Lugo, la ciudad en la que el césped no podrá medir más de tres centímetros

Tres centímetros. Esa es la altura máxima que podrá medir el césped de los parques y jardines municipales de Lugo en cuanto entre en vigor el nuevo contrato de zonas verdes, que está en proceso de licitación. El enunciado invita a imaginarse a los jardineros con el metro en la mano pasando el cortacésped, pero lo cierto es que esa cláusula que contempla el contrato no es más que la fórmula que el gobierno de Lara Méndez ha ideado para asegurarse de que el tapiz verde de la ciudad esté siempre en condiciones óptimas.

Cuando el área de Medio Ambiente, que dirige Miguel Fernández, redactó el pliego, determinó que entre los meses de marzo y octubre (ambos incluidos) el tiempo máximo que podrá transcurrir entre siegas será de 8 días, mientras que entre noviembre y enero se podrá dilatar hasta los 12, a la vista de que el crecimiento de la hierba es menor.

Pero como en cuestiones de césped el calendario no es ciencia exacta y la climatología tiene mucho que decir, el Concello decidió incluir el factor de los tres centímetros para garantizarse que si entre las siegas fijadas la hierba se dispara, se corta. «Se nos enfrontamos a unha primavera moi cálida e chuviosa, podemos atoparnos cun crecemento moito máis rápido do céspede, o que necesitaría que se incrementase o número de segas. Introducindo a cifra dos tres centímetros, asegurámonos de que se cumpre esa premisa; que o céspede, independentemente da frecuencia de segas que establece o contrato, está sempre axeitadamente cortado».

Esa altura, explica el concejal lucense, es designó porque se considera la más adecuada para la conservación de la planta y porque aporta una imagen de uniformidad y estética.

A nivel práctico, Fernández entiende que no será necesario echar mano del metro, sino que los propios jardineros detectarán cuándo es necesaria una siega extra y con los cortacéspedes modernos podrán ajustar la altura del corte. En cuanto al tipo de césped al que se recurrirá, seguirá siendo el actual.

El mimo con el que el Concello de Lugo quiere cuidar las zonas verdes implica también la retirada de la vegetación que crezca espontáneamente, las malas hierbas, los restos de siega, los recortes de las podas o cualquier resto. La idea es que parezca una alfombra verde perfectamente cuidada y en la que se emplearán, ante todo, productos biocidas ecológicos y de baja toxicidad, como en todo lo que abarca el futuro contrato de parques y jardines.

El trasfondo de la pulcritud que el Concello persigue bajando al detalle en cuestiones como el césped (solo una pequeña parte de la enorme madeja del contrato) es que la ciudad luzca adecentada, limpia y bonita. Y eso conlleva un coste. Hasta ahora, el Ayuntamiento destinaba anualmente unos 800.000 euros a todo lo relativo a parques y jardines, y en cuanto entre en vigor el nuevo contrato, la cifra se disparará a 3,6 millones anuales. «É un contrato moi ambicioso», argumenta el edil de Medio Ambiente, «ampliamos zonas, personal, maquinaria.... Vai haber unha atención integral das zonas verdes, dos parques, dos canís, etc...».

A nivel de plantilla, por ejemplo, en la temporada baja (diciembre a febrero) se pasará a 47 trabajadores y el resto del año han de emplearse 52. Y lo mismo sucede con la maquinaria, que deberá seguir criterios de ahorro energético con vehículos eléctricos o híbridos que estén encendidos solo el tiempo estrictamente necesario.

La superficie verde del contrato se dispara hasta superar los 1,3 millones de metros

El nuevo contrato de parques y jardines, que tendrá una vigencia de cinco años, supondrá multiplicar por cuatro el coste actual. Este incremento se explica, en buena medida, por el aumento de la superficie que se cuidará. En la actualidad el Concello gestiona el cuidado de unos 607.804 metros cuadrados que se duplicarán cuando entre en vigor la nueva adjudicación. Serán 1.366.273 metros cuadrados que incluirán zonas que en la actualidad no se contemplan y a las que se destinan partidas a mayores. Es el caso del parque Marcos Cela, el entorno verde del Pazo de Feiras o los polígonos industriales de O Ceao y As Gándaras. Estas zonas conllevan anualmente un desembolso a mayores que en el futuro se evitará.

Las otras administraciones

Tal y como recoge el pliego del contrato, el Concello de Lugo realiza en la actualidad tareas de conservación y cuidado de zonas verdes que no son de su titularidad y con las que habrá que establecer convenios de colaboración de cara al futuro para seguir ejerciendo los trabajos. Se trata de las zonas verdes ajardinadas de la Ronda da Muralla, que pertenecen a la Xunta; la ruta de senderismo de Os Muíños, por la que el gobierno autonómico paga 36.000 euros al año; la ruta en el monte Segade (4.650 metros de longitud); un tramo de 850 metros en O Vello Lugo rural, en Santa Eulalia de Bóveda, por el que la Diputación abona anualmente 2.677,50; o el tramo de unos 3.250 metros que abarca en el Paseo do Miño que va desde la UNED al regato do Chamoso. En este caso, el organismo provincial abona 10.237,50 euros al año.