García Adán tenía mucha prisa por asfaltar algunas zonas del solar de su burdel
Lugo
24 Jul 2011. Actualizado a las 06:00 h.
El mismo testigo que contó la historia de la caravana, también explicó a los investigadores que mujeres del establecimiento le revelaron que el dueño, José Manuel García Adán, tenía mucha prisa por hormigonar o asfaltar algunas partes del solar del establecimiento. Por el mismo pululaban ovejas y otros animales y el propietario del burdel había dado orden de que se enterrara en el mismo toda la basura que se generara en el establecimiento a diario. El camión del servicio de recogida de basuras no tenía que parar en este negocio. No había contenedores. Aparentemente no se generaba basura.
El interés por el hormigonado podría confirmar, según el testigo, las teorías de algunas empleadas que apuntaban a que podrían haber sido enterrados fetos o niños recién nacidos. En el local parece que fueron practicados múltiples abortos. Incluso se sitúan estos enterramientos en el lugar donde estaban las bombonas de butano de la cocina. Adán, contó el testigo, no dejaba ni al propio butanero colocar dichos recipientes. A ese lugar, les contó el testigo a los investigadores, nadie podía acceder, a excepción de un hombre de confianza de Adán que era el que se encargaba de llevar la ropa sucia a la lavandería en una furgoneta.
El local del Queens, además, de las zonas destinadas a copeteo y las habitaciones para encuentros sexuales, había otros apartados que los clientes no conocían. Adán llegó a montar un gallinero y se planteó construir una piscina. Al parecer hizo el hueco, pero la obra no llevó a acabarse debido a un incidente ocurrido en otro local.