Treinta metros marcha atrás por una pista en ladera para salir de las viñas en Taboada

Circular treinta metros marcha atrás en una pista no es plato de gusto con los desniveles que se dan en las zonas de viñedo de la Ribeira Sacra. Y menos aún si resulta, como es el caso, que hasta el pasado mes de febrero no era necesario realizar esa maniobra para salir del lugar en cuestión. El problema se da en la parte más baja de la ribera de Sobrecedo, que se levanta sobre el Miño a su paso por el municipio de Taboada en una zona perteneciente al mapa de la denominación de origen.

Hasta comienzos de este año los viticultores podían salir de frente en sus vehículos gracias a la existencia de un «rouso», como llaman en las zonas de ribera a los lugares en los que se puede realizar un cambio de sentido. Pero ese espacio a monte fue aprovechado para plantar nuevas cepas. Como contrapartida, se cedió terreno para ensanchar la pista y facilitar así la maniobra en el tramo en el que hay que circular marcha atrás antes de poder girar. El problema surge porque había un compromiso municipal para pavimentar ese ensanche con hormigón antes de esta vendimia que no se ha llevado a la práctica todavía.

Todo se podría resolver con unos pocos metros de cemento y en el pasado mes de agoto ya se hicieron mediciones para realizar el hormigonado del piso en el añadido a la pista en uno de sus laterales. Pero las obras siguen sin empezar y la vendimia se echa encima en esta ribera del municipio de Taboada. Al mal año en los precios de la uva que se ofrecen a los viticultores que tienen la suerte de tener clientes se suma según denuncian los cosecheros de la zona la escasa seriedad de las administraciones en el cumplimiento de sus compromisos. «Así mal se pode apostar pola ribeira en Taboada», dice uno de estos viticultores.

La zona del Miño no es tan precoz en cuanto a maduración como la del Sil y en Sobrecedo lo normal es esperar a la segunda quincena de septiembre para iniciar la recolección de la uva. Este fin de semana habrá mucha actividad en la ribera y los titulares de las viñas situadas en la parte más próxima al río confiaban en que el problema de la pista estuviese resuelto con bastante antelación.