Juan Corral: «Seguir en Lugo al Breogán es un hábito, es una cosa de familia»
Lugo
Admite que le gustaría ver más jugadores de la cantera local en primera línea
20 Mar 2023. Actualizado a las 12:39 h.
Si unos practican un deporte por vocación, otros eligen una parte cercana a la práctica, la de entrenar, con tanto entusiasmo como quienes anotan canastas o meten goles. Juan Corral fue jugador de baloncesto, pero mucho más larga fue su carrera como entrenador. Cree que Lugo es una ciudad adecuada para hacer deporte, y explica que hay una variada oferta y deportistas destacados en distintas modalidades; sin embargo, recalca que la afición que se siente en la ciudad por el baloncesto es muy superior a la que hay por otros deportes.
-¿Cuál es el motivo por el que uno decide dar el paso de hacerse entrenador?
-El baloncesto cambió mucho. Cuando yo empecé, había bastantes equipos pequeños que no tenían entrenador. Había que buscarse la vida... Empecé a entrenar con dieciséis años; saqué el título de entrenador en 1982; me costó 400.000 pesetas [2.400 euros de hoy]. Era el título que permitía entrenar a equipos grandes. Hoy se estudia por internet, pero en los años ochenta no había nada. Entrenar es algo vocacional, es algo que te tiene que gustar. Mucha gente critica a los entrenadores porque quieren ganar siempre, pero muchas veces quieren ganar precisamente para motivar a los chavales. Cuando son pequeños, lo importante es que se lo pasen bien; pero si con quince o dieciséis años pierden todos los partidos, pueden tener la tentación de dejarlo. El deporte es importante en la educación por los valores y por el compañerismo; pero llega un momento en que es como una oposición: hay que machacarse para salir adelante.
-¿Cuánto hay de jugador en un entrenador?
-Yo jugué hasta los dieciocho años, y tuve que dejarlo por problemas en los tobillos. Creo que entiende mejor al jugador el entrenador que antes jugó. A veces los entrenadores son exjugadores que vieron, ya cuando estaban en activo, que eso era lo suyo.
-¿Hay diferencias, a la hora de entrenar, entre el baloncesto masculino y el femenino al margen de cuestiones técnicas o tácticas?
-Hay diferencias. Los hombres son más competitivos, aunque hay mujeres que también lo son. Cuando empecé a entrenar a chicas, le preguntaba a mi mujer cómo tenía que hacer algunas cosas con las chicas. Alguna vez, quizá, eché a chicas una bronca algo exagerada porque procedía del baloncesto masculino.
-¿Llega a producir cansancio el pasar mucho tiempo en los banquillos?
-Sí, pero cansa más al principio. Cuando empecé, acababa los partidos machacado, sudando. Cuando un equipo suele llegar a semifinales y a finales, el entrenador está mentalizado. Al final, un equipo se acostumbra a todo.
-El Breogán y el Ensino están en un buen momento. ¿Cómo ve el baloncesto lucense?
-Lo veo bien. Hay que mejorar la cantera, porque hay cantera para que salgan jugadores pero no salen. A veces hay chicos que destacan, pero que se estancan y lo acaban dejando. Los chavales de dieciocho o de diecinueve años hoy tienen que estar profesionalizados, jugar en un equipo de la LEB y salir quizá de Galicia. Debería haber más jugadores gallegos en ligas potentes, nos falta ese pequeño salto.
-Casi parece que en Lugo el baloncesto, además de un deporte, es un rito o una costumbre, ¿no cree?
-Sí. Los aficionados que hoy tienen cuarenta años ya oyeron hablar del Breogán a sus padres. Cuando hay ya tres personas yendo a ver jugar al Breogán, la cuarta va a ir también. Es un hábito, es cosa de familia. En Lugo, los lunes, todo el mundo habla del partido del Breogán.
«Esta es ciudad de baloncesto: si el equipo baja, tiene capacidad para ascender otra vez»
Si se repasa la historia del baloncesto lucense de las últimas décadas, aparecen jugadoras y jugadores de fuera que dejaron huella; no obstante, hay nombres propios cuyo origen estaba en Lugo y que destacaron en equipos femeninos y masculinos.
-¿Habrá otra vez un Tito Díaz, un Suso Fernández o un Manel Sánchez en la plantilla del Breogán?
-Puede haberlos. Pero estamos hablando de gente que en su época destacaba, que salió de Lugo para jugar y para mejorar y que volvió. Es difícil que hoy salgan un Tito [Díaz], un Manel [Sánchez], un Suso [Fernández], un Benito [Mayor], porque la exigencia es muy grande. Cuando se configura el equipo, todo está enfocado a seguir en la ACB. Antes podías tener dos jugadores de Lugo en el equipo y dedicarles tiempo para que mejoraran. Ahora hay que pensar en salvarse del descenso, y no hay que preocuparse tanto de que algún chaval de Lugo pueda salir.
-Aunque pasó años fuera de la ACB, el Breogán siguió existiendo y acabó ascendiendo. Hay ciudades en las que los equipos desaparecieron o están fuera del foco. ¿Qué explicación hay?
-Hay algo muy importante: Lugo es ciudad de baloncesto. Si el Breogán baja, la ciudad tiene capacidad para ascender otra vez y hay una afición muy fuerte; y si hay afición, va a haber también patrocinador. Por otro lado, en Lugo, una vez asentado el equipo, se pueden hacer bien las cosas. El año pasado se fueron bastantes jugadores; pero si se consigue que se marchen solamente dos o tres, el equipo se asentará, los jugadores se consolidarán y se irá mejorando. No es lo mismo traer siete jugadores nuevos que traer dos. Otro componente importante es la suerte: si traes un americano bueno pero no le gusta la ciudad o no le gusta el equipo, no aguantará muchos años.
Inicio. Juan Corral nació en Lugo en 1957.
Trayectoria. Dirigió a equipos de colegios de Lugo ciudad (Compañía de María, Franciscanos y Anexa) y a equipos lucenses (Estudiantes, CB Breogán, Xuncas y CD Ensino) y de Zaragoza (Mann Filter Zaragoza, femenino).
Actualidad. Fue agente comercial, tiene negocios de hostelería y vive en Lugo.