El puente romano ya se estrena como un atractivo turístico

La promoción de las rutas romanas tomó especial relevancia en Lugo desde hace aproximadamente un mes. Cada lunes las visitas guiadas comienzan en la Plaza Armañá y terminan en las termas del balneario, pasando por el puente romano de Lugo.

Al lado del gran miliario de bronce las dos guías que muestran todo el trayecto comienzan a traer reminiscencias romanas de la ciudad a aquellos que acuden desde distintos lugares de la provincia o incluso de otras partes de España.

El arquitecto romano Vitrubio fue el encargado de establecer el perímetro del llamado Lucus Augusti entre los ríos Miño y Rato. La ciudad estaba muy bien comunicada por los caminos reales y las calzadas estaban perfectamente conectadas. Lugo fue desde la antigüedad un epicentro viario de los más importantes del noroeste, del que partían varias rutas. Una de las principales es la vía XIX, por la que se camina a lo largo de esta visita guiada y que unía Lugo con Braga y Astorga a través de un recorrido de unos 450 kilómetros. Siguiendo el trazado del «decumano máximo», que atravesaba la ciudad de este a oeste, se llega a la Porta Miñá, una de las cinco puertas que existían para entrar en el interior de la muralla y la que mejor conserva su nombre, muy cerca del río Miño. Por aquel entonces la calle que daba a dicha puerta contenía multitud de comercios y actividad artesanal, pero con el paso del tiempo acabó convirtiéndose en una simple entrada para acceder al interior.

La ruta continúa por un trayecto que se mantuvo a lo largo de la historia fosilizado en un viejo camino llamado Rego dos Hortos, que une el actual bullicio de la ciudad con una zona muy rural conservada a pocos metros de distancia. Al final de este camino las guías explican frente al puente romano su reciente proceso de peatonalización y las reticencias de los vecinos que viven al otro lado del puente, que se mantuvo en servicio a lo largo de la historia sirviendo de paso a distintas rutas medievales como las del camino primitivo de Santiago o dando continuidad a los distintos caminos reales tanto para Ourense como para Santiago.

A escasos metros del puente se encuentran las antiguas termas romanas, en la planta baja del actual balneario. En este lugar se conservan tres salas donde los romanos encontraban un lugar de ocio y también de curación. Y así, saliendo la palestra, finaliza esta interesante ruta por la vía romana de Lugo.

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