Leer a García Márquez o ver películas de Chaplin seguirá siendo gratis en la Nodal

Pillar prestados libros de Gabriel García Márquez o películas de Charles Chaplin seguirá siendo un placer gratuito para los más de 28.000 socios que tiene en la actualidad la Biblioteca Nodal de Lugo. El pasado verano entró en vigor un decreto estatal que establece que las bibliotecas tendrán que abonar un canon de autor por cada obra prestada, y aunque la norma genera un fuerte debate, en el caso de la Nodal, que es de ámbito provincial, la tranquilidad para los usuarios está «garantizada», ya que el Ministerio de Cultura abona el pago que le corresponde por tratarse de un centro de titularidad estatal. «Al usuario no se le va a cobrar ni un céntimo, el canon no le va a repercutir en nada. Va a continuar todo como hasta ahora», indican fuentes vinculadas al centro.

Otra historia son las bibliotecas públicas de titularidad municipal, que en la provincia de Lugo superan la cuarentena, y que desde principios de enero están recibiendo cartas remitidas por entidades privadas que gestionan derechos de propiedad intelectual de autores de textos, musicales, imágenes y audiovisuales, como la SGAE, DAMA o Cendro, en las que les reclaman el pago por el préstamo de obras desde el 2009. «Nese caso correspóndelles aos respectivos concellos a remuneración por préstamo», aclaran desde la Consellería de Cultura e Educación.

55 concellos de Lugo excluidos

Con todo, desde el departamento autonómico señalan que de las 318 bibliotecas o agencias de lectura integradas en la Rede de Bibliotecas Públicas de Galicia, en torno a 158 estarían exentas del canon por prestar servicio en concellos de menos de 5.000 habitantes. En la provincia de Lugo quedan excluidos por ese motivo 55 ayuntamientos. Sí tendrán que decidir cómo abonar el canon, y si lo repercuten económicamente o no en sus usuarios, 12 municipios: Lugo, Chantada, Outeiro de Rei, Burela, Foz, Viveiro, Ribadeo, Sarria, Castro de Rei, Guitiriz, Vilalba y Monforte de Lemos.

crónica la nueva regulación del préstamo bibliotecario crea polémica