La Voz de Galicia

De Italia a Monforte con su novio muerto antes de ser detenido en Cataluña

Lugo

André S. Zapata /  Lugo / La Voz Carlos Cortés Lugo / La Voz
Agentes de los Mossos, en una imagen de archivo.

El hombre viajó desde Italia hasta su concello de origen para visitar a su familia, la cual hacía 30 años que no veía y que no sabía nada del fallecimiento de su pareja

17 Apr 2021. Actualizado a las 19:01 h.

Un hombre de 66 años fue detenido el pasado viernes en una pequeña localidad del Ampurdán, en Cataluña, después de que huyese de un control policial en Francia sin motivo aparente. Tras su detención, los agentes de los Mossos d'Esquadra descubrieron que viajaba con el cadáver de su pareja, que había fallecido hacía dos o tres semanas. Se trata de un emigrante lucense, nacido en Sober, que llevaba desde su adolescencia en Suiza. Según fuentes cercanas al caso, el hombre viajó desde Italia hasta Monforte y Sober, los lugares donde residen varios de sus familiares, para reunirse con ellos después de casi 30 años. Durante ese viaje de miles de kilómetros, trajo en todo momento el cadáver momificado de su pareja en el asiento del copiloto, envuelto en una sábana, sin que nadie supiera nada.

Un viaje de película

Nadie que no sea él sabe por qué, pero el caso es que Raúl Vázquez decidió venir a su Galicia natal cuando vio que su pareja había muerto. Desde el lugar de Italia en el que se encontraban cuando el final de Rolf Taubenberger interrumpió repentinamente a su último viaje juntos, Raúl Vázquez emprendió viaje hacia su Galicia natal. Su destino era Monforte, la localidad en la que viven su hermana y su sobrina, la única familia directa que le queda.

Con el cuerpo de Rolf Taubenberger colocado en el asiento del copiloto y tapado con una manta, Raúl Vázquez recorrió en coche varios miles de kilómetros. Antes de llegar a Monforte tuvo que cruzar primero la frontera entre Italia y Francia y después la de Francia y España. Al parecer, no avisó a nadie de que venía. Fue toda una sorpresa para sus familiares.

Nacido hace 66 años en Canaval, una parroquia de Sober, Raúl Vázquez se marchó joven a Suiza, el destino más común para los emigrantes de Sober en aquella época. Poco a poco fue perdiendo contacto con los suyos. Los que lo conocían ni siquiera tienen claro en qué ocupación se ganó la vida en Suiza. La última vez que lo vieron fue en 1992, cuando vino para asistir al entierro de su madre. Habían pasado 29 años cuando, hace unas semanas, lo volvieron a ver, sin ningún aviso previo de que venía. En Monforte no estuvo más que cinco días y en ese tiempo nadie se enteró de su secreto. Su marido había muerto y él llevaba su cuerpo en el coche. Y con él se volvió a marchar, se supone que en dirección a Zúrich.

La detención que llevó al descubrimiento

Este pasado jueves se había adentrado en Francia, pero unos veinte kilómetros después de haber cruzado la frontera, se encontró con un control a la altura aproximada del municipio de Le Boulou. La opción que escogió fue la de dar la vuelta y circular en dirección contraria por la autopista hasta regresar a territorio español. Por esa vía rápida recorrió unos treinta kilómetros sin hacer caso de las indicaciones de los Mossos d'Esquadra, a los que había avisado la policía francesa.

El hombre abandonó la autopista AP-7 por la salida 5 y escogió la carretera GI-634, que circula por parajes del Ampurdán gerundense, hasta que se accidentó al llegar al municipio de Jafre. Los Mossos d'Esquadra que le seguían y los de la comisaría pudieron dirigirse entonces al conductor y, cuando le preguntaban por su huida, descubrieron bajo la manta que tapaba el asiento del acompañante el cadáver de una persona.

Tras el macabro suceso, su detención y su puesta en libertad (con el carné retirado), los Mossos le asesoraron para reservar una habitación de hotel en Girona, para pasar la noche antes de regresar a Zúrich. Sus planes, junto a su abogado, eran los de trasladar de forma inmediata el cuerpo de su pareja de vuelta a Suiza, pero le fue imposible. El estado de descomposición del fallecido hizo imposible una identificación ocular, por lo que se le exigió una prueba de ADN para poder repatriar el cuerpo. Esto puede tardar semanas, o incluso meses, por lo que Vázquez debió regresar a su domicilio sin el cadáver de su pareja. Desde su marcha, no se volvieron a tener noticias suyas. 


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