El violador del estilete bajo la lupa del equipo de tratamiento
Lugo
Félix Vidal permanece en el módulo de Ingresos de la cárcel asturiana tras reincidir de nuevo en la presunta comisión de una agresión sexual
28 Jan 2018. Actualizado a las 21:36 h.
Félix Vidal ha vuelto a reincidir y su regreso a la cárcel asturiana no ha sorprendido a los funcionarios. «No ha tardado mucho en volver», señalan tras confirmar que las probabilidades de un regreso al centro penitenciario eran elevadas. El preso conocido como «el violador del estilete», por el arma blanca que utilizaba para amedrentar a las víctimas, permanece en el módulo de Ingresos a la espera de pasar el protocolo habitual de ser examinado por el equipo de tratamiento, integrado, entre otros profesionales, por médicos, trabajadores sociales y educadores.
Una difícil reinserción
Su reincorporación a la cárcel se produjo esta misma semana, tras haber sido identificado por una mujer como la persona que el pasado 22 de diciembre le había agredido sexualmente en Oviedo. A través de un comunicado oficial, la Jefatura Superior de Policía confirmó este extremo. Su portavoz oficial explicó que la detención de Félix Vidal corrió a cargo del Grupo UFAM de la Brigada Provincial de Policía Judicial, tras las investigaciones que derivaron en su reconocimiento como el presunto autor de la agresión.
Su posible reinserción en la vida civil ya había sido cuestionada por la alta incidencia de recaídas de este tipo de internos. Pese a que su condena por más de medio centenar de violaciones superaba los 70 años de cárcel, no veían visos de recuperación total en su conducta. «De poco le han servido los 32 años que ha pasado encerrado en cárceles del país. Este tipo de presos no se recuperan del todo, como se ha podido comprobar en esta ocasión», advierten fuentes penitenciarias.
El rechazo social
La salida anticipada de prisión, en el año 2013, al ser beneficiado por la anulación de la «doctrina Parot» no le ha servido para encarrilar de nuevo su vida alejado del mundo delictivo, según sostienen las mismas fuentes. «Es habitual que presos que fuera de la cárcel cometen delitos muy graves, dentro de la prisión se comporten bien y puedan llegar a pasar incluso desapercibidos», indican.
No obstante, su presencia en la calle ha provocado reacciones de rechazo entre los vecinos de las localidades donde ha sido visto en los últimos años. Inicialmente tuvo que abandonar el barrio ovetense de Teatinos, donde fijó en principio su residencia, y ese mismo rechazo volvió a reactivarse cuando se trasladó a Moreda.