Malestar entre los ganaderos por la huelga: «Non podemos pagar o penso, só faltaba ter que tirar o leite»
Monforte de Lemos
La capacidad de almacenaje de las empresas está al límite y la recogida va camino de paralizarse en las granjas
18 Mar 2022. Actualizado a las 15:25 h.
Un día sí y otro no. La recogida de leche en las explotaciones del sur lucense funciona en muchos casos de forma intermitente como consecuencia de la huelga del transporte. Lactalis interrumpió su actividad el jueves y sus camiones volvieron a visitar este viernes las granjas que suministran a esta firma. El grupo lucense Leche Río, por su parte, tenía previsto tomar hoy una decisión sobre si mantiene o no la recogida. En cuanto al suministro de piensos y forrajes para el ganado, fuentes del sector indicaron que se mantiene con algunos «sobresaltos» a mayores del problema que plantean unos precios «por las nubes».
La presencia de las fuerzas de seguridad en carreteras y polígonos industriales de la zona se intensificó a lo largo de la jornada de hoy. A primera hora de la mañana, la Guardia Civil escoltaba a la altura de Monforte un convoy de seis camiones por la N-120 que habían salido de Ourense. En el sector lácteo, señalan las organizaciones agrarias, los ánimos están muy caldeados por las posibles consecuencias de la huelga. «Cando hai danos transversais, e non impera o sentido común, as cousas poden irse das mans», dice Mariano López Nieves, de Unións Agrarias.
Pese a los problemas de distribución, las dos empresas lácteas que operan en el polígono de Monforte mantienen la recogida. El problema es que, si se satura la capacidad de almacenamiento, no tendrán más remedio que interrumpirla. Y en las explotaciones ganaderas tampoco hay capacidad para guardar la materia prima. «A situación é tremenda e hai moito cabreo. ¿Que imos facer se isto segue, tirar o leite? A xente está que morde», dice Alicia Toirán, ganadera y presidenta de la asociación de regantes del Val de Lemos.
Al sector agrario, según denuncia, le están cayendo palos por todos lados sin que se vislumbre ninguna solución. «O gasóleo tamén subiu para nós e pagamos máis do dobre de luz, pero o leite seguen a pagalo igual de mal. Isto non é cousa da guerra. Poderá agravarse con ela pero vén de moi atrás. Non podemos pagar o penso nin mineral para abonar, só faltaba agora ter que tirar o leite», se queja Alicia Toirán.
La leche fue el primer producto en desaparecer prácticamente de los estantes de los lineales. Algunas marcas se agotaron y la oferta de las que todavía están disponibles es muy reducida. Las pescaderías, por otro lado, están cerradas desde ayer como consecuencia del bloqueo de las lonjas en los puertos. Las secuelas de la huelga del transporte se perciben en las carreteras y los establecimientos de alimentación, pero también en obras como la urbanización que se desarrolla en el barrio monfortino de Cobas. La actividad es testimonial desde el lunes por el temor a mover los camiones.