La Voz de Galicia

Las goteras atacan la Casa da Cultura de Vilalba: «O edificio está enfermo de gravidade»

Lugo

XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ
Cubos colocados en la primera planta del edificio, junto al salón de actos

El Concello está a la espera de tener un presupuesto sobre el coste necesario de los trabajos

05 Apr 2024. Actualizado a las 13:13 h.

La Casa da Cultura de Vilalba lleva años sufriendo problema de goteras. Cualquiera que llegue a la primera planta del edificio se da cuenta de que algo ocurre, puesto que no es raro ver unos cubos en una sala dedicada a exposiciones. El problema  tiene una importancia que reconocía este martes la concejala de Cultura, Tamara Rodríguez. «O edificio está enfermo de gravidade», dijo la concejal.

La situación afecta a la parte nueva del edificio, un anexo que se levantó en los años ochenta. Como explicó la concejala de Vilalba Aberta en esa zona donde se registran los mayores problemas, que más bien proceden de deficiencias en la construcción. Debido a ello, manifestó, las filtraciones se suceden desde hace tiempo y la forma de atajarlas entraña dificultades. El Concello tiene un informe que recoge que las filtraciones se notan en una parte en la que se empleó aluminio y que ese problema afecta también al cuerpo original del edificio.

Lo que el Concello espera es un presupuesto para saber cuánto podrá costar la reparación.  «Fai falta unha obra grande», admitió Tamara Rodríguez, que, como en otros asuntos de su delegación, reconoció que probablemente se necesitaría colaboración de otras administraciones y saber si el coste de la reparación se podría afrontar en un año o en más tiempo.

Pese a todo, en  el edificio se desarrolla una variada actividad que por ahora no se va a interrumpir. En la planta baja están la hemeroteca y la oficina de turismo; la primera tiene una zona dedicada a exposiciones y el salón de actos, y hay además una parte cedida como sede al Instituto de Estudos Chairegos (Iescha). El cuerpo principal del edificio se construyó en el siglo XIX, y funcionó primero como cárcel. Fue casa consistorial hasta que se construyó el actual edificio, inaugurado a finales de los setenta, y albergó también el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía (Mupav) hasta que sus dependencias se trasladaron a la ubicación que tiene ahora, en el antiguo centro de salud.


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