Jóvenes de Navia, a la verbena en bus: «Se queremos festa, témonos que mover, pero sen 50 coches»

En verano, el sonido de las bombas ambienta las aldeas, ningún emigrante está lejos de su tierra y las verbenas se convierten en cita imprescindible. Si no, que se lo digan a la juventud de Navia de Suarna, que completa su agenda estival con todas las fiestas a las que sí o sí, tienen que ir. ¿Cómo? En autobús, como se lleva haciendo desde antes de que incluso muchos de ellos lo recuerden. 

Es una tradición que, por suerte, no se pierde y que refleja la unión de varias generaciones vinculadas a sus raíces. Sin embargo, el origen de la idea no está claro. Estos jóvenes pensaban que fue su generación la primera en optar por este método, pero «unha compañeira máis maior contounos que xa eles o facían tempo atrás». Confiesan que durante el invierno son pocos los que quedan, y de edades muy dispares, pero es ese precisamente el motivo que los lleva a estar tan unidos. 

En los autobuses que salen de Navia van jóvenes desde los 25 hasta los 28 años, en su mayoría, porque bien es cierto que no cierran puertas a nadie. «Veñen tamén máis maiores e incluso rapaces de 18 anos», explica Silvia Saavedra, la encargada de alquilar los autobuses. No puede evitar reírse al contar que recae siempre sobre ella la tarea porque reside habitualmente en la localidad. «Lévoo facendo unhos trece anos», confiesa. 

Y es que muchos de los que se unen a la fiesta, no viven allí durante todo el año. Hay estudiantes en Valencia, compañeros en Barcelona...pero ninguno de ellos se olvida de las fechas marcadas en el calendario. Aunque también van a otras más pequeñas, las fiestas de As Nogais, Baralla y O Cádavo son obligatorias, tanto que ya quedan anotadas de un año para otro. En estos casos suelen ir hasta unas 60 personas: «A algunha delas levamos tres autobuses». Cuando llegan a las verbenas, cuentan, la gente ya sabe que de ese transporte se bajará gente de Navia de Suarna. 

«A primeira vez que saímos xa foi en autobús»

Silvia tiene 28 años y pensar en las primeras veces que salió de fiesta le trae recuerdos tan divertidos como curiosos. «As nosas familias dicían que, se queríamos ir a festa, tiña que ser en autobús. Esa era a única forma de ir», dice. Los jóvenes recuerdan con nostalgia a Benjamín, el conductor que ya de aquella tenía unos 70 años y que los paseó en microbús por las fiestas de la provincia en las primeras vivencias de su juventud. «Sempre cun sorriso, orgulloso de levarnos, e coa responsabilidade de ter ao seu cargo persoas de 18 anos». Hacen una mención especial también a Quique, conductor de la empresa Alferher, que es quien los transporta desde hace diez años. Dicen que «a súa paciencia é infinita». Y es que cualquiera puede imaginarse la bulla que se monta en ese transporte. 

La generación de Silvia empezó sus aventuras por las verbenas de esta forma y ya nunca la abandonaron. «No verán somos tantos que é a única forma de organizarse», explica. Además, esta se convierte en una de las principales opciones para divertirse debido a la ubicación del territorio. «Estamos lonxe de todo e se queremos festa témonos que mover, pero sen levar 50 coches», dicen. 

Navia, orgullosa

En un concello como Navia de Suarna, que roza los mil habitantes y, al igual que muchos otros en la montaña no escapa de la despoblación, ver subir a 60 jóvenes en un autobús es un verdadero espectáculo. Salen de la calle principal, con las terrazas a rebosar ahora en verano, bajo la atenta mirada de los vecinos, que se muestran orgullosos de la juventud que dejan atrás. 

Allá donde hay bulto, están los naviegos, que no se separan ni en las fiestas. «Miramos un dos outros e así os pais quedan tranquilos», confiesan. Disfrutan cuidándose. Vayan a donde vayan, siempre juntos. Y que no los separe nadie.