está más cómodo en el centro de la defensa.

Este fin de semana puede cumplir otro sueño: ascender con el Pabellón a la División de Honor. Conseguirá el objetivo si la escuadra ourensana doblega al Portero 2.000. «Queremos ascender, y el sábado lo daremos todo por conseguir dar el salto de categoría, y más porque es ante nuestra afición», puntualiza.

Eso sí, aunque su equipo ascienda, el futbolista soberino no podrá disfrutar de la División de Honor, ya que la próxima campaña ya subirá a la categoría cadete. El fútbol es la auténtica pasión de un Pablo que tiene como ídolo al exbarcelonista Carles Puyol. «Es mi auténtico espejo. Me gustaba mucho», dice.

El soberino tiene más sueños y objetivos. «Me gustaría ser profesional del fútbol, jugar en Primera División y ser internacional con España. Son sueños, pero hay que tener ilusión por trabajar para llegar», concluye.

En el Pabellón comparte vestuario con los también monfortinos Álex y Gael.