Isabel Fernández, cuatro décadas dedicada a la moda infantil en Lugo: «Los niños que vestí ahora me traen a sus bebés»
Lugo
La dueña de la tienda de moda infantil Bambinos empezó en el sector a los 16 años y ya ha atendido a varias generaciones de clientes
14 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Llevar 37 años en el mismo negocio te regala experiencias que no están al alcance de cualquiera. Al menos, eso es lo que sostiene Isabel Fernández, propietaria de Bambinos, una tienda de ropa infantil situada en la Rúa Illas Canarias. «Tengo clientes que vestí siendo niños y ahora me traen a sus bebés para que haga lo mismo. Eso para mí es un orgullo», explica.
Esta es la parte que más le gusta de su trabajo, dar servicio a la gente y ofrecer consejos y recomendaciones que en otras tiendas brillan por su ausencia. «Me gusta el público y trabajar en una tienda, aconsejando qué hay que ponerles a los niños o qué se les puede regalar. Es un servicio extra que damos los comercios de barrio y que no encuentras en tiendas multinacionales», reivindica.
Fernández, conocida como «la chica de Covadonga» por los clientes del barrio por su pasado en la empresa Lanas Covadonga, insiste en que la experiencia de casi cuatro décadas atendiendo familias «es impagable». «Si entra un niño a la tienda no necesito ni preguntar su talla, ya le saco la ropa directamente», asegura.
Para la dueña de Bambinos su profesión es «un placer» aunque le genere quebraderos de cabeza. «Disfruto viendo bebés recién nacidos y siendo partícipe de cómo crecen. Es una profesión muy bonita, aunque también complicada. Psicológicamente puedes terminar quemado», admite.
«Nos fríen a impuestos y no podemos competir»
Estas dificultades a las que se refiere Fernández son principalmente económicas, ya que la moda online, el boom de la ropa de segunda mano y los impuestos «están poniendo en entredicho el negocio». «Ahora la gente compra todo de segunda mano y eso nos hace mucho daño, por no hablar de Internet, ya que un negocio de barrio no puede competir online con tiendas grandes que tienen un stock inmenso», lamenta.
En este sentido, advierte que a las tiendas de barrio les cuesta «cada vez más» sobrevivir. «Nos fríen a impuestos, no podemos competir con el grupo Inditex ni con los gigantes chinos y además ahora hay tendencia a usar ropa de segunda mano. Es difícil seguir adelante así», resume apenada. Sin embargo, pronto se rehace y, con un enorme sonrisa, se muestra convencida de que el negocio todavía puede ser viable.
Los «peligros» de la moda china
El auge de gigantes online como Shein o Aliexpress ha impactado en el tejido comercial de barrio, tanto el destinado al público infantil como al adulto. Fernández advierte de los peligros de usar el tipo de prendas que venden estas plataformas en bebés. «La ropa china no pasa ningún control sanitario ni de seguridad y esto puede generar muchos problemas», apunta.
En cuanto a los peligros para la salud, Fernández asegura que los bebés tienen que usar prendas 100% de algodón para evitar alergias en sus primeros meses de vida. «Claro que el precio es más elevado, pero estás invirtiendo en la salud de tu bebé», asegura.
Por otro lado, al no estar sujetos a la normativa de seguridad, no cumplen con ninguno de los protocolos que garantizan que las prendas son aptas para bebés. «Hay una serie de medidas que tanto las fábricas como las tiendas deben cumplir. Por ejemplo, los cordones que van en la cintura no pueden ser de más de 7 cm para que el niño no tropiece al andar y los gorritos tienen que atarse con botones y no con cintas para evitar estrangulamientos», explica.
«Yo cumplo con toda esta normativa y doy un servicio que ellos no dan, aconsejo a mis clientes. Creo que eso es lo que aún mantiene vivas las tiendas de barrio y lo que realmente marca la diferencia», concluye.