La Voz de Galicia

El restaurante estrella de los camioneros

As Nogais

Xosé Carreira lugo / la voz Así es la casa de comidas con la que no pudo la A-6

El Villacol de Noceda (As Nogais) está entre los 50 mejores de España en el ránking de un grupo de transportistas

23 Feb 2019. Actualizado a las 17:53 h.

Martes, tres y cuarto de la tarde. En la gran explanada del restaurante Villacol (a caballo de la N-VI y la A-6, en Noceda-As Nogais), veintidós camiones aparcados. Es la casa de comidas estrella de los camioneros y, de paso, de quienes buscan cocina casera a un precio asequible. La plataforma Convey Transport sitúa al establecimiento entre los cincuenta mejores de carretera de toda España. Solo figura en la lista otro gallego que está en la A-6, en Coirós (A Coruña).

Revisando algunas plataformas, como, por ejemplo, Tripadvisor, ya se intuye lo que se cuece. Con 15 opiniones, obtiene la máxima puntuación en calidad precio. Cuatro comensales lo valoraron en general como excelente; ocho, como muy bueno, y dos expusieron opiniones negativas.

Viendo semejante avalancha de camiones en el aparcamiento a las tres de la tarde es inevitable un pensamiento: «E haberá sitio?» Sí lo hay, y en menos de diez minutos aterriza en la mesa una fuente de acero inoxidable Magefesa repleta de macarrones con carne.

Antes de llegar al comedor se pasa por el bar, en el que hay una surtida vitrina de panes de la zona que tienen una pinta espectacular. Un gran cuadro, con fotos ya históricas de lo que fue el día a día constructivo de la A-6, compite con un tablón de anuncios en el que ya no queda ni un sitio más para una tarjeta que anuncie servicios variados.

Es curioso... El Villacol tributa homenaje al nacimiento de la A-6, la vía que acabó con numerosos restaurantes situados en la N-VI, y resulta que este no perdió ni un solo cliente. Todo lo contrario, los ganó.

El comedor no es amplio. En las horas punta puede que haya que esperar. Quizás entre las una y las tres, con suerte, exista la posibilidad de compartir mesa. Y eso está bien si hay ganas de hablar, aunque solo sea del tiempo.

El restaurante lo atienden mujeres. Saben del oficio, y por el trato parece como si el negocio fuese de ellas, pero no es así. El Villacol lo gestiona Inés Rodríguez, a la que los comensales asiduos conocen porque en muchas ocasiones se encarga de la parrilla. Su filosofía: tener contentos a los clientes y a los empleados.

Inés recuerda que fueron sus padres los que abrieron el negocio en los años setenta del siglo pasado, cuando la N-VI se convertía en un puerto de montaña de primera categoría para camiones que parecía que no llegarían a coronar Pedrafita de tan cargados que iban.

El aparcamiento del restaurante de Inés es un gran escaparate de camiones de todos los modelos, pero ella advierte que no tiene ni idea de marcas. Antes, cuando los Pegaso o los Barreiros llevaban viseras con los nombres de empresas o de los propietarios, era otra cosa, asegura. «Antes cruzábaste con algún, pitábaslle e pitábache, porque sabías quen era. Agora xa é moi diferente», dice la responsable del establecimiento.

La hostelera dice que entre los camioneros ya tiene una gran familia. Generalmente le cuentan quién sigue, quién se jubila, quién se casa... Los hay extranjeros que, satisfechos con la comida y el trato, escriben elogiosos comentarios que hacen que el local no tenga estrellas Michelín pero sea una estrella entre muchos camioneros.

Comida casera y raciones abundantes por diez euros

En el Villacol, el precio del menú del día es de 10 euros, incluyendo postre y café. La comida es casera, y las raciones, abundantes. Absténganse quienes busquen cocina de diseño o un espacio íntimo. Los platos elegidos para testar su cocina fueron macarrones con carne y lacón con verdura. En ambos casos las raciones fueron más que suficientes. Acabar el lacón con el repollo, patatas y un pequeño chorizo fue objetivo imposible. El final, con un gran trozo de queso de O Cebreiro con membrillo casero, fue agotador. «Faga o favor... Chégame coa metade», digo a la camarera. Aun rebajando a más de la mitad la ración, fue imposible acabarla. Todo estaba bueno.

Para saber lo que se cocina en el Villacol, ahí va el menú de ayer. De primeros: potaje de garbanzos, paella, empanada, entremeses, ensalada mixta y cocido de verdura. De segundos: lacón con verdura, lengua en salsa con patatas fritas y guisantes, zorza, truchas y bacalao en salsa. Los martes y jueves hay churrasco, que van sirviendo directamente de la parrilla.


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