La Voz de Galicia

Historia de una calle que primero fue huerta, luego acogió un teatro de variedades y más tarde un frontón inaugurado por pelotaris madrileños

Lugo

Lorena García Calvo Lugo / La Voz
En Quiroga Balleseros hubo un teatro y un frontón en el siglo XIX

Quiroga Ballesteros fue un punto cultural de referencia durante el siglo XIX

21 Oct 2020. Actualizado a las 05:00 h.

La historia de la ciudad de Lugo es apasionante, y la de la calle Quiroga Ballesteros y su entorno no lo es menos. En su subsuelo todavía se pueden hallar muestras del paso de los romanos por el lugar. Con el devenir de los siglos, la zona se convirtió en un huerto del que se abastecían los conventos de Santo Domingo y San Francisco, y hay quien apunta, como el arqueólogo Francisco Hervés, que en el subsuelo todavía podrían encontrarse pequeños restos humanos de una necrópolis que hubo en el lugar.

Pero la historia más reciente de la calle también es digna de recuerdo, y arranca a mediados del siglo XIX. «O primeiro teatro de Lugo estivo no convento de Santa María Nova, no que hoxe é o edificio de Facenda, e púxoo en marcha a Milicia Nacional, uns corpos civís que prestaban servizos á cidadanía. Eles encargáronse de recadar fondos para montar o teatro», narra el historiador Adolfo de Abel Vilela.

Con las desamortizaciones de Mendizábal, San Francisco se quedó vacío y el Concello decidió levantar, en donde hoy se encuentra el mercado, un teatro que sucediese a ese primero impulsado por las Milicias. «Encargáronllo ao mestre de obras do Concello, José Sánchez, que viaxou ata Santiago para ver como era o de alí e coller ideas». El l 4 de octubre de 1845, la víspera de San Froilán, se inauguró ese teatro, que acabaría convirtiéndose también en el lugar donde se impartían las clases de música de la escuela y la banda.

En ese momento Lugo disfrutaba zambulléndose en la cultura. Se representan obras de teatro, zarzuelas y óperas; Xoán Montes creaba su magia musical y el Orfeón deleitaba con sus actuaciones. «Había unha enorme educación e tradición musical que logo se perdeu», lamenta Abel Vilela. 

El debate del teatro

Tras varias décadas de esplendor, el edificio del teatro de Quiroga Ballesteros fue perdiendo lustre, quedándose obsoleto, y el Concello decidió que quizás era el momento de derribar la construcción y erigir uno nuevo, aunque en otro lugar. «Sobre a necesidade ou non de levantar un novo teatro discutiuse moito. Tanto, que o Concello parou e entón o público decidiu facer accións para levantar o que foi o Teatro Circo, que máis tarde sería o Gran Teatro», prosigue el historiador. La operación fue tan veloz, que en enero del año 1896 iniciaron las obras y el 8 de agosto, siete meses más tarde, lo inauguraron. 

La llegada del frontón

¿Pero, qué pasó entonces con el solar del viejo teatro en Quiroga Ballesteros? La respuesta hay que buscarla en el 1896. Ese año se celebró en Lugo el Congreso Eucarístico y la Exposición Regional, dos eventos importantes que necesitaban un lugar en el que representar las celebraciones, de ahí el espaldarazo al teatro. Pero también querían otro espacio que ofreciese otras posibilidades, decidiendo el Concello poner en marcha un frontón de pelota vasca. «Por que un frontón? Pois posiblemente porque naquel momento o deporte da pelota vasca tiña máis aceptación. E polo contexto no que se estaba», teoriza Adolfo de Abel. «No ano 1894 xa se anunciaban xogos de pelota, e no 96, concretamente no mes de setembro, e no contexto das festas polo Congreso Eucarístico e a Exposición Rexional, inaugurouse o frontón, chamado Eder Jai». Y la inauguración fue por todo lo alto. Tanto, que incluso se trajeron a la ciudad pelotaris llegados desde Madrid, donde la especialidad tenía tirón. Bien es cierto que al final, el juego no acabó enganchando a los lucenses y el frontón pasó a mejor vida.

A partir de ahí, la historia de Quiroga Ballesteros ya fue de mano de los mercados, que se fueron sustituyendo y mejorando uno tras otro hasta que en 1979 se hizo la última reforma al actual.


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