El subteniente Baquero acumula 6 acusaciones, entre ellas cohecho
Lugo
Protegía a proxenetas y dejó de detener a Adán, según los investigdores
24 Apr 2011. Actualizado a las 06:00 h.
Hasta seis delitos diferentes imputa la magistrada Pilar de Lara Cifuentes al subteniente de la Guardia Civil Julio Baquero en relación con su presunta participación en la trama de los burdeles. Este agente, detenido en su momento y puesto en libertad con diversas obligaciones, era el jefe del equipo de personas de la unidad orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Lugo y, a la vez, jefe del cabo primero, Armando Lorenzo, imputado también en la operación Carioca.
A Baquero le imputan cooperación en el ejercicio de la prostitución, contra los derechos de los extranjeros y de los trabajadores, cohecho, omisión del deber de perseguir delitos, descubrimientos y revelación de secretos y contra la administración de Justicia. El guardia, en su declaración, supuestamente negó las imputaciones.
Los numerosos testimonios obtenidos por la jueza y las múltiples conversaciones telefónicas revelan que este agente, supuestamente, no solo conocía lo que ocurría en los establecimientos de prostitución sino que participaría en la trama y permitiría que lo hiciera, a su vez, su subordinado Armando Lorenzo quien, por cierto, en los establecimientos se haría pasar en numerosas ocasiones por el jefe (así lo atestiguaron muchas mujeres) y Baquero quedaba como su segundo.
De la investigación llevada a cabo se desprende que Baquero intervino en una actuación presuntamente irregular que llamó la atención a varios guardias civiles que tuvieron conocimiento de la misma. Al parecer, intervino con Armando Lorenzo en el club La Colina, de Robra, para detener al encargado del club y al portero, pero no así al dueño, José Manuel García Adán. Algunos agentes se quedaron boquiabiertos ante este hecho.
En noviembre de 2008, una empleada del citado burdel denunció ante la Guardia Civil de Rábade agresiones, lesiones y amenazas, por parte de los responsables del establecimiento. Fueron guardias de Rábade quienes realizaron las primeras diligencias; sin embargo, pronto se incorporaron los imputados para asumir la investigación.Incluso pidieron a sus compañeros que no tomaran declaraciones a las mujeres, que ya lo harían ellos.
Los investigadores consideran que el subteniente y el cabo primero actuaron, presuntamente, en connivencia con Adán, dueño del club, y que influirían en el testimonio de algunas mujeres para que el asunto no trascendiese.
No sabían que era el dueño
Las referencias que apuntan a que el dueño del club La Colina, García Adán, tendría que haber sido detenido por la gravedad de lo denunciado por su empleada son múltiples. No detuvieron a este presunto proxeneta con la disculpa de que no podían acreditar documentalmente que fuese el propietario del negocio, a pesar de lo indicado por la víctima y otras personas. Los dos guardias de la Policía Judicial buscaron como responsable de lo ocurrido a José Manuel Pulleiro, encargado, y también al portero.
Los investigadores obtuvieron otras referencias, cuando menos curiosas. Una de las mujeres que debía ser interrogada como testigo les dijo que a ella el guardia Baquero no le hizo preguntas y que, simplemente, la dejó hablar.
Otra intervención presuntamente irregular de Baquero fue en el Liverpool el 10 de julio de 2009, en la que acabó siendo detenido José Eladio Rodríguez Hervella, dueño del establecimiento, en relación con la estancia en el local de una menor.
Los investigadores captaron comunicaciones entre el cabo primero y su jefe Baquero en las que se constataría la implicación de este en la protección a los presuntos proxenetas. A su vez, acusan a Baquero porque, presuntamente, informó anticipadamente a José Eladio de la acción montada en relación a la menor que tenía en su club.
En su momento, Armando Lorenzo supuestamente justificó la falta de actuación en que la menor habría falsificado el pasaporte escribiendo con bolígrafo.