La Voz de Galicia

Dolores Guerrero, artista: «Pintar me vuelve loca, en el buen y en el mal sentido»

Lugo

CANDELA F. ROLDÁN Lugo/ La Voz
Dolores Guerrero inaugura este martes la muestra «Soños».

La lucense inaugura este martes la exposición «Soños» en el Centro Empresarial del Tambre, en Santiago

28 Mar 2023. Actualizado a las 05:00 h.

La artista Dolores Guerrero (Lugo, 1951) pinta, hace esculturas, cocina en sus ratos libros, traduce y escribe poemas. Y todo, o casi todo, lo hace bien. Desde bien pequeña se dio cuenta que su futuro estaba en el mundo del arte y de la escritura, por eso decidió estudiar Filología Hispánica en la USC y dedicar toda una vida a compaginar la escritura con la pintura, su otra gran pasión. Después de llevar sus obras por medio mundo, la artista inaugura la  muestra «Soños» este martes en el Centro Empresarial del Tambre, en Santiago de Compostela

—¿Qué se va a encontrar el público en esta muestra?

—Se trata de una exposición formada por cuarenta obras en las que conjugo el realismo con la abstracción geométrica, el retrato, y las flores. Me hace muchísima ilusión exponer en Galicia, porque casi siempre expongo en otros países, pero estar en la tierra y visibilizar mi arte aquí me llena de orgullo.

—¿Cómo definiría sus obras pictóricas?

—Yo soy una pintora autodidacta que empecé a expresar lo que llevaba dentro a través del papel, ya fuese escribiendo o pintando, desde que tengo uso de razón. Todo a mi manera. Fui probando distintos estilos. Pasé de ser muy onírica y fantástica a basarme en nuestra climatología. A mi me encantan los días lluviosos. Sueño y viajo mucho a través de mis obras, pero tampoco me gusta encasillarme.

—¿Qué le inspira?

—Pinto lo que me sale del alma, sobre todo, estados de ánimo. Lo que tengo claro es que no puedo pintar si estoy preocupada o si tengo el tiempo justo. Me gusta estar sola, sin que nadie me moleste, y sin tiempos. Si tengo que estar diez horas seguidas pintando, lo hago. Hago cuadros con mucho colorido y abstracciones geométricas. Me pierdo haciendo flores y pétalos. Para mi, el artista es como un demiurgo que mueve el color y las formas a su antojo, y a mi es lo que me gusta.

—¿Cuándo comenzó a profesionalizar su arte?

—Mi primera exposición fue con 33 años, pero desde entonces no he parado de exponer, y tengo 72, y no tengo pensado dejarlo. Me gusta experimentar y ver que mi obra ha cambiado mucho con el paso de los años. No eres el mismo con 30 años que son 70, y tu pintura tampoco.

—¿Con qué se identifica más, con su faceta de artista o de filóloga y escritora?

—No puedo elegir. Yo soy muchas personas en una y me siento identificada con todo lo que hago, hasta cuando cocino. Me gusta poner todo mi corazón en aquello que me interesa. Pintar me vuelve loca, en el buen y en el mal sentido. Hasta que no saco todo lo que llevo dentro, no puedo estar del todo bien. Y escribir también me chifla. Puede gustar o no, pero cuando uno hace las cosas con ilusión, se nota.

—Y su famoso vestido de novia, una de las piezas más importantes de la colección, ¿cómo lo creo?

—El grupo de feministas Progresistas de Retiro de Madrid decidieron hacer una exposición con trajes realizados con objetos reciclados, así que cogí trozos de tela del invernadero de mi hijo, los lavé, y poco a poco fue cogiendo forma. Próximamente se expondrá en el Museo del Prado. La verdad es que ha tenido mucho éxito y espero que siga siendo así.

 


Comentar